Gee♥ // Bren♥ // Max♥ // Add♥

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mis 4 amores = hermosos preciosos perfectos heavys talentosos y sexys ♥

sábado, 31 de julio de 2010

Cap: Morder (parte 1)


en unos minutos se me termina internet por lo que subo el cap asi, sin terminar okis??, bueno, teno que hacerlo super rapido! besoooosss las quiero. (los de la fotito son Julieta y Jean) ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------Mi garganta ardió deshidratada cuando su abrazo fue demasiado fuerte, el olor de sus venas me era insoportable, no por lo delicioso, pero no importaba mucho en realidad para mi otro lado, esa monstruosidad vampiresa… sentí como los caninos presionaban para crecer y en pro de mi propio bienestar los contuve, no era bueno que me desacatara en ese momento. Para eso tenía tiempo más tarde.

Todo esto no significaba que yo quisiera a la persona que me abrazaba, yo no quería a Esteban, simplemente no generaba gran dolor su perdida. No era algo especialmente malo para mi que muriera, él era una amenaza para las personas que yo más quería y eso no se lo podía permitir.

Para ya!, me reproché en mis pensamientos, no podía seguir dándome motivos para incarle los colmillos.

Lo separé de mi y le fingí mi mejor sonrisa. Era viernes, algo así como 2 semanas desde el asqueroso incidente con el vidón lleno de sangre, los Vílumet no sabían nada aún, pues Jean y los otros visitantes (los cuales no conocía ni era consiente de sus nombres) no se habían ido todavía. Sabía que volverían a… bueno, tampoco sabía donde vivían, pero volverían a donde vivían la semana entrante. Julieta notaba levemente el cambio, hacia algunos comentarios como: “wow, estás pálida” o algunos otros como “Camila… tus ojos brillan?” también estaba el infaltable “últimamente te noto extraña”

- Estás alucinando Julieta! – esa siempre era mi respuesta a sus constantes aluciones vampiricas.

Contenía la esperanza de que Max se lo explicara, pero poco a poco esa fé se iba desgajando con el pasar de los días… él siempre me respondía lo mismo: “una imagen vale más que mil palabras, te va a creer cuando te vea” obviaba esto pues solo me generaba molestia, esa situación me generaba molestia. No podía olvidar el hecho de que era un monstruo, uno que robaba vidas para poder subsistir.

- Ey! Kmi… estás más perdida linda! – me llamó Esteban chasqueando los dedos delante de mi rostro.

Contuve el gruñido que produjo mi garganta y en vez de eso compuse una mirada boba y me hice la desentendida. Así les gustaban a él… tontas.

- Es la humedad… - me excuse como las peores señalando el cielo encapotado y la niebla horrorosa que nos rodeaba.
- Pfff… como digas. – hizo un gesto de “esta loca” y me dio la razón.

Mis ganas de golpearlo se acentuaron, tanto que no podía creer como ese animal me había gustado durante tanto tiempo. Giré sobre mis pies para quitarme el enojo y disimularlo. No sabía como había llegado allí exactamente. Me encontraba en uno de los rincones más ocultos del liceo, donde siempre se reunían las clases más grandes (las de 3ro para arriba), e incluso ese rincón solo se restringía a algunos afortunados que tenían la influencia para estar ahí. Pues, ahí si que pasaba de todo, TODO…

Jessika a mi lado no estaba en verdad presente y Gabriel tampoco, los 2 tortolos estaban apoyados contra la pared besándose como si se les acabara el mundo. A un metro dos de 5to conversaban de… merca? Si, había escuchado bien, me sorprendía lo desvirtuado que estaba ese liceo… Esteban era el único disponible para hablar, oh, que casualidad… no, sabía que no era pura casualidad. Me mantuve en calma, no podía negarme a nada en esa situación…

- Bueno y… - comenzó como dejando libre para dijera lo que él quería…

NO, jamás lo haría, nunca diría algo así… jamás. No con Máximo tan vivo en mi mente.

- Y? – pregunté alejándome medio paso.
- No sé… es que estás tan… - dejó un espacio antes de pronunciar la ultima palabra, para darle suspenso. – linda…

Como una avalancha en el Himalaya, Esteban se lanzó sobre mi de la misma forma, mi espalda golpeó contra la pared y quedé acorralada entre su cuerpo y el muro descolorido. 2 milímetros, esa era la asquerosa distancia entre nosotros. Sentí su aliento contra mis labios, quería escapar, pero sabía que no podía hacerlo. Estaba entre 2 opciones y ninguna me era del todo conveniente: la primera consistía en aprovechar su descuido para golpearlo, o morderlo… pero no, había demasiados presentes. Y la segunda idea era aceptar mi desgracia y hacerme la tonta agradecida, pero la idea me daba repulsión porque me negaba a que cualquier chico me tocara demasiado, yo era de Máximo, le pertenecía, no por su propia voluntad, sino por la mía porque yo lo había decidido así. 1 milímetro. El tiempo y las reacciones se me acababan, o hacia algo pronto o iba a tener varios problemas postraumáticos a esa escena.

Se me acabó el tiempo.

Besaba mal… demasiado mal comparado con Máximo. No coordinaba a mi ritmo, eso era catastrófico. Hice tripas corazón y se lo seguí un poco, solo lo suficiente para ser cordial y luego lo separé. Pero antes el muy hijo de puta me mordió el labio… no tenía idea de cómo le explicaría eso a Max…

Hice un sonido de dolor y me toqué el labio, estaba sangrando ligeramente. Le pasé la lengua para quitar el sabor, seguía siendo riquísimo. Él me miró triunfante, complacido y convencido de que era un ganador… una vez más se acercó a mi pero lo empuje ligeramente, maquinando una excusa.

- Demasiado por hoy no te parece? – pregunté con tono interesado pero sin ser demasiado ligero.
- Epa! No me tortures así… - me objetó aproximándose.

Lo amagué caminando lentamente hacia el lado opuesto, hacia la salida del rincón.

- Mmm… se disfruta más cuanto más se espera… - expliqué y caminando lentamente me fui.

Caminé con lentitud hasta que estuve segura de que la niebla me cubría y luego comencé a caminar lo más rápido posible al primer espejo que tuviera cerca. Necesitaba analizar ese pequeño corte, lo sentía palpitar contra la piel.

Ahogué un grito despavorido al ver esa marca horrorosa, hinchada y ligeramente avioletada… ningún tipo de maquillaje escondería eso del agudo ojo de mi nene… estaba muerta. Lo analicé de todos los ángulos posibles, pero no podía tardarme mucho, Ninguno de los chicos podía verme así, Julieta tendría que ayudarme, de seguro estaría en su casa disfrutando de sus ultimas horas con jean… necesitaba su consejo, pero por otro lado no quería molestarla… pero lo necesitaba.

Como una despavorida me fui hasta mi casa. Entre y lo primero que hice fue lanzarme al teléfono y discar el número de su casa. Esperé con impaciencia a que me atendiera, tamborileando la pared con los dedos.

- Von gour – me saludó una voz desconocida.
- Hola? – pregunté con los nervios totalmente carcomidos.
- Von gour… - repetía la voz
- Hola? quiero hablar con Julieta! – estaba más que exasperada.
- Julieta? Mía fleur de glace? – reconocía el acento francés.

Desde el otro lado del tubo me llegaban 2 voces, 2 que reconocía demasiado bien: Máximo y Julieta. La primera voz (y la más deseada y amada por mi) decía cosas como: “Ahhhh… guarda con la nena que es menor!” y otras como “ esa CHAMUYERO!”. En cambio, la voz de Julieta decía cosas como: “Ya Max no me lo molestes que bien sabemos que también estas hasta las manos por… Ella” y otras como “Jean? Con quien hablas mi francesito?”

- Si, si… con Julieta! J-U-L-I-E-T-A. – lo dije de esa forma para que me entendiera.
- Ahhh… Julieta! – exlamó la voz y sentí como se iban pasando el tubo de mano en mano.
- Hola cami! – me saludó mi amiga desde el otro lado de la línea.
- Hola! como estás? Yo bien, necesito tu ayuda… - fui tan rápida que le tomó 2 segundos entender.
- Ahh… espera un segundo que tomo la distancia… - escuché como caminaba y detrás algunas exclamaciones de Maximo: “NO! Que distancia ni que nada! Es MI nena y yo escucho todo lo que tenga que ver con ella… Julieta ven para aca!”

Sentir su voz diciendo eso solo me confirmó lo enojado que se pondría cuando viera mi labio.

- Ya está sister – dijo Julieta – qué pasó?
- Tenemos un código… bueno, no sé que numero es pero es urgente!
- Código? Urgente? Para para, ojo al piojo que pasó kmi!?
- Escucha bien: MAXIMO NO ME PUEDE VER
- Ah la mierda… - susurró – no me digas que lo cuerneaste porq…
- Si, en realidad NO, pero si… pero NO… porque…
- SI O NO?! – exclamó un tanto alterada.
- Agh… es que Esteban se me tiró arriba y me partió la boca de un beso y no me lo pude sacar de arriba a tiempo y me mordió el labio y me dejo lastimado el labio y ES UNA BESTIA! – respiré de forma acelerada, estaba nerviosa.

Quedó en silencio un segundo.

- Uh… si que es grave. Max se entera y te mata… que hacemos? – parecía un tanto preocupada.
- No me puede ver hasta que no cicatrice! Y para peor se me hinchó un poco! Aghhh… esta medio violeta… y me late! – le expresé todas mis quejas llena de nerviosismo y exasperación.
- Esperá un poco – me pidió y por un minuto no sentí su voz – malas noticias, Max quiere que vengas… mamá y papá salieron y will está con ellos. No vuelven hasta la noche… no sé que excusa poner… con él las excusas no sirven, por sus dones no sirven.
- Ugh… - gemí - no quiero que se enoje conmigo por esto. - Las lagrimas rodaron por mis mejillas.
- No creo que se enoje mucho… bueno, a decir verdad si, pero ya lo conoces, él lo perdona todo…
- Si… pero aún así…

Sentí algunos ruidos y chillidos de Julieta, luego otra voz apareció en la conversación:

- Hola nena, venís a casa? Te voy a buscar… - parecía alegre.
- Ehm… no… es que no me siento muy bien…
- Ah… bueno, entonces voy yo para alla y te atiendo un poquito si?
- NO! – negué a toda costa – es que… no quiero molestarte en el ultimo día con los invitados de tu casa.
- Lo dices por jean? Ahh… vamos! No juegues, me importa mucho más estar contigo que estar con un francés que lo único que hace es besarse con mucha lengua a mi sobrina favorita!
- Max… Julieta es la única sobrina que tienes, además, no es tu sobrina…
- Bueno, es lo mismo, como sea…
- Si amor…
- Y? voy entonces…
- No… en cerio, estoy bien, no te compliques la vida por mi.
- No, en serio, no me complico… - razonó durante un momento y luego sus palabras me asustaron – a menos claro que no quieras verme….

Me mantuve en silencio, no podía decirle que no quería verlo cuando me moría por el tacto de su piel. Lo escuché suspirar.

- Y eso lo confirma, camila porque no quieres verme? Claro, porque debe de haber una razón lógica supongo… - su tono era serio, parecía que se veía venir todo.
- No… no es que no te quiera ver… es que, es que…
- Es que?
- No puedo explicarlo, tienes que verlo tu.
- Ok, ok… evidentemente te paso algo a nivel corporal y solo te digo 2 cosas: 1) me estás preocupando y 2) si alguien te lastimo te juro que lo o la mato…
- Amor, tranquilízate… - sugerí , pero eso solo sirvió para ponerlo más nervioso.
- En 15 en la placita me entendiste?! Sin excusas ni nada por el estilo…

Cortó, y yo suspiré resignada. Tomé lo escencial, mi celular, las llaves mi campera favorita y me puse unos chupines que a mi no me gustaban, pero Max siempre decía que me quedaban geniales porque me remarcaban el trasero (cosas de hombres). Me desabroché el pelo porque a él le gustaba que lo llevara suelto y rebelde, bien natural, solo me pasé delineador arriba y abajo para darle más fuerza a mi mirada y no estar impresentable. Bajé las escaleras y no use el ascensor para que nadie se cruzara conmigo. Salí bien oculta y me deslicé imperceptible y sigilosa hasta la plaza. El espectacular jaguar negro de Max ya estaba ahí, esperándome.

Él estaba afuera, mirándome caminar, parado casi como modelo y apoyado de forma sexy contra el auto. No le dirigí la mirada y me metí e el auto. Lo observé darle la vuelta al coche y entrar al asiento del conductor. En cuanto estuvimos cubiertos me miró con los labios un tanto apretados y señaló con el mentón mi bufanda, que cubría la mitad de mi rostro. Suspiré y la retiré con cuidado. Miró horrorizado mi labio y lo tocó con los dedos, casi no sentía su tacto pues me tocaba con demasiada delicadeza.

Gruño lleno de ira y tomo mi mentón con su mano, jamás me esperé que uniera su frene con la mía, pero así fue.
- Juro, por dios y la virgen, que si me llego a cruzar a quien te hizo eso lo mato… lo mato.

Cerré mis ojos y permanecí muy quieta hasta que considere prudente hablar.

- Hoy Gabriel, Jessika esteban y yo fuimos al rincón a hablar de todo un poco… pensé que acercándome más a ellos podría sonsacarles algo… ehmm… en un momento esteban me acorralo contra la pared y me besó… me di cuenta que quedaba muy mal si me negaba entonces le seguí la corriente un momento más y lo alejé… antes de que pudiera sacármelo de arriba me mordió… - todo lo dije lentamente y con los ojos cerrados, para que lo asimilara con más facilidad.

Respiró hondo, calmándose.

- Entiendo… - dijo – pero tu también entiendes que no soporto ver como otro te lastima? Cuando yo estoy siempre para cuidarte? Además, que clase de bestia no entiende como mordisquear bien en un beso?! Mi amor… yo no te hubiera lastimado así…
- Lo sé max, lo sé… - le acepté eso era verdad. – la verdad pensé que no ibas a perdonarme cuando lo supieras…

Sus suave risa lleno mis oídos.

- Que malas ideas tienes de mi nena… voy a tener que reformateártelas todas…
- Hazlo por favor que no me quiero sentir tan culpable nunca más…
- Mjm… como digas generala… ahora dame un beso… - me pidió con voz melosa, una voz a la cual no pude negarme.

Sus labios besaron los míos con cuidado, queriendo impedir que me doliera mi labio mal mordido. El frío de su piel me calmaba. Fue un leve segundo, se alejó para prestar atención al volante y encender el auto. El jaguar xf ronroneó con elegancia y Max complacido felicito al auto como siempre hacía:

- Eso es mi tigresa… - susurró con cariño mientras esbozaba una sonrisa acariciaba el volante. –nunca me fallas…

Lo quedé mirando, él amaba más a su auto que a su propia vida.

- Qué? – preguntó un tanto a la defensiva – tigresa es uno de mis 2 amores… así que no te metas con ella!
- Claro max… pero es raro que la quieras más que a mi.
- Pfff… las quiero por igual – se puso en marcha y avanzamos las cuadras mientras hablábamos – son mis 2 amores: la sumisa elegante y la terca rebelde… perfectas, una para cada ocasión, además de esos no son celosas entre ellas…

Reí de su grácil inmadurez y mire por la ventanilla mientras me acomodaba mejor en el fino asiento de cuero negro. No tardamos mucho en llegar a la casa, Máximo dejó el auto afuera para llevarme luego a casa y con el dedo acarició sus finas líneas, era un completo obsesionado con “Su Tigresa”.

- Ya le avisé a jean que venías… pero aún así, quiero que sepas que él no está acostumbrado a estar tan cerca de los humanos sin alimentarse de ellos. Así que espero comprendas que te pida que te mantengas un tanto alejada de él. – explicó mientras abría la puerta para que pasáramos.
- Entiendo… pero no es que tengo un olor distinto por ser media sa… - me tapo la boca y me hizo un gesto para que me callara.
- Recuerda que no lo saben, ni pueden saberlo… y no, el olor no tiene nada que ver.

Hice la mímica de cerrar mis labios con un cierre y le guiñe un ojo de forma cómplice. Sonrió negando con la cabeza y pasó hacia adentro de la casa. Yo pasé luego, por alguna razón me pareció estar cubierta por su espalda, como si me protegiera de algo que estaba delante de él. Las llaves de la casa y del jaguar colgaban de sus dedos, las tomé entre mis manos con cuidado. Él en reacción miró sobre su hombro y me sonrió.

Estábamos en el hall de entrada, lo identificaba por el pequeño bonsái que se ubicaba sobre una mesa ratonera lustrosa y oscura cerca de la puerta.

- Jean, she is camila – hablaba ingles con gran rapidés, parecía que en él se concentraran todas las virtudes… - and she’s my girl, you understand that? Well… so keep the secret or i will tell some things to cesar about her dauther…
- Ok, ok… you’re a fucker-face, you know that?
– identifiqué el acento francés de Jean, parecía un tanto divertido.
- Yes, i know that, just kiss my ass – le objeto mi nene y luego sonrió. Y se hizo a un lado para que pudiera ver con claridad.

Jean era realmente lindo, lo había visto de lejos, pero no de cerca. Su pelo era color caoba oscuro, como el de Max, pero corto y un tanto más opaco, no tenía el aspecto sedoso y brillante que tenía el de mi nene. Tenía un poco de barbita de algo así como 3 días, bien sexy y sus labios eran carnosos, aunque bien proporcionados. Llevaba una simple remera veraniega color morado y encima una camisa a rayas negra y blanca. Se acercó con pasos inseguros hacia mi.

Máximo le enseño los dientes y apoyo su mano en mi hombro, remarcando de alguna forma que yo no era comida. Jean me miró un poco decepcionado y abandono la idea de saludarme tan cerca, solo levantó la mano y susurró de forma que yo pudiera oírlo:

- Hi… i… i’m Jean, but if you talk french i will thank you.
- No… i don’t know how to speak french… sorry
. – me excusé, el ingles no era mi fuerte, pero podía defenderme.

Miré hacia todos lados, ni rastro de juli. Miré a max a los ojos y tomé su mano para entrelazar mis dedos con los suyos.

- Y Juli? – pregunté mirándolo.
- Mia fleur de glace? – preguntó Jean, no entendía lo que decía cuando hablaba en francés.
- Ahh… que pesado que está con eso… - masculló Máximo rodando los ojos – Jean le dice a Julieta: “Mia fleur de glace”, lo que en el castellano normal es “mi flor de hielo”
- Y eso supuestamente es romántico? Porque yo juro que te mato si me dices algo así…
- En teoría si lo es… - explicó – en nuestro mundo cosas así son muy dulces…

Jean salió de la habitación y nos dejó solos. Nos miramos y lo seguimos, porque deducimos con demasiada rapidez que se dirigía donde Julieta.

- Verás, entre los vampiros, decirse “hola bombón” está bastante mal visto porque la comida nos intoxica. – contó mientras caminábamos por los pasillos – en cambio, cosas como… “te quiero más que a la sangre tibia” o “estás más fuerte que la 0RH-“ y “sos más fría que el hielo” están bastante bien vistas…
- Definitivamente no los entiendo… a mi no me gustaría que me dijeran que soy fría…
- Si, a mi tampoco me gusta… es horrible que las personas se ericen cuando me tocan… pero en nuestra cultura está muy bien visto… cuanto más frió, más puro, más salvaje, más vampiro.
- Entiendo… igual me parece mal que se júsguen por la temperatura de su piel… - dije caminando tomada de su mano.
- Si… pero viste como es… nada es como debe ser en esta vida.
- Hey! Que pesimista! – le reproché empujándolo con suavidad.

Nos esperaba una linda tarde, bueno, eso pensaba hasta que me encontré recostada en la cama de max, con él a mi lado y Julieta y Jean atravesados sobre nosotros. Nos habíamos tirado a ver una película los 4 y los 2 tortolos rápidamente ocuparon casi toda la cama. Esa vez tocó ver El Rey León. Máximo y yo amábamos esa pelicula, nos acurrucamos para mirarla, pero básicamente no pudimos ver nada porque Jean y Julieta, los 2 J, empezaron a reírse y a besarse apasionadamente en el medio de la película. Al final, Max termino por sacarlos a empujones del cuarto.

- Solos… - masculló acostándose a mi lado – por fin!
- Déjalos pobres! Él se va hoy…
- Si… pero igual… Con El Rey León no se jode!

Se rió levemente y luego levantó el acolchado y las sabanas y me tapó con cuidado. Me sentía muy cómoda y a gusto, como si esa fuera mi propia cama y hubiera dormido ahí cada día de mi vida. Él se acomodó bien tapadito a mi lado y me quedó mirando durante unos minutos.

- Qué? – pregunté girándome levemente hacia su lado.
- Qué de qué? – objetó mirándome
- Qué por qué me miras? – expliqué.
- Porque me gustas… - respondió con simplicidad. – además… te ves tan natural…
- Uf… por favor no empieces a filosofar Max…
chic@s lamento decirles que me estan sacando el internet O_O si, yo tambien estoy al punto del oaro cardiaco, jamas crei que llegaria este dia, pero así es. por lo que mis posteos van a ser suspendidos porque n tengo el maldito internet. besooosss wolfie! :'(

lunes, 26 de julio de 2010

Your Bloody Side (parte 4 y ultima)


Subtitulo: La Más Joven Del Harén


Sentí como las ultimas gotas se colaban por mi garganta y por más que mi cuerpo aún quería seguir, ya no había mas materia prima para tomar. Hice fuerza y logré que mis dientes soltaran de apoco la pajita. La observé 2 segundos, estaba destrozada. Respiré con tranquilidad (o eso aparentaba) y me alejé de aquel vidon infernal.
Al instante Max lo tomó entre sus manos y lo bajó al suelo. Me observó durante un minuto en silencio y luego se inclino para tenerme más cerca. Me adelanté un tanto y él complacido apoyo su mentón en mi hombro. Volvía a sentirlo helado. Sentí una ligera molestia en mi boca, pero pensé que me había lastimado otra vez con mis dientes así que no le di mucha importancia. Max suspiró y tomó mi hombro con una de sus manos, me acercó aún más a él, tanto que apoyé mi cabeza de costado en su pecho y quedé algo inclinada, pero bastante cómoda. Apoyó su mentón sobre mi cabello y una de sus manos acariciaron mi vientre.

- Estás calentita otra vez… - susurró produciendo algo así como un ronrroneo que salía desde el medio de su garganta, parecía involuntario, como fuera, ese sonido me tranquilizaba.
- Ya te extrañaba así de frío… - murmuré con un dejo de sarcasmo, aunque me parecía demasiado extraño como para gustarme que la temperatura de su cuerpo fuera casi igual a la mía.
- Mj…

Permanecimos en silencio por un rato más, nuestros silencios no podían llenarse con palabras, y eso por alguna razón los 2 lo sabíamos. Silencio, juntos lo apreciábamos. Solos lo detestábamos. La falta de palabras entre nosotros era más la capacidad de comunicarnos sin palabras que otra cosa. A veces un simple gesto lo era todo y una conversación era como una sucesión de letras sin sentido alguno. Se aproximaban las 6 y media de la tarde, no teníamos mucho tiempo. Suspiré un tanto resignada a quebrar el pacifico silencio y susurré casi de forma inaudible…

- Mamá está por llegar…

Aceptó mis palabras sin chistar. Me alejó un tanto y tomó mi rostro entre sus manos para mirarme. Escrutó mi rostro con sus ojasos, en ese momento de un tono lila… algo lo preocupaba, lo sabía porque ese no era su color habitual. sentir el rostro oprimido me molestaba más que cualquier cosa, por lo que con cuidado retire sus manos de mis mejillas con una mirada explicativa plantada en las facciones. Rodó los ojos y esbozó una forzada sonrisa, se notaba que no quería estar feliz, porque no lo estaba.

- Qué te ocurre Max? – pregunté acariciando las nascientes de su pelo sedoso y color caoba.
- Estoy preocupado… es todo. – se explicó torpemente.
- Por qué?
- Por ti… no sé como reaccionaran los demás… tu sabes, no es común encontrarse con una media sangre sin educación…

Sus palabras me sonaron confusas… ¿media sangre sin educación? Acaso me estaba llamando impura analfabeta?!

- Como me llamaste? – pregunté poniendo la cara sería y con un aire un tanto ascecino.

Pareció un poco alterado, como sorprendido por el tono de mi voz.

- Media sangre sin educación… - balbuceó y mi enojo se fue a las nubes
- COMO. ME. LLAMASTE?! – exigí haciendo de cada palabra un enunciado. – acaso me dijiste IMPURA ANALFABETA?! - mi dedo lo apuntó como si fuera un arma mortal.

Soltó una carcajada. Otra. Otra. Se dobló sobre la cama y siguió riendo.

Mi humor era pésimo en ese momento, por lo que me limité a fruncir los labios (con demasiada facilidad, lo que me llamó la atención). Por impulso lo tomé por el pelo y tironee un poco, quería que sintiera mi disconformidad, no pretendía que le doliera. Me miró al instante y calló. Se acomodó mejor, esa vez recostado con la cabeza apoyada en mi regazo.

- Media sangre sin educación no quiere decir que seas una impura analfabeta camila…
- Kmi – lo corregí al instante, me reventaba que me llamara por el nombre completo.
- Lo siento… kmi, quiere decir que eres una mitad vampiro, o sea que no eres del todo vampira, pero tampoco del todo humana. Y lo de sin educación no es porque seas una descerebrada, si no porque jamás nadie te explicó ni te educó sobre ese lado tuyo que no es humano. Es por eso, no porque seas tonta… - cuando terminó de explicarlo me quedé callada y él también

Lo pensé un segundo, Max tenía razón, no sabíamos como reaccionarían. Personalmente estaba segura de que Julieta se pondría feliz, a will… bueno, él en realidad no opinaría, jamás opinaba en nada. Por cesar y por brenda no podía hablar, pues no los conocía tanto, pero de algo estaba segura: ellos eran buena gente.

- Estoy segura de que Julieta se alegrara de mi estado… - lo dije como lo sentía: una maldita enfermedad, que no se me iría.
- Hablas como si estuvieras enferma o embarazada… - dijo frunciendo el ceño – y la verdad, las 2 cosas me asustan mucho… y más porque ese diablo no sería mío…

Fruncí un tanto el ceño, pues no había entendido del todo sus palabras. Me había confundido un poco lo de “…ese diablo no sería mío…” pero cuando lo entendí me sorprendió un poco, el se refería que el bebe en cuestión no sería suyo, o sea que no sería el padre. Si yo ni siquiera hubiera imaginado algo así… por qué él si?

- Mira que tienes imaginación eh? – dije sonriendo – acaso me ves con el perfil para embarazarme con 14 años? – pregunté guiñándole un ojo.
- No… la verdad que no. – coincidió conmigo y sonrió – pero más vale prevenir que curar no?
- Agh… tu siempre tan drástico! – puse los ojos en blanco y apreté una de sus mejillas con la mano. – como te decía, creo que Julieta va estar… contenta, de esta cosa que soy medio indefinida.
- Si, es cierto… ella suele tener preferencia por los adefesios inhumanos… - me miró divertido, estaba molestándome como un juego.

Lo miré reprobatoriamente y rió, luego yo le sonreí, simplemente me resultaba más que imposible enojarme con él en situaciones como esas.

- Me pregunto que dirán los demás… te aseguro que eso va a ser otra reunión familiar – dijo lleno de convencimiento – últimamente hemos tenido varias no crees? Es preocupante.
- No lo sé Max – negué pensando en hacerle un extraño peinado – sabes que no los conozco desde hace tanto tiempo, tu más que nadie.
- Si… tienes razón. Jeje Vlad se va a poner histérico… - masculló, pero fue lo suficientemente alto como para que lo escuchara.
- Quien es Vlad? – pregunté comenzando a tomar tres mechones de su cabello y a trenzarlos con cuidado.
- Oh… eso no puedo decírtelo… en serio.
- Vamos! Dimelo… por favor, por favor, por favor! – insistí como una pequeña inmadura, pero eso solía funcionar con él.
- Amor, si no puedo, no puedo… no es que no quiera decírtelo…

Eso no me alcanzaba. No. Intenté convencerme de que su control no fuera demasiado así podría salirme con la mía sin que lo notase. Me concentré mucho, me llevó algo así como 1 minuto (casi 10 veces más que de costumbre) fijé mi controladora mirada sobre el punto consciente de sus ojos y me preparé para el asalto, sería difícil. No lograba inmiscuirme en su barrera mental, pero lograba no hacerlo consciente de sus palabras, lograba que dijera lo que a mi me parecía conveniente. Pensé mi pregunta adecuada con malicia y la formulé con el mismo tono perverso.

- Quien es Vlad? – dije pausadamente para que sus terminales nerviosas lo asimilaran con más facilidad.

Sus palabras fluyeron atropelladas y directas… perfectas para mi.

- es el rey, el rey Vladimir dra…

Tapé su boca y corté la fina línea que unía su mente a la mía, no era mi intención que dijera “Drácula”. Esperé unos segundos como si nada, por lo general nadie recordaba lo que había hecho con ellos, pero este no era un caso normal… lo comprobé cuando se sentó de golpe y me tomó por las muñecas.

- No se que me hiciste, PERO NO VUELVAS A HACERME ESO ENTENDISTE!?
- Mjm… - asentí con la cabeza, a veces su temperamento me ponía nerviosa. Demasiado nerviosa.

Me quedé muy quieta y con la vista baja esperando a que me soltara las manos. No tardó mucho, 10 segundos a lo sumo, pero cada porción de tiempo en la que él demostraba ser el líder de la situación mi propio instinto me dictaba que fuera sumisa, demasiado sumisa. Él era de temperamento inestable, pasaba de estar feliz a el llanto en cuestión de segundos, e incluso podía estar alegre y luego enojado como si nada…

Me negué a que sus ojos se clavaran en los míos y en 3 segundos ensaye mi mejor carita sumisa acentuada con un tierno pucherito. Escuché con precaución el sonido un tanto ajetreado de su respiración y en cuanto en ellas detecté la tranquilidad indicada elevé mi rostro, siempre por debajo del suyo y con mis ojos llenos de “lo siento” y muchos pucheritos.

- Perdón… - susurré con voz tierna y sumisa, odiaba ese tipo de voz, odiaba la sumisión y cada una de sus partes y letras, pero sabía que a veces debía obedecer a ciertas potencias… y Máximo siempre fue una de ellas.

Respiró con fuerza, pero sin violencia. Su rostro era inescrutable y duro. Aún así sabía que no era demasiado peligroso pues su mano descansaba con tranquilidad sobre mi cintura, como sabedor que era dueño de mi, como si fuera el jeque de un harén y yo fuera una de sus esposas… La más joven del harén.

Me imaginé la situación y no pude evitar encontrar las similitudes. En un harén, el hombre es el que manda y las mujeres están al servicio de el. Max sería el Jeque, con su carácter fuerte y autoritario y yo sería la nueva… la esposa más joven, el nuevo capricho de un hombre. Tampoco era tan drástico mi rollo con Máximo, pero se podían apreciar algunas cercanías…
En el harén, de seguro la más joven fuera la más oculta, la más clandestina debido a su pequeñes. Aunque no por eso fuera la que causara menos problemas, todo lo contrario. Con una pequeña inmadura los problemas serían comunes, rabietas y alguno que otro destrozo serían un tanto más que casuales mientras el Jeque tendría que enseñarle a ser sumisa como las demás…

En mi caso, yo era muy joven, era la clandestina, pero a esas alturas poco me interesaba porque aunque lo amara sabía que eso no duraría por siempre. Causaba problemas, lo notaba. Me metía en cosas en las que no debía meterme y me responsabilizaba de cosas muy por fuera de mi control. Las rabietas y caprichos no eran normales en mi, para nada, pero me negaba a ciertas cosas, la sangre por ejemplo, cosas que a Máximo lo sacaban de quicio… siguiendo el ejemplo, ahora vendría la parte donde tendría que enseñarme a ser sumisa, una pequeña dama que solo supiera decirle “si”. Pero me creía un poco más lista que eso y siempre, antes de que se disgustara demasiado improvisaba una tierna escena de sumisión y por unas horas me comportaba así: dándole la razón en todo y manteniéndolo a gusto, con sensación de poder. De esa forma lograba zafarme de su implacable convicción.

Con cuidado me recosté contra su torso, apoyando la cabeza en la parte superior de su brazo. Se dejó, inmutable. Aún así no paraba de mirarlo con una sumisa precaución, sabía que no me golpearía ni me lastimaría, pero con él siempre era necesario mantenerlo de buen humor.

Su mano libre acarició mis cabellos con suavidad e internó los dedos en mi cabellera con lentitud. De esa forma me mantenía cerca, pero tampoco me permitía moverme. Aún así tenía la situación bajo control, lo importante era que supiera que él estaba a cargo, que era el mandamás de la relación. Mejor para mi que así fuera, pero aún así me molestaba un tanto que siempre frenara las oportunidades en que controlaba yo.

Me mantuve en silencio esperando una respuesta, no me permitiría hablar de más. Estudié con cuidado la expresión esa para no olvidarla, era importante ver las diferencias en sus expresiones siendo él un hombre de pocas palabras sensibles, muy pocas veces hablaba de sus sentimientos, comprendía que le complacía expresarlos pero no con palabras, sino con hechos y acciones. Lo entendía, a mi me pasaba lo mismo. Aunque muchos confundían mis carencias de expresión con frialdad; yo no era fría o inescrupulosa, solo detestaba poner un sentimiento en palabras, porque tal vez, poniendo una palabra y un significado a las cosas, las mismas perdieran su verdadero sentido, el esencial, el que más importaba. Deslicé mi mano por las rayas que bordeaban el escote en v de su suéter de lana fina y blanca, presentía que era el momento apropiado para ponerle un tanto más de calor a la situación.

Siempre, no importaba como, él sabía lo que yo me proponía con un simple gesto. Tomó mi rostro entre sus manos y a regañadientes se lo permití, no quería molestarlo más. Por las dudas repasé disimuladamente mis dientes con la lengua, los caninos estaban en su tamaño normal: cortos, normales, como los de cualquier humano.

De improviso sentí la furia de sus labios contra los míos. Abrí los ojos por inersia y me encontré con su mirada oscura, aún así me encantaba verlo, con ese tono perverso en lo profundo de sus ojos. Se miró reflejado en mis ojos y me soltó, huyendo de mi mirada. Mis labios ardieron, pero no por dolor, sino por necesidad de seguir ardiendo pegados a los suyos. Lo tomé del rostro y lo atraje hasta mi para besarlo. Intentó impedirlo, aunque sabía que solo simulaba porque en cuestión de fuerza él me sobrepasaba con creces. En cuanto nuestras bocas tuvieron contacto cerré los ojos y solo esperé que siguiera mi corriente… -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Aca les dejo el capii!!!!! bueno, q lo disfruten! estos dias andare medio lenta en postear por los parciales (grrr quien los invento?! no sirven para nada!!! :@), lo que pasa es que se me vienen los dificiles, por ejemplo, mañana tengo el de fisica ( O_O ) y pasado el de Matematica (:'( no se nada ) bueno... besooossss!!!! aca de verdad termina el capitulo Your Bloody Side... besoooos

miércoles, 21 de julio de 2010

Your Bloody Side (parte 3)

subtitulo: La Vampireza


- Muy enserio, ahora mismo vas a beber… o de seguro serás capas de matar a tu madre para vaciarla… con esos colmillos eres peligrosa, aunque no te guste tendrás que aceptarlo, desde ahora que te revelaste… eres una ascecina.
- QUÉ?! NO, NO MATARÉ A NADIE MAXIMO – chillé tajante, me negaba a quitar una vida, sea cual fuere.
- No te preocupes, yo lo haré por ti… - amagó a levantarse, pero en seguida me colgué de su brazo y lo tiré al suelo
- Camila… por favor, eres una media sangre, ahora lo sabemos… la sangre de ahora en adelante será parte de tu dieta te guste o no, además no será tan trágico; puedes beber conmigo… por lo general solo me alimento una vez al mes… espero que no necesites mucho… a mi tampoco me gusta matar de más…
- Pero, pero… max, no quiero ser culpable de la muerte de los demás… - lloriquié, matar por eso me parecía repulsivo del todo.

Max suspiró un tanto molesto y me acogió en sus brazos. Sus dedos recorrieron las líneas de mi rostro con paciencia, parecía querer hacerme entender lo extremadamente necesario que era para mi llevar una dieta complementada con fluidos sanguíneos de otros seres humanos.

- Por qué siempre me llevas la contraria eh? – preguntó mirándome con parsimonia mientras sus dedos trazaban dibujos en mis mejillas – en verdad, yo quiero lo mejor para ti…porque me haces las cosas tan difíciles?
- Pero max… - gimotié
- Shh… - me calló poniendo los dedos sobre mis labios – solo intenta ser buena conmigo por una vez si? Ahora voy a buscar una cosa y mientras tanto vas a ser una nena obediente y te vas a quedar quieta…

Me alzo en vilo y me recostó en mi cama con una lentitd extraordinaria, yo no sabía que hacer. Él estaba tan inmutable que apenas notaba mi rostro protestón. Se sentó a mi lado y apolló su mano en mi vientre. Lo miró por unos segundos y se inclinó, besó mi frente y luego se levantó y salió de la habitación susurrando: “no te muevas… no te muevas

Lo miré irse y a los 5 minutos consideré que era tiempo suficiente para moverme. Aún tenía la ropa que usaría para ir al liceo, por lo que me cambié y me puse algo que pudiera mancharse, aunque no quisiera sabía que Máximo me obligaría a beber , no le importaría hacerlo a la fuerza. Estaba demasiado enojad cuando se fue, podía sentirlo. La parsimonia de sus movimientos solo eran una mascara para ocultar el enojo que sentía.

Me puse un pantalón deportivo gris y una polera negra, pensé que cuanto más oscura menos se notaría. Fui hasta el baño seguido de eso y me peiné un poco, estaba nerviosa, no quería hacerlo… pero por otro lado… para cuando max me obligara a tomarme eso la persona ya estaría muerta no? No habría nada que hacer al respecto más que hacer tripas corazón y tomármelo todo… aún así la idea me daba repulsión.

Suspiré y me miré al espejo una vez más, los colmillos aún seguían ahí, relucientes y feroces. Me gustaba como quedaban con mis labios, pero en verdad quería que desaparecieran, me incomodaban para hablar, pinchaban mis labios y dolía, me forzaban a mantener la boca entreabierta y a tragar saliva progresivamente.

- Ugh… - gemí notando que el canino derecho había hecho un pequeño corte en mi labio inferior.

Por inercia lamí la herida, sabía rico, muuuyy rico. Relamí una y otra vez hasta que me di cuenta que la piel había sanado.. se notaba que esa característica de los vampiros también se me había pegado. Volví a mi cuarto y me recosté en la cama, por la buena preservación del encantador humor de Max, me quedé quieta, deslizando su parsimonia por todo mi cuerpo. Me costaba, era muy aburrido y además el tardaba, hacía ya una hora que se había ido… y no regresaba, me preguntaba a cuantos estaría exprimiendo para saciar mi sed, deseaba que fuera uno solo, deseaba que no fuera ninguno, pero debido a como estaban las cosas, tenía que atenerme un índice que tuviera como más bajo el 1.

Giré en la cama y miré el techo, era blanco. Que estúpido pensamiento, de eso me doy cuanta ahora, pero en ese momento no tenía la cabeza para otra cosa. Mi mente giraba sobre Max y lo que estaría haciendo mientras yo me cuestionaba todas estas cosas. También sobre la necesidad de nutrirme que tenía, odiaba esa asquerosa sed.

Gemí, mi lengua estaba tan seca que raspaba y dolía. Pero no confiaba del todo, metí un dedo en mi boca y toqué mi lengua, estaba mojada como siempre… nada fuera de lo común. Gemí una vez más y giré en la cama para hacerme un ovillo, temblaba, pero no de frío, mis músculos parecían querer moverse por si solos, mi cuerpo quería precipitarse a la calle y saltar sobre el primer desgraciado que pasara… no entendía… porque no me había sucedido antes algo así? Porqué en ese momento? Por lo menos agradecía la suerte que tenía de Max hubiera estado cerca en ese momento… me preguntaba si él tenía algo que ver… pero me lo había negado. Aún así tenía mis dudas.

Por qué siempre me llevas la contraria eh? en verdad, yo quiero lo mejor para ti…porque me haces las cosas tan difíciles? Shh… solo intenta ser buena conmigo por una vez si? Ahora voy a buscar una cosa y mientras tanto vas a ser una nena obediente y te vas a quedar quieta… Por qué siempre me llevas la contraria eh? en verdad, yo quiero lo mejor para ti…porque me haces las cosas tan difíciles? Shh… solo intenta ser buena conmigo por una vez si? Ahora voy a buscar una cosa y mientras tanto vas a ser una nena obediente y te vas a quedar quieta… Por qué siempre me llevas la contraria eh? en verdad, yo quiero lo mejor para ti…porque me haces las cosas tan difíciles? Shh… solo intenta ser buena conmigo por una vez si? Ahora voy a buscar una cosa y mientras tanto vas a ser una nena obediente y te vas a quedar quieta… Repetí sus palabras miles de veces en mi mente y siempre la acompañaba de su imagen tan hermosa y llena de pasciencia.

20 minutos más…

Mi lengua… la sentía resquebrajarse.
Mi piel… estaba cubierta de arañones que me hacía sin querer intentando mantener mi cuerpo quieto.
Mis ojos… goteaban lagrimas

Calibré la forma en que saltaría sobre su cuerpo en busca de consuelo cuando llegara… pero no, a mi favor puedo decir que él me ganó: entró en la habitación con un vidon de 4 litros lleno de un liquido rojo que olía a gloria. Me ovillé más, resistiéndome a esa cosa liquida que olía tan bien.

Máximo me observó, analizando mi situación y luego dejó el vidón en el suelo y se acercó con paso lento a mi cama. Lo observé acercarse por el rabillo del ojo, miraba mi figura con una cuota de inseguridad. Inclinó su torso y besó mi rostro.

- Adoro cuando me haces caso… - susurró en mi oido y luego se enderezó – no pude encontrar nada mejor en tan poco tiempo… espero que te alcance.

Tomó el vidón y me lo alcanzó hasta la cama, lo destapó y le puso un mega popote, era super largo y enorme. Me miró con una sonrisa.

- Es mucho más rico con pajita… - aseguró invitándome a tomar.
- No quiero… balbucee apretando los ojos y quedándome quieta. El contenido rojizo ya había esparcido su olor por toda la habitación. Gemí.
- Vamos… hazlo por las buenas si? – me animó él apollando su mano en mi pierna – no quiero obligarte…

Lo miré a los ojos, no mentía. Hice un pequeño gran esfuerzo y me senté, miré la pajita con el ceño fruncido y luego a Max con la esperanza de que no se pusiera firme y tomara todo por mi.

- No kmi… hazlo, además ya esta muerto no? No puedes regresarlo a la vida ya…

Suspiré pues sabía que tenía razón. Acerqué mi boca al popote y cerré los ojos. Chupé, pero mientras lo hacía no respiré con la esperanza de no sentir el sabor… el liquido se coló por mi garganta como un sunami. Sentí el olor, el sabor, la textura… todo. Solté el popote y me alejé.

Miré a max, sonreía.

- Bienvenida al club – comentó inclinándose y atrayendo mi rostro hasta el maldito popote otra vez – más…
- Ughh…

Balbucee y me dispuse a tomar otra vez, me gustaba… q va! Me encantaba! Lo adoraba! Pero no soportaba la idea de que alguien estuviera muerto solo por darme ese placer…

Qué?! , pensé al notar que sin darme cuenta había estado tragando sangre humana mientras pensaba lo anterior… yo no había metido la boca allí o si? Intenté parar, pero mi propio cuerpo no me lo permitía, estaba comenzando a tener miedo. Mi cuerpo parecía no priorizar bien mis necesidades, por momentos dejaba de respirar para poder tragar más, lo que me daba ganas de vomitar, pero aún así seguía tragando.

Max me miraba, creía que le parecía normal mi comportamiento. No podía hablar, no podía controlar mis colmillos que se aferraban con fiereza al platico de la pajita. Miré hacia todos lados sin mover la cabeza y fijé mi vista en max, lo miré, gritando por dentro que me ayudara, que me liberara de ese plastico infernal. Esbozó una pequeña sonrisa complacido por mi estado famélico y comenzó a explicarme lo que de cierta forma ocurría…

- Camila sabes que el cuerpo humano tiene prioridades no? Primero respirar, luego el agua, luego la comida y por ultimo el sueño… bueno, los vampiros también tenemos un orden de prioridades: 1) la alimentación 2) la preservación 3) la reproducción. Eso es lo que dictan los cuerpos de los vampiros… tu vas por el 1, todos empezamos por ese, porque la primera vez que nos alimentamos de esta forma las ultimas dos necesidades quedan de lado, incluso la preservación. Muchos de nosotros han muerto a causa de eso, beben y mientras lo hacen no piensan, entonces es ahí donde aparecen los cazadores y… bueno, tu sabes…

Lo escuchaba con atención mientras intentaba despegarme del popote.

- No intentes parar, no lo lograrás, por lo menos no al principio… luego es más facil. En realidad debes hacerlo… porque, hay algunos que han reventado por eso… - se quedó pensando, como recordando algo – creo que el tipo que reventó había llegado a comerse 25 de una sola vez… eso son… 25 x 4… 115… no?

Lo miré reprobatoriamente y moví los ojos hacia los lados, negando.

- Eh? Como que no? Para para… 25+25= 50 y 50x2=100! Viste?! Da cientoquin… - lo razonó – si, viste tenía razón yo, da 100…

Puse los ojos en blanco, era un inmaduro… me miró ofendido.

- Bueno... algunos no somos genios sabias?! Además, la matemática no es mi materia! No es mi culpa…

Hice caso omiso a sus palabras mientras intentaba cerrar la garganta. No funcionaba. El vidón tenía menos de la mitad de su contenido, eso me ponía los pelos de punta.

- Como sea, el tipo se tragó 100 litros de sangre de una sola vez, y está claro que su estomago no aguanto tanto… así que literalmente, explotó por dentro… recuerdo ese día… parecía una manguera con agua roja… - su recuerdo me pareció totalmente repulsivo… me daba cuenta que para él hablar de eso era demasiado normal, de seguro para todos los vilumet era demasiado normal…

Silencio. Él no emitió palabra durante unos minutos y yo simplemente, no podía hacerlo! Sentía que iba a estallar, pero aún así seguía tragando con desespero. Me sentía parapléjica, pues no podía mover ninguna parte de mi cuerpo a no ser los ojos, que en nada tenían que ver con la alimentación.

A esa altura solo faltaban 5 centímetros de liquido para que el vidón se vaciara. Cerré los ojos e intenté no pensar en nada en particular, intenté alejarme de mi cuerpo, salir de él y dejarlo hacer lo que quisiera, estaba resignada.






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ojala les guste la tercera parte del cap. todavia falta un poco más para que termine... besiiitooooss!!!





disculpen si no posteo en pascha tan seguido como en NE, pero saben que pasa? esta parte de Noche Eyerna es muy importante y necesito darle un poco más de importancia.. bessoos

domingo, 18 de julio de 2010

Your Bloody Side (parte 2)


Disculpen pero no me aguante, estos caps son demasiado interesantes como para no escribirlos rapido... asi q ya que lo terminé lo posteo okis??? aw... todo el Cap Your Bloody Side es muy importante en la nove....ojala los disfruten! besoooos! --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Respiré hondo e intenté no pensar en que mi amado iba a matar para alimentarse, pero no me fue posible, esos pensamientos regresaban una y otra vez a mi. incluso creía sentir yo la sed… esa hambre devorante que causaba la muerte de personas para poder ser saciada. Apreté el almohadón que había entre mis manos. Quería saltar por la ventana y morder al primero que se me cruzara… eso no era normal… a caso tendría yo el síndrome del vampirismo? Ese que tienen algunas personas que se creen vampiros? No, no lo creía… pero podría asegurarlo?

1 hora pasó, la aflicción de mi supuesto vampirismo aún estaba vigente. Había un olor en mi casa que me hacía arder la nariz, era… era… manzana. Enun intento por borrar ese olor cerré la puerta de mi habitación y abrí las ventanas. Quería que el aire corriera y borrara el mal recuerdo de un olor que ponía a mi mente en peligro de una enfermedad un tanto extraña.

A mi favor la naturaleza hizo que Max llegara a los pocos minutos. Estaba como reluciente, pero notaba que acababa de terminar, se relamía los labios con insistencia y repasaba con su lengua el relieve de sus caninos como para constatar que no estaban en su tamaño habitual, en el tamaño de su especie. Me miró a los ojos, los suyos de un tinte bordo oscuro…

- Max… creo que me estoy volviendo loca… que estar cerca de ustedes me está afectando… - balbucee intentando obviar que todo su cuerpo olía delicioso – pero… pero…
- Camila estás pálida… - me interrumpió abriendo grandes los ojos y arrodillándose junto a mi, pues me había quedado hecha un ovillo en una esquina de mi habitación – y fría… - musitó tocándome, pero su tacto ya no me parecía tan frío, más bien… casi a la misma temperatura.
- Max… creo… creo… estoy loca… quiero, quiero… ugh… - mi voz balbuceante se frenó ante la triste verdad, una verdad que susurré en el más infinito de los silencios – Max… tengo sed.

Su mirada horrorizada se clavó en mis facciones, que ante la presión comenzó a soltar lagrimas. Mis lagrimas caían hasta el suelo… desintegrando las primeras capas de la madera?! Si… eso hacían. Me horroricé aun más y busqué el refugio de sus brazos de manera desesperada. Él me acogió en sus brazos mientras el miedo me iba carcomiendo… sentía el sonido de la ropa desintegrarse al contacto con mis lagrimas… me molestaba ese sonido.

- Camila… camila… camila… escuchame por dios?! – Maximo tomo mi rostro entre sus manos y me obligó a verlo – abre la boca, mi amor… por favor abre la boca!

Aun seguía llorando, pero hice un esfuerzo y cedí, entreabrí los labios, pero eso a Max no le alcanzaba, sus dedos hicieron algo asi como una palanca y abrieron mi boca al máximo posible a mis mandíbulas. Miró horrorizado y luego soltó mi boca y me abrazó con fuerza, dominado por un extraño miedo.

-max…? – le pregunté, tenía mucho miedo.
- camila.. tengo que hacerte unas preguntas… contéstame con la verdad… alguna vez en tu vida te cruzaste con otro como nosotros?
- no… nunca. – contesté tragándome las lagrimas.
- es la primera vez que te pasa algo asi?

Me lo quede pensando… si, definitivamente era la primera vez, anteriormente había sentido extraños olores y a veces mas fuerza de la normal… pero nada muy raro.

- Contéstame! – Maximo tampoco sabía que hacer… el también estaba dominado por el miedo
- No.. no nada igual… a veces olores que los demás no sentían, tal vez un buen oido alguna vez o un poco de fuerza más de lo normal… no es nada malo o si?
- Y… algo asi como… no sé, algo que los demás no puedan hacer y tu si?
- Algo asi como un don?
- Si… eso mi amor, eso…

Recordé enseguida mi extraña cualidad para dominar a los demás.

- Si.. de eso si hay algo… desde que tuve el accidente, desde que tengo 8 de alguna forma pueda hacer que las personas hagan lo que quiero por mi… como si las controlara… pero solo sirve con personas sin mucho cerebro.. con los demás es mas difícil, solo consigo que digan lo que quiero que digan… solo eso.

En cuanto dije la ultima palabra Max pareció descomponerse, se apolló en mi hombro y respiró con dificultad…

- Es eso cierto? No me estás mintiendo verdad?
- No… es verdad, lo juro Max lo juro… - gemí ovillada contra su pecho.
- Entonces… entonces… - balbuceó – eres… casi como nosotros…

…casi como nosotros… esas palabras claves fueron determinantes por el resto de mi existencia, muchas veces me trajeron problemas y otras tantas beneficios, pero siempre fueron más problemas que otra cosa.

- Casi como ustedes? – al principio no lo entendía, no veía la conexión – qué tengo yo que ver con…
- No puedo explicártelo, tienes que verlo tu… - susurró soltándome – mírate al espejo por favor no grites…

Sus ultimas palabras me asustaron un poco, pero aún así tomé valor y me levanté. Con pasos sutiles y tal vez demasiado silenciosos me desplace hasta el baño, ahí estaba el espejo más grande. Cerré los ojos en cuanto estuve frente al espejo y luego de un minuto los abrí de a poco, al principio nada estaba claro pues tenía los ojos muy cerrados, pero cando los abrí del todo ahogué un grito de puro pavor…

Mi piel era pálida, demasiado pálida… lo que hacía que mi cabello castaño y despeinado pareciera mucho más oscuro. Mis ojos color miel lucían un tanto refulgentes, como si en la oscuridad tuvieran un extraño brillo fluorecente. Mis labios carnosos estaban palidos y de apariencia fría, los despegué para ver que era lo raro que veía Max en mi boca y ahogué otro grito… un par de colmillos blancos y relucientes se asomaron. Eran largos, tal vaz el largo como el doble de los de un humano. Eran puntiagudos y de apariencia filosa, me acerqué más al espejo para verlos mejor, eran aterradores… pero fascinantes. Los repasé con la lengua para sentir su relieve, era un tanto divertido hacerlo a decir verdad…

Aun estaba sin creerlo cuando salí del baño y volví junto a Max, seguía relamiendo mis caninos un tanto facsinada, pero sin olvidar la cuota de miedo que tenía antes…

- No me digas que ya adoptaste la mala costumbre de relamerte los dientes… - susurró Max sentado en el suelo, tal vez demasiado bajo como para que otro lo escuchara…
- Es divertido… - dije en mi defensa, por alguna razón ya me sentía mucho más tranquila, como si ya hubiera aceptado y asimilado esa monstruosidad que había visto frente al espejo.
- Lo sé… a mi me pasa lo mismo, es la costumbre que te queda después de comer…

Me senté a su lado, aún tenía demasiadas preguntas como para estar muy tranquila. Toqué su pierna para llamar su atención, me miró al instante.

- Max… qué es esto? Por qué me pasa? A mi no me mordió ningún vampiro para hacerme esto o si? No fue ninguno de ustedes verdad? Tampoco fuste tu cierto? Y… y esto se pasa verdad? O quedo así por siempre? Dime la verdad si… por favor.

Hizo una pausa y comenzó a contestar todas mis preguntas, una por una:

- Mira kmi… no te mordió ningún vampiro, ni yo, ni juli ni brenda ni cesar ni will… si alguno te hubiera mordido, ya estarás muerta… no se si me explico… veras, la… la saliva, de los de mi especie es como un veneno… a ver, figúrate los dragones de comodo si? Sabes cuales son?

Asentí con la cabeza con rapides.

- Bueno, estos reptiles tienen una saliva llena de bacterias y sirve de veneno para matar a sus presas… esto es algo parecido, pero las bacterias de nuestra saliva no mata, solo no permite que la piel sane y acelera el fluido sanguineo… para ser más claros: supongamos que yo te muerdo en un dedos, la herida nunca sanaría y la sangre seguiría fluyendo hacia la herida, por lo que nunca dejarías de sangrar, por lo menos no hasta que murieras y quedaras… vacia.
- Entiendo… así que si nadie me mordíó… porque soy así?
- Pues… en nuestra especie hay algo… como te explico? Sabes que todos los animales tienen que reproducirse para no acabar con la especie verdad?

Asentí otra vez.

- Bueno… los vampiros también nos reproducimos… pero solo podemos hacerlo con una solo ejemplar, o sea, un vampiro solo puede tener hijos con una vampira en especial… por eso nuestro índice de reproducción es tan bajo, porque los dos compatibles para generar una vida no se encuentran… comprendes? Por ejemplo, Brenda y Cesar son compatibles, por eso tuvieron hijos… en nuestro mundo a este tipo de parejas se les llama gemelos.
- Gemelos? – fruncí el ceño – son algo así como parientes o algo asi…?
- No… - sonrió un tanto divertido – no tienen nada que ver, se les dice gemelos porque tienen que ser de iguales características para que se de la conjunción… en otras palabras, son exactamente iguales, lo que los diferencia es su sexo. En el caso de brenda y Ces, si ella fuera hombre, sería igual a cesar y si cesar fuera mujer, sería igual a brenda… en si son lo mismo, mismo carácter, mismos gustos, mismas ideas, misma forma de pensar… coordinan en todo.
- Ah… pero yo que tengo que ver en eso, no soy vampira asi que no tengo… un… gemelo? Asi se dice no?
- Si, asi se dice… pero sabes, tu tienes mucho que ver, porque hay ciertos casos… muy extraños en nuestro mundo, donde un vampiro del sexo que sea se engemela de un humano o humana. Los casos son muy extraños, porque a veces uno de los 2 muere antes de encontrarse y entonces el otro muere… porque ninguno de los 2 puede vivir si su gemelo muere… es una cuestión sentimental, pero de fondo muy lógica y natural, si el único que puede reproducirse contigo muere, cual es el sentido útil de tu existencia?
- Eso es cruel…
- Si, pero no lo has visto ya en algunas especies de animales? Por ejemplo, hay 2 pajaritos que son pareja, si uno muere, de seguro al poco tiempo el otro muera de tristeza o soledad… ha pasado. Hay un promedio de vida después de que tu gemelo muere, es de 7 días, es solo un promedio, porque la mayoría no pasa de las 72 horas sin… suicidarse. – hizo una pausa, mientras que escuchaba mi sed aumentaba, pero quería esperar a que terminara su explicación – a decir verdad no tiene mucho sentido esperar a que se cumplan los 7 dias… porque al final terminas muriendo de tristeza, es trágico y duele mucho más que cualquier tortura… bueno, eso es lo que dicen.
- Osea que yo tengo un gemelo? – pregunté atando cabos con todas sus palabras.
- Si… y tal vez no está contigo porque está esperando a que crescas un poco más… tal vez él aparente 30 años y esté esperando a que tengas su edad… es que lo más probable es que te haya encontrado hace muchos años, tal vez incluso eras tan pequeña que no lo recuerdas, que no recuerdas ese momento… esa es la razón por la que estás así de “transformada” al ser tan igual que tu gemelo, una parte de su alma vive dentro de tu cuerpo y una de la tuya dentro del suyo… esa parte de él se manifiesta en cada humano de forma diferente, en tu caso evolucionó en el aspecto más… básico, los vampiros tenemos tres bases: salvajismo, sed e instinto. Salvajismo tienes, aceptémoslo, se te nota a leguas… sed, ya lo sabemos que también e instinto… también, supongo que lo tienes, aunque todavía no lo he visto… no me malinterpretes, la sed es normal en cualquiera y el salvajismo es… bueno, te lo veo en los ojos y te queda lindo.

Ahí si me quedé un tanto helada, no por lo de las 3 bases vampíricas porque eso no me había llamado tanto la atención, lo siguiente me preocupaba mucho más: entonces, Max no era mi gemelo? No era el indicado? Porque si mi gemelo era otro… el indicado no sería Máximo, sino mi gemelo en cuestión? Se me calló el alma a los pies, no creía que pudiera querer más a otra persona de lo que quería a Max.

- Pero… pero… entonces, no… no eres tu? – balbucee en voz inaudible, por alguna razón eso me daba un tanto de vergüenza –

Hizo una pausa, como pensando algo, meditándolo.

- No… no mi amor… yo no soy tu gemelo.
- No? Como estás tan seguro…?
- Dicen… dicen que cuando te engemelas de alguien, es como… como si supieras que desde ese día tu vida va ha ser genial, como si… no se, es algo único que no puede describirse… solo… solo sabes que es el o la indicada. – respiro hondo – y yo lo siento, pero no sentí nada a algo parecido a eso cuando te vi ese día en la puerta de tu casa…
- Ah… bueno, si es por eso, yo tampoco… pero no entiendo, por qeé entonces puedo amarte tanto?

Rió un poco como melancólico, como si no fuera la primera vez que le decían eso.

- Mi amor, que tengas gemelo no te impide amar a otros hombres… claro, siempre vas a preferirlo a tu gemelo, es lógico, pero puedes amar a otros… y si me amas a mi te lo agradezco, porque yo también te amo sabes?

Le sonreí y me acerqué para besarlo pero me freno empujándome levemente hacia atás, un tanto ofendida fruncí el ceño.

- No te me enojes nena, pero créeme que no es nada agradable besar a alguien con colmillos… es doloroso, lastima…
- Ah… - esa excusa me pareció razonable – max… tengo sed… todavía parece que me deshidratara… me traes agua?
- No… nena, eres mitad vampireza así que solo calmas esa sed con sangre, aunque no te guste tendrás que beber, y si sigues asá, bastante seguido…
- Eh? No hablas enserio…
- Muy enserio, ahora mismo vas a beber… o de seguro serás capas de matar a tu madre para vaciarla… con esos colmillos eres peligrosa, aunque no te guste tendrás que aceptarlo, desde ahora que te revelaste… eres una ascecina.
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bueno, de ultimo momento acabo de decidir que el cap. Your Bloody Side tendra algunas partes más... por lo menos 2 más... es un cap largo y muy importante... besos chikis!

sábado, 17 de julio de 2010

Your Bloody Side... (parte 1)


- muchas gracias… no tienes idea de lo bien que me ha hecho hablar contigo…

me giré y comencé a caminar, el viejito tenía toda la razón, no podía sufrir así por uno que era probable que no se lo mereciera… pero yo deseaba con todo el corazón que si lo hiciera! Que si se lo mereciera… porque el viejito había dejado varios bachen en blanco en esa historia… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? Me giré a gran velocidad y volví a sentarme en el banco junto al viejito…

- tengo unas dudas que no quedaron nada claras… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? – a medida que lo largaba todo la velocidad de mis palabras aumentaba. Respiré cuando hube terminado.

El viejito me miró de refilón.

- Bueno… para casos puntuales no tengo respuestas niña… por mi experiencia propia, n estoy capacitado para aconsejarte… yo n tuve ningún problema para estar con mi Irene…

Lo quedé mirando con los ojos bien abiertos.

- Ese es el gran consejo? Mi gran solución?
- No… porque no hay solución, eso tendrás que averiguarlo tu sobre la marcha.

Estaba verdaderamente indignada con el personaje ochentero en cuestión. Me levanté molesta y le susurré: gracias… luego seguí hasta mi casa y pasé el resto de la mañana pensando la forma en la que seguiría con esa historia… era de lo más complicada. Hacía las 3 de la tarde sonó mi celular… Max, me resistí al primer llamado sin atender, pero cuando llamó por segunda vez no me quedó otra que atender.

- Amor… hola! – parecía un tanto atómico – puedo verte hoy? Espera espera… ya estás en tu casa?! Creí… creí… CREÍ QUE LA IBAS A CUBRIR A JULIETA CON JEAN!
- Ah… así que tu estás al tanto?
- Pero claro! Yo los persuadí de ratearse!
- Ahh… ahora lo entiendo – asentí, luego continué – Max, pues resulta que yo también me ratee sabes?
- QUE HICISTE QUÉ?! – gritó del otro lado de la línea.
- Lo que oiste… no estaba con el humor… pero descuida, Julieta está cubierta.
- NO NO NO! – protestó – NO ESTÁ BIEN QUE FALTES A CLASES PORQUE SI! LA EDUCACIÓN ES LO PRIMERO!
- Pero Max… acabas de decir que fomentaste que Julieta se rateara!
- LO QUE DIJE O NO DIJE NO VIENE AL CASO! EN LA VIDA TENGO MUCHAS FUNCIONES: CUBRIR A JULIETA, MOLESTAR A WILL, PASARLA BIEN Y, LO MÁS IMPORTANTE, NO PERMITIR QUE TE DESCARRILES!! PORQUE TE AMO ME ENTENDISTE?! – hizo una pausa donde sentí su respiración, como intentando calmarse. – ahora… tranquilízate un poco y pensemos… tenemos que hablar de tu actitud… voy para alla.
- Máximo! Sos vos el que grita no yo! De mi actitud?! Si es por eso no vengas ok? Y si de verdad me amaras por lo menos entenderías una pisca de lo que estoy pasando… ME ENTENDISTE?!

Le corté, así me ponía de malas.

Me llevé las manos al rostro, no soportaba esa actitud de él en ese momento, estaba insegura , tanto que ni siquiera había podido disfrutar de su primer “Te Amo”.



En cuanto lo vi cruzar el umbral de mi habitación sentí todas las ganas de lanzarme a la seguridad de sus brazos aunque hacía pocos minutos me hubiera enojado tanto con él. Me sentía totalmente insegura y sus caricias eran el mejor consuelo para eso. Me miró con una sonrisa pero al instante cambió el semblante y se abalanzó a donde yo estaba. Sus brazos me apretaron contra su cuerpo, como se las ingeniaba para saber que estaba mal con solo mirarme?

- Qué te pasó mi amor? – sus labios besaron mi rostro una y otra vez como intentando desprender de mi piel la aflicción – sé que me pasé un poco recién… pero es porque te quiero y ya sabes que soy un poco histérico verdad? Y perdóname por no entenderte del todo… sé que tendría que intentarlo, pero no lo he hecho aun…
- No te preocupes…- negué cerrando los ojos y undiendo mi rostro en su hombro
- No me mientas… - dijo besando mi cuello – o sino tendré que aplicar la terapia de las cosquillas y no va a gustarte…

Me mantuve callada y apretada contra su cuerpo, no quería hablar ni decir nada, solo quería estar ahí. Me tomó entre sus brazos y me alzo en vilo. Sus pasos vacilantes se dirigieron a la cama y me recostaron en ella. Lo tironee hacia a mi, no soportaba tenerlo lejos, sentía que se me escapaba de las manos y que no conseguiría atraparlo más. Se tumbó a mi lado y su brazo derecho rodeo mi cintura atrayéndome más hacia él. No opuse resistencia aunque me incomodó un poco cuando su mano izquierda levanto mi mentón para que lo mirara a los ojos. Me miró por largo rato, analizó mi expresión con lentitud, parecía entender como me estaba sintiendo…

Se adelantó un poco y besó mis labios dulcemente, se separaron nuestras bocas y aun con las cabezas unidas susurró en el silencio:

- Yo jamás… nunca, nunca jugaría contigo así! Sé que esto es un poco raro pero de verdad me haces sentir bien… no sé, es que te quiero mucho y cuando me abrazas… no sé, solo me da la impresión de que nada me puede pasar, nada me puede poner triste ni nada por el estilo… - sus labios rosaron los míos, pero yo estaba bloqueada por la emoción. Tal vez él no había sido poético ni nada por el estilo, pero era justo lo que quería escuchar. – y… si soy un poco bipolar es porque te amo… y yo… yo siento que debo protegerte de todo, siempre y no es taaan así como debe ser… y quiero que sepas que si me enojo es porque soy terco, muy terco y orgulloso, pero a los minutos se me pasa… lo juro! Así que no te enojes conmigo si? No te pongas triste por eso por favor…

Lo abracé con fuerza a la vez que una sonrisa surcaba mi rostro. El olor de su cuello me choco de lleno en la nariz y por un momento quede embobada por su aroma, pero al instante se me paso levemente y pude ser un poco más conciente.

- Gracias… - susurré en su oido – por ser así conmigo…
- Te lo mereces nena, te lo mereces…

En ese momento recordé las palabras del viejo “…el día que encuentres a ese que de verdad te quiera, te respete y entienda todo lo que eres, ese día sabrás lo que de verdad es el amor…” acaso yo tenía tanta suerte? Lo amaba, de eso estaba más que segura, lo que sentía no se asemejaba a nada que hubiera sentido antes, era como estar completa y desbordante, como si fuera algo intocable mientras estuviera a su lado…

- En que piensas? – preguntó haciendo extraños moñitos con un mechón de mi pelo y desenredándolos con cuidado luego.

Te amo… , pensé, pero a decir verdad tenía mucho miedo de confesárselo.

- En nada… y vos? – soplé un mechón de cabello mio que me impedía la vista.

Max rió un poco frente a esto y lo retiró por mi, luego tomo mi rostro entre sus manos y lo miré, bien sabía que ese gesto no me gustaba nada. Sonrió como disculpándose y sus manos se enredaron en mi pelo. Me tironeó un poco para acercarme a él con la intención de besarme, pero era tanta mi desesperación por su piel que me lancé, besándolo de prepo y enredando mis brazos en su cuello, me gustaba tocar las nacientes del pelo en la nuca mientras nos besábamos.

Luego de un rato su voz repicó otra vez en mis oídos.

- Cami… amor, es que… sabes, yo tengo mis necesidades y… - parecía muy avergonzado

No entendía q que se refería, aunque mi mente perturbada me guiaba por sendas a las que no quería llegar… Max no podía estar pidiendo ESO de mi o si? No… no después de todo lo que me dijo.

- Es que… es que… quiero tu... ehmm… tu me entiendes verdad?? – preguntó poniéndose cada vez más nervioso .
- mi QUÉ máximo? – pregunté en tono serio escrutando su rostro.
- Ehmm… eh… esto es muy… ehhh… es vergonzoso amor… ehmm.. ugh.. como te explico… quiero ESO…
- ESO QUÉ MAXIMO?! – estaba en verdad ofendida, tan poco tiempo y ya quería ESO?!
- Es que… es que… ughh! Tengo sed!!
- SED?!
- Si.. sed… - escondió su rostro debajo de mi almohada – soy lamentable, lo sé.. ni me lo digas.

Una oleada de alivió me recorrió.

- Ah… bueno, quieres… beber? – me acerqué a su rostro a mi cuello – no me cuesta nada…
- NO! – gritó horrorizado, tanto , que para alejarse se tiró de la cama para abajo y calló al suelo con un sonido zordo. Se arrastró por el piso mientras yo lo miraba sin enteder nada… si quería mi sangre, porque no la tomaba? Yo se la estaba regalando…
- Max que pasa? No me molesta… de verdad.
- NO, NO LO DIGAS… NO QUIERO ESO NO QUIERO ESO!
- Pero acabas de decir que…
- NO, QUE LA QUIERO, LA QUIERO… PERO NO VOY A LASTIMARTE ASI! NUNCA, NI UN RASPÓN DE NADA… NO
- Pero Max… la piel sana tonto… - le dije con una sonrisa – ahora ven... no me importa.
- NO… NO… NO… las mordidas no sanan camila! Tengo que… tengo que… en un rato vuelvo… si, si, si… eso… - salió a tropezones de la habitación y haciendo gran ruido.

O era muy pamentero, o de verdad se estaba muriendo de hambre… cualquiera de las 2 opciones me puso los pelos de punta. La primera, porque ningún hombre de verdad hacia tanto pamento por nada y la segunda porque… bueno… había que decirlo… una persona no volvería a su casa ese día, jamás volveria.
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okis, aqui les dejo el capi... puede que no les guste la idea, pero les vilumet beben gente, porque no pueden comer otra cosa... acostubrense pliss y hagan tripas corazon... gracias chikis!

lunes, 12 de julio de 2010

Cap: No Tienes Idea (parte 2)

- No sabes lo que paso!! Es… INCREIBLE!
- Que?!
- ME VOY A RATEAR! – exclamó contenta
- Ratear…? Osea… seguro que te vas a ratear, del ratear de faltar a clases?
- SII! Eso mismo, exactamente… lo que pasa es que… viste ese chico que está alla? – señaló un muro en la cuadra de enfrente, era alto con un poco de barbita y el pelo castaño oscuro, parecido al de max.
- Si… es… candente… pero un poco grande para voz no? Digo.. parece de 18 por lo menos.
- 19 – aclaró – es… como yo, vampiro. Es el… el amigo de un primo del hijo de un amigo de mamá… está de vacaciones con el hijo del amigo de mamá… vinieron a casa y… bueno, hay que disfrutarlo mientras tanto.

Lo miró y le guiño un ojo, este, desde la acera de enfrente sonrió.

- Bueno, necesito que me cubras… okis?
- Ehmm… si, haré lo posible…
- Y LO IMPOSIBLE TAMBIÉN!
- Si… está bien. Will tampoco lo sabe no?
- NO!
- Okis… pero me debes una eh?! Jaja
- Ehmm… vamos, no te hagas la tonta que te vivo cubriendo a vos… - me mandó esa indirecta y quedé helada – ya… sabes que no me importa, hasta me alegro de cubrirte…es divertido. Además asi max me deberá una y eso con él siempre es muy conveniente.
- Ahh… mira. Pero no entiendo... – negué lo mejor que pude, aunque debo decir q no fue suficiente. Con ella nunca era suficiente.
- No te hagas la tonta que muy bien sabes que lo sabes… ademas, cuál es el problema?! Dimelo! Él es hermoso, él sabe que tu también lo eres y se gustan…qué más pides? Hasta yo querría uno como Max… pero por ahora tengo a Jean… asi que no me quejo.
- Asi que… solo… lo aceptas tan facil? – me costaba creerlo en verdad, estaba aturdida.
- Ee… Si. Me pone feliz que por fin Máximo se defina por una que a mi si me cae bien… ya no tendré que darles salida por él.
- Osea que literalmente estropeas todas sus relaciones? – eso si que era egoísta de su parte.
- NO! Solo… digamos que lo persuado, aunque es él a veces el que les da salida con rapides… digamos que por ahora no ha habido una que realmente él haya querido encerio…

La miré con una especie de temor reflejado en mi rostro… y si yo solo era una más? Y si era un juego…? Si todo era un perverso juego? Tragué con dificultad mientras el miedo me iba carcomiendo por dentro. Y si… y si…

- Kmi estás bien? – Julieta frunció el ceño y se acercó más a mi.
- S-s-si… - mascullé.

Y si… y si… y si él solo jugaba con mi inocencia, porque yo podía ser muchas cosas pero todo lo que yo pudiera ser, él lo era miles de veces más. Era ilógico, pudiendo tener a todas las que quisiera aun así estaba conmigo y al parecer eso le bastaba. Ni siquiera yo me hubiera preferido, pero él si. No entendía que veía en mi, que potencial podía tener yo como para competir con tantas otras, pero tal vez le agradaba que de alguna forma siempre sabía lo que esperaba de mi, lo que quería… lo entendía.

De alguna forma eso me dejaba un poco más tranquila, siempre esperaba que cuando lo abrazara él sintiera lo mismo que yo sentía cuando me envolvía en sus brazos: seguridad, que tuviera esa sensación de que pasara lo que pasara yo siempre estaría ahí para él…

Aun así, la inseguridad seguía carcomiéndome, me sentía mal, como atropellada por un avión de guerra.

- Camila… no quieres… venir con nosotros? – preguntó ella con la preocupación plantada en el rostro.
- N-n-no… solo… necesito pensar. – no quería ir y enfrentarme a las clases, las cuales ya habían comenzado, pero debía hacerlo, no podía fallarle a Juli.
- Y si… porque no… porque no piensas en, no se, algún lado… no importa, no vayas a clases…
- Pero y tu y… él? – no recordaba su nombre con exactitud.
- No lo sé… podemos decir que nos rateamos juntas y que fuimos a… no se, al shopping? Aunque yo me vaya por mi lado con Jean y vos vuelvas a tu casa más tarde cuando tu madre vaya a trabajar
- Si… es buena idea. – acepté intentando aflojar los ceñidos que estaban los musculos de mi frente.
- Okis… quieres, contarme que te pone mal? Jean puede esperar un poco más… al final, estaré todo el día para él no?
- No… después hablamos, ahora anda y disfruta de ese… vampiro fachero por mi y por todas las chicas que puedas…
- Gracias amiga… - susurró y me abrazó para darme ánimos, aprecié mucho ese gesto de su parte.

Me miró comprensiva y se fue con paso calmado. La observé unos momentos y luego pensé a donde ir, mamá no entraba al trabajo hasta las 9:00 y eran en ese momento las 8:25. No tendría que esperar mucho, por lo que caminé con pasos vacilantes hasta la plaza más cercana y me senté ahí a pensar en que hacer, como seguir y como quitarme esa inseguridad de arriba.

Un señor de unos 85 años me vió fijamente durante unos minutos, de seguro veía la callada aflicción de mis ojos, deduciendo de mil formas lo que hacía en esa plaza a esa hora tan temprana de la mañana. De repente se levantó ayudado de su bastón y se acercó hasta sentarse a mi lado en el pequeño muro de piedras y cemento. Me miró un segundo y luego comenzó a hablar, habló sobre su vida y me contó muchas anécdotas de su adolecsencia, sin que yo lo hubiera pedido, esa hombre que bien podría haber sido mi abuelo consiguió apartar de mi los problemas un tanto.

Aunque no pronuncié palabra, presté mucha atención a sus palabras. Había nascido en Italia y de joven había migrado a América, primero a cuba, luego Bolivia y por ultimo Uruguay, donde se había establecido y donde un tiempo después conoció a la que sería su esposa y madre de sus hijos, abuela de sus nietos. Me contó que su mujer se había llamado Irene, pero que había muerto hacía y muchos años. Por ella había sentido un amor inmenso, según él aun lo sentía, pues no pasaba día que no recordara su alegre sonrisa que siempre lo hacía sentir bien y que como la mejor de las primaveras alegraba todos sus días…

Hizo una pausa. Le presté mucha atención a su rostro zurcado de arrugas y que se había curtido con el paso de los años.

- No vale la pena sufrir de esa forma por una persona que no te merece, pues el día que encuentres a ese que de verdad te quiera, te respete y entienda todo lo que eres, ese día sabrás lo que de verdad es el amor… - su voz flaqueó por unos segundos y se la aclaró mientras yo pasmada lo miraba con los ojos bien abiertos – puede que pase tiempo antes que encuentres a la persona indicada, puede que tengas que pasar por muchos que no te merezcan, pero al final, todos encontramos a ese que de verdad nos ama… y cuando se va, no se siente pena porque sabes que esa persona siempre vivirá en tu corazón… - terminó de hablar y me sonrió a la vez que con una mano acarició mi cabeza despeinándome un poco. – así que no sufras más pequeña y levantate, ve y disfruta de tu juventud, porque nunca más serás así de bella y así de joven!

Me dio un leve empujó para que me levantara y así lo hice, lo miré con una sonrisa y le agradecí, con mi voz y con mi alma…

- muchas gracias… no tienes idea de o bien que me ha hecho hablar contigo…

miércoles, 7 de julio de 2010

no tienes idea... (parte 1)

Lo pensé un poco… no sabía que pedir, pues no sabía que podía haber en la heladera.

- Ehhh… café con leche? – pregunté indesiza con el ceño levemente fruncido
- Batido? – preguntó la mujer con una sonrisa mientras continuaba con sus deberes
- Si, por favor…

Desayunamos en el comedor y después cada uno se fue a sus respectivos deberes… Julieta y yo llevamos los platos sucios a la cocina y los lavamos…

3 semanas después….

La alarma sonó como todos los días de mi vida, lo que me provocó histeria, yo solo quería ser adulto para que no sonara el despertador a esa hora.

Rechiné los dientes y contra mi voluntad tome fuerza de no se donde y me levanté, el frío me caló como cuchillos… bueno, como cuchillos no, eso sería muy exagerado de mi parte, pero si puedo decir q me caló como escarbadientes.

Me vestí sin mucha prisa, aunque sabía que luego tendría que correr para alcanzar el liceo a tiempo, ciertamente a esa altura no me importaba, las cosas en mi vida se perfilaban muy confusas complicadas, pero por el momento era muy feliz, tal vez convenga que explique el motivo de mi felicidad, pero la verdad eran muchas cosas juntas: los problemas con mis amigas habían desaparecido, aunque ya no hablaba con ellas, por lo menos no nos peleábamos; will se estaba alejando de a poco de mi, lo que de alguna forma me ponía más tranquila porque en ese momento solo estaba para una persona: Max. Si, no sé como pasó, pero de un momento a otro se tornó lo más importante, muchas veces me sentía aplacada por su edad… no por la que tenia, sino por la que aparentaba, sabía demasiado bien que él era muy grande para mi, pero solo me bastaba con ver su sonrisa para olvidar este pequeño detalle.

Lo nuestro era de lo más secreto, ni siquiera Julieta tenía idea de nada, aunque a decir verdad sospechaba que si lo sabía… por su parte mi amiga no nos delataba o nada por el estilo, supongo que lo aceptaba de buena gana.

Para terminar de vestirme me puse una campera que extrañamente tenía olor a Maximo. La oli con los ojos cerrados para recordar mejor su aroma y luego me la quité, ciertamente no podía usar nada que tuviera su olor, o will fácilmente se daría cuenta.

Tomé mi desayuno y me lavé los dientes, luego saludé a mamá y salí derecho al ascensor, por lo general nadie se subía en él a esa hora, así que me sorprendí bastante cuando un adolecente que no había visto antes entró conmigo a ascensor, tenía el cabello enrulado y sedoso de un color negro profundo, la piel palida y ojos fuccias, los más fuccias que jamás hubiera visto… Maximo. Lo reconocería al instante, siempre me sorprendía llegando de improviso luciendo como adolecsentes un poco mas grandes que yo.

- Hola amor… - me saludó con su voz inconfundible.

Sus manos tomaron mi rostro más inclinadas sobre la nuca y se inclinó sobre mi rostro. Sus labios besaron los míos con suavidad. Sus besos sabían a gloria. Esas eran las palabras exactas. Lo separé de mi para ver sus ojos, que me contaban tantas cosas…

- Buen día max… - susurré dejando caer mi cabeza sobre su pecho.
- Te extraño mucho… - masculló él abrazandome – cuando podrás venir a casa?
- No lo sé, son ustedes los que tienen que invitarme, además no tiene sentido max… piénsalo un poco si? La idea es que no sepan…
- Aghhh… odio que pienses en todo…. Es detestable que me cortes la ilusión…

“siempre quejándose…” , pensé sofocando una pequeña risa.

El ascensor se sacudió un poco pues habíamos llegado, nos separamos y nos miramos con una sonrisa complice. Cada uno se fue por su lado, por mi parte me sentía feliz de haberlo visto, y tenía la impresión de que él sentía lo mismo…

Con respecto a los cazadores… no había cambiado mucho la situación, al alejarme de will las aguas se apaciguaron y esteban dejo de estar tan alerta, en especial después del cachetaso… ni yo podía creer que se hubiera tragado ese cuento… pero al parecer todo estaba tranquilo… por el momento. Si bien me había acercado un poco a Esteban fue en una onda amigos, pero por el momento tenía todo detenido, Max ocupaba la mayoría de mi tiempo, no importaba si él estaba o no donde yo estuviera, pero siempre divagaba y de alguna forma todo me lo recordaba, lo que me ponía tonta y no adelantaba la situación…. Todo estaba paralizado.

Con respecto a lo demás, todo seguía normal… si es que se le podía llamar normalidad en lo que se había transformado mi vida,,, mi mejor amiga era vampireza, mi chico tenía 2525 años y mi famoso amor no correspondido resultó ser un cazador de vampiros… una vida cotidiana de lo más normal, en ese momento me pregunté que diría papá de todo esto… pero solo me imagine al zorro de Dora la Exploradora diciendo: OH RAYOOOOOS!

Me faltaban solo 2 cuadras para entrar al liceo, cuando a los 50 metros divisé a Julieta que parecía esperarme en un pequeño muro sentada. Apreté el paso para llegar más rápido junto a ella.

- Hola!!! – me abrazó como si no nos hubiéramos visto en meses.
- Hola!!!! porque tanta emoción?! – pregunté siguiendo sus trotes, no le pretendía cortar la ilusión
- No sabes lo que paso!! Es… INCREIBLE!


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okis, aca les dejo la mitad del cap, la otra mitad la escribo despues, acabo de llegar de salto y cuando entre al blog se notaba la rabia que tienen... :( como sea, ojala les haya gustado.

jueves, 1 de julio de 2010

hola chikiiiss!ª!!!! cmo estan?!?! espero q bien, aca ando yo disfrutando de mis vacaciones, solo qeria avisar que estoy en salto, y que les aviso recien ahora porque no habia podido encontrar computadora con internet hasta ahora... ok, hasta despues del 9 de julio no voy a poder publicar ok??? no se me enojen okis? bueno, ya q estoy les cuento... mi tio me va a regalar en sk8 (skate)!!!!!!!! no lo puedo creer! ufff... toy muy emocionada! mi propia tabla! (L)(L)(L)(L)(L)(L) aww... no puedo esperar a q me la de en mis manitos aww... q amor... bueno, ehhh piore colores con el sk8... besitos, que la pasen lindo en sus vacas!