- Oh… cierto! No te he dicho mi nombre. Yo soy Julieta, Julieta Vílumet
- Lindo nombre. El mío es Camila, pero todos me dicen kmi..
- Debes explicarme lo de la cara de sapo… - mencionó Will acercándome una silla en la que me senté.
- Ustedes ya se conocían? – nos preguntó Julieta a Will y a mi.
- Si, nos conocimos esta mañana… - miré a Will con la cabeza levemente inclinada – aunque no se tu apellido…
- Vílumet – contestó con una gran sonrisa – Julieta y yo somos hermanos.
Miré a los hermanos por un segundo, de una extraña forma que no supe explicar, eran bastante parecidos, los dos tenían un aire a gloria que los hacían más hermosos de lo que ya eran.
- Con razón el parecido. – mencioné – así que tú también eres de Escocia…
- No! – negó la chica – yo nací en Venecia, la ciudad más hermosa de todas…
- ¿Cómo? No entiendo… - dije con el ceño levemente fruncido - ¿ustedes se mudan mucho?
- Más o menos… cada 3 o 4 años por el trabajo de papá – contestó Will con una mueca extraña.
- Y… ¿de donde vienen esta vez? – les pregunté acomodándome en mi silla.
- De San Pablo, Brasil – contestó Julieta con una sonrisa encantadora.
- Ustedes hablan portugués – les pregunté en ese idioma, no es por presumir, pero siempre fui una de las mejores de mi clase en ese idioma.
- Sim. É muito facil – contestaron los dos a la vez. Lo que dijeron en español quería decir: si. Es muy fácil.
- A propósito, que lindos ojos tienen… - le dije observando sus ojos.
- Ah… gracias! – exclamó Julieta – ¿de verdad crees que lo son? – parecía extrañada.
- Si, son preciosos, aunque no puedo distinguir de que color son… ¿violáceos o turquesas?
- Nunca me había fijado en el color – musitó William mirando a su hermana a los ojos – los de juli son más bien lilas. Camila tiene razón… son hermosos.
- Los de Will también son preciosos, aunque son turquesas – dijo Julieta mirando a su hermano.
- Bueno, voy a comer – exclamé parándome – me está dando hambre…
- Nos vemos después – le oí decir a William mientras volvía a mi mesa.
Mi almuerzo era delicioso. Pero no pude terminar de comerlo porque sonó el timbre… ya comenzaba a odiarlo, ese maldito sonido que interrumpía todas las cosas importantes… guardé todas mis cosas en la mochila y subí a la clase. Fui hasta los lockers con un paso lento y sin ganas. De ahí saqué un cuaderno blanco, de ECA (espacio curricular abierto). ECA, era la clase donde nos enseñaban logosofía, o por lo menos trataban de hacerlo. Trataban, porque cada clase era como un recreo más de 45 minutos, ya que la verdad es que nadie respetaba a Sara, la profesora, porque había reconocerlo, no tenía complejo de líder, quiero decir que era demasiado manejable… eso yo lo sabía mejor que nadie por un extraño don que poseía: podía controlar la mente de las personas, podía hacer que hicieran o dijeran lo que se me antojara y para mejor… también podía borrarle los recuerdos, por lo tanto… nadie recordaba lo que habían hecho o dicho. Yo no usaba mi don jamás… bueno, a veces me tornaba un poco perversa y hacía algunas maldades… pero no era nada grave.
Después de ECA teníamos gimnasia. El gimnasio: dos canchas de futbol 5 que quedaba a media cuadra del liceo. Era horrible. Un lugar con una mugre increíble, arena y goma negra por todo el piso, y encima, nos hacían hacer abdominales!
¡Me siento sucia de solo acordarme!
Luego de gimnasia teníamos Control de Estudio (ahí hacíamos los deberes que nos habían dejado los profesores), ese año tuvimos una profesora de unos 25 o 26 años que se llamaba Victoria. Al principio me pareció una bruja, pero luego me di cuenta de que era de lo más amigable…
Y por fin, después de Control, me fui a mi casa. Las 4 cuadras que me separaban del edificio donde vivía me resultaron insignificantes. Estaba demasiado inmersa en mis pensamientos como para estar claramente consiente, por eso, mis pies caminaban solos, como si ya conocieran el camino, y de hecho si lo conocían, ya que el año pasado había hecho ese camino un montón de veces.
Lo que me sumía en mi mente eran los divinos y tal vez malignos ojos de los hermanos Vílumet. Esos ojos ocultaban algo más… un secreto oculto por mucho tiempo, que estaba más que dispuesta a descubrir. Por más que le daba vueltas al asunto no le encontraba respuesta… una cosa era ver ojos color verde, dorado, o incluso grises… ¿pero lilas? No, eso no era normal….
Entre tanto, llegué a la puerta del edificio. En ella había un perro enorme y negro, un gran danés hermoso , casi irreal… perfecto…
Hola soy mar,
ResponderEliminarYo tambien tengo un blog,
Me he leido el tuyo y te voy a recomendar.
me gustaría que tu hicieras lo mismo por mi.
te dejo el link:
www.cassieandjakestory.blogspot.com
(dale las gracias a tu amiga camila)
te sigo
sube pronto
mar
Ya te he recomendado!
ResponderEliminarpasate cuando puedas!!
mar (cassie and jake story)