Gee♥ // Bren♥ // Max♥ // Add♥

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mis 4 amores = hermosos preciosos perfectos heavys talentosos y sexys ♥

martes, 30 de noviembre de 2010

saben? tengo la leve sensación de que no les estan gustando los caps... lo siento si no les gustan, en serio... pero es que hoy vi mi primer "no más!" y creo que caí en la cuenta de que no les gusta le rumbo de la historia... no se, no sé ni que creer... también tengo a paschaline re tirado.. créen que tendria que volver a publicar ahi?? es que ya no se ni que hacer :( bueno, a pesar de todo las amo !!

viernes, 26 de noviembre de 2010

Famous Last Words (parte 4)

Me miró conservando la calma y su brazo pasó por encima de mis hombros, ya que en mis gritos me había sentado y en ese momento abrazaba mis piernas con fiereza, porque sentía unas inmensas ganas de correr y saltar por la ventana.

- Si sirve de algo… siempre estará mi hombro cuando creas que la situación pueda más que tu – dijo estrechándome contra él – somos amigos nunca lo olvides… serán meses muy difíciles camila, si no nos apoyamos, no podremos ganar la batalla…
Nos quedamos unos minutos en silencio, pensando en como hacer para encarar la vida con más facilidad, pero no encontramos forma.

- Y…? lo haremos si o no? – preguntó a los minutos, su tono era sincero y calmo.
- Si… - asentí con todo el dolor en el alma – lo intentaremos.

Me miró forzando una sonrisa y reacomodo un mechon que caía delante de mi rostro detrás de mi oreja.

- Por más que duela, los 2 sabemos que es lo mejor. – dijo mirándome a los ojos y me asusto ver toda esa sinceridad tan clara y pura – pero mientras estemos juntos en esto, ganaremos la batalla… creeme, lo sé camila… lo sé.
- Espero que tengas razón – musité dejando caer mi cabeza sobre su hombro.
- La tengo, de eso no te preocupes.



Con benjamín habíamos planeado cada detalle, desde el más grande al más pequeño, nada podía salir mal… bueno, si, yo podía fallar. Con miedo marqué su número, me preparaba para la pelea telefónica más horrorosa de mi existencia. Benja permanecía a mi lado sentado en la mesa de la cocina mirándome y guardando silencio. yo parada delante de él lo miraba intentado contener las lagrimas.

- Recuérdalo cami… el valor de 1 lagrima – dijo mirándome – no lo olvides nunca, es más valiosa una sola lagrima bien sufrida a miles sin sentido. Eso es lo importante.

Asentí levemente con la cabeza mientras esperaba que Máximo contestara. Cuando lo hizo, por un momento me quedé en blanco como una estúpida.

- Hola mi amor! – exclamó max con tono alegre y no pude evitar imaginarme una hermosa sonrisa cruzando su perfecto rostro
- Ho-hola… - musité nerviosa, demasiado nerviosa.
- Como estás cami? Quiero verte… puede ser hoy? – reconocía perfectamente ese tono atomico que tenía cuando estaba particularmente optimista, por lo que me daba especial pavor y asco tener que cortar su felicidad – recuerdas que mañana es mi cumpleaños verdad? Quiero que lo pases conmigo… pero no quiero que faltes al liceo tampoco por eso. En realidad si, pero no deb…
- Max, estoy b…bien – dije en tono cortante.

Se quedó callado por un momento que me pareció eterno.

- Camila que te pasa? – preguntó con tono serio.
- Nada – negué con el mismo tono, pero por dentro solo quería hablar de una forma tierna. cerré fuerte los ojos mientras continuaba – nunca me pasa nada Máximo.
- No, enserio, que te pasa camila? – su tono se puso serio, algo preocupado tal vez. – no te escucho como siempre…
- Es que hoy no es siempre. – rebatí bloqueando cada sentimiento de culpa que comenzaba a aflorar en mi.
- No entiendo… que te molesta?
- No, nunca entendes… - le lancé intentando expresar desprecio, pero no me salió bien y flaquie.
- Cami… amor no estás bien… - comentó.
- Claro, porque cuando algo no me parece bien y te lo digo, la que no está bien de la cabeza soy yo?! – exclamé mirando a benjamín mientras con ceñas le decía que no podía más con esto.
- De que me hablas? Es que estas celosa de algo…
- NO! Celosa NO! Máximo no me escuchas?! No… no me escuchas! Hace días que intento decirte esto y tu no me lo permitees! Siempre me cortas el tema y termino dejándolo pasar, pero no puedo más maldita sea! – me detuve para tomar aire y para cuidar de que no me acongojara demasiado.
- Decirme que?! – exclamó él con tono sorprendido pero exasperado a la vez. – camila de que me estás hablando?!
- LO VES?! Ves que no me prestas atención?!- puse mi mejor tono molesto – pero claro, no te interesa darme un poco de atención no? Es que obviamente…
- QUE?! - me gritó interrumpiéndome – que no te presto atención?! CAMILA, SOS MI VIDA! MIERDA! QUE TE PASA ¿!
- A mi me pasa algo si… pasa que me di cuenta de lo que está bien y de lo que está mal… y estar contigo NO ESTÁ BIEN…. No me haces bien – al decir lo último la voz se me quebró la voz sin poder evitarlo.

Los dos nos quedamos en silencio por un minuto o 2. Mientras este tiempo pasaba, Benjamín y yo nos mirábamos con caras confundidas, él por el silencio de Max y yo por lo que acababa de hacer… por dios que escena más idiota era esa! Me odiaba a mi misma por hacer esas cosas, por decir esas cosas… esas cosas que no sentía. Benja asintió con la cabeza, como diciéndome que hacía lo correcto por más que me doliera.

- Así que te hago mal…? – preguntó max con tono quebrado. – no lo sabia…
- No quiero mentirte más sobre lo que siento… - musité quebrándome yo también.
- Así que, por lo que veo, que te ame es un error cierto? – preguntó si poder ocultar su llanto.

El corazón se me quebró en pedazos al oir su voz, quería gritar y gemir del dolor que sentía por dentro, mi alma parecía estar desgarrándose lenta y tortuosamente…

- Si… todo ha sido un error… - comencé intentando controlarme – pienso que… debemos, perdón, TENEMOS que borrar todo lo que ha pasado.
- No puedo borrar todo lo que pasé contigo – dijo con tono de reproche – no quiero olvidar esa noche en averdeen, no quiero olvidar todas esas tardes en casa, no quiero olvidar el primer beso… no quiero olvidar nada! NO QUIERO OLVIDARTE CAMILA! - exclamó al final y yo me empecé a derretir mientras repensaba la idea de decirle la verdad.
- Pero debes hacerlo… es mejor así, lo sé… lo sabemos. – el “lo sabemos” iba mas por benjamín que por máximo, pero al fin y al cabo, él no lo sabía.
- No… no… sigo sin entender, o sea que no se puede hacer nada? Que no podemos luchar contra esto? O sea, que todo se termina así…? Por teléfono?!
- Si…si… si… y si. – asentí con el dolor impregnado en la voz y en cada célula – yo no lo hubiera dicho mejor.
- Jamás creía que fueras así… así de inmadura – dijo con un tono de desprecio que no comprendí y que odié… - esto no quedará así Camila… no quedará así.

Cortó. Asi como así, corto. Me dejó hablando sola, sola… sola con mi dolor, sola con mi culpa, sola en mi soledad, sola con todo el trabajo sobre la espalda… sola para llorar. Dejé caer el teléfono, pero benjamín con sus reflejos lo atrapó en el aire. Aterricé de rodillas en el suelo y un mar de lagrimas calleron por mi ropa, el suelo, mi rostro… no podía pararlas. Sentía como dentro de mi cuerpo algo se separaba, desgarrándose a pedasos y torturándome con el dolor más agudo y lento que jamás hubiera sentido, me quitaba el aire y no me permitía hablar.

Benjamín guardó silencio, no hablo en toda la tarde, solo permaneció ahí sentado en el suelo a mi lado, con su brazo izquierdo sobre mis hombros, como dándome fuerzas a seguir… a seguir con una vida que de pronto, no le encontraba ningún sentido. Pero aún así debía seguir, debía seguir por todos mis seres queridos y por Máximo también, porque esto era presisamente para cuidarlo a él, para mantenerlo vivo.

Por un segundo frené de llorar, porque recordé entonces que mi madre llegaría en algo así como una hora y mi rostro no podía ocultar el dolor que aún latía desaforado por todas mis células. Máximo me faltaba y me faltaría por un tiempo indefinido… y mi cuerpo lo penaba con un dolor insoportable…

Benjamín me ayudó a levantarme y se quedó en mi cuarto cunado entré a bañarme con agua bien caliente, con la esperanza de que eso borrara la marca de mis lagrimas y mi mueca de aflicción.

Lo recuerdo bien, cerré la ducha y me sorprendió por sobremanera darme cuenta al mirarme al espejo que tenía los ojos rojos solamente, todas las demás muecas que antes demostraban mi llanto habían desaparecido. Me vestí a toda prisa con un pijama abrigado y salí directo a mi habitación. Benjamín aún estaba ahí, con uno de mis libros entre las manos, mi libro favorito: Robin Hood.

- Me gusta este libro – comentó Benja al verme entrar.
- Es mi favorito, era de papá… - expliqué con un intento de sonrisa y comencé a cepillarme el pelo.
- Estás mejor? – preguntó sin rodeos acariciando con la mano las delgadas y amarillentas paginas del baqueteado tomo.
- no, pero no se nota lo mal que estoy… y eso es lo importante – musité desenredando uno de los incontrolables mechones.
- No siempre serán así las cosas, dentro de un tiempo las cosas estarán mas calmas y…
- Cuando será eso? – pregunté interrumpiéndolo, como siempre
- No sabría decirte, no será más de 1 año… bueno, tal vez 2, o 3… veo mucha gente entre ustedes 2 – confesó.
- Entre nosotros? – preugunté sin entender demasiado.
- Si… personas que los separan… otras que los unen… pero siempre están en el medio… - explicó con el ceño fruncido mirando el suelo.

Eso solo me deprimió más… 2 años!? No, no podría con eso… pero me callé, lloraría en las noches, cuando nada ni nadie pudiera verme.

Al día siguiente, no me podía ni levantar, toda la noche llorando apenas podía ver con claridad. Me vestí con dificultad y luego de eso me fui al liceo, otro día de mierda más… Julieta ya sabía lo que había pasado y no me hablaba, maldita sea! Creía que ella sería mi apoyo, pero no fue así… apenas sobreviví a las clases cuando el próximo golpe llegó, entré a casa pensando que ahí podría aflojar mi cara de “estoy bien, no ha pasado nada” y largarme a llorar como era debido, pero esos fuertees brazos me tomaron por los hombros y me movieron a un lado mientras con su pierna cerraba la purtade un portazo.

Miré a Max llena de miedos y lo primero que hice fue atinar a mirar el suelo, no mirarlo a los ojos o estaría perdida… ese día era 3 de julio, el día de su cumpleaños y la hora era 16:58… y estaba vivo. Lo habíamos logrado… aún se mantenía con vida, pero estaba en sumo peligro por el momento, ambos lo sabíamos.

Sentí los ojos de Max perforándome… me asustaba mirar hacia arriba, no quería ver su rostro, su hermoso rostro.
Escuché sus pasos aproximándose… si me obligaba a verlo a los ojos estaría más que perdida! Perdida del todo! Perdida en él, arruinaría el plan… me quedé muy quieta y apenas respiraba, mientras creía sentir como ese dolor que sentía desde el día anterior, desgarrante y tortuoso, latía con más fuerza dentro de mi cuerpo y avanzaba con más velocidad por mis venas…

Sus manos, una a cada lado de mi cara me agarraron e intentaron obligarme a ver hacia arriba, hacia donde él estaba.

- Por qué?! – exgigió con un tono de voz molesto, irritado.

No contesté, o iba a flaquear.

- Por qué¿! – exclamó con mas fuerza.

Guardé silencio mientras clavaba la mirada lo más lejos de su cara que pudiera. Podía sentir la creciente presión de sus manos sobre mis mejillas, dolía… pero no interesaba, no en ese momento.

- Contestame… - gimió de repente, quebrandose, dejando atrás toda actitud agresiva.

Se dejó caer al suelo de rodillas, llevándome a mi con él, tirándome al suelo sujetada por las piernas. Caí de rodillas y antes de que pudiera preeverlo su cabeza se escondió en mi pecho, ahogando el llanto que salía de sus ojos. Sus brazos me rodearon la cintura con fuerza y yo seguía sin saber que hacer. Por casi un minuto me quedé muy quieta mientras Máx desintegraba mi ropa con sus lagrimas, qué podía hacer yo? Qué podía hacer para mantener el plan pero consolarlo en este momento?

Mis manos rebeldes corrieron a su cabeza, como dándome la respuesta a mis preguntas. Acarcié su pelo suave, sus hombros y su rostro mientras notaba como con mis caricias él se calmaba de a poco. Me dolía entender que luego de todas las cosas estúpidas que había hecho, con solo unas caricias podía hacer que me perdonara… me dolía saber que era tan importante para él, me dolía porque sabía que no podría estar para Max cuando me necesitara.


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aca les dejo el caappii!! espero que les gustte :)

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viernes, 19 de noviembre de 2010

Famous Last Words (parte 3)

En 2 días días sería el cumpleaños número 2526 de Max, 3 de julio ¿qué podría regalarle? Mis

aca les dejo el capi chik@s!!! espero les gusteeee!! besooos las amooo!!




En 2 días días sería el cumpleaños número 2526 de Max, 3 de julio ¿qué podría regalarle? Mis pensamientos rondaban en eso cuando entre a la clase, como la mayoría de las veces, llegaba unos minutos tarde. Me sente al lado de Julieta y le planté un beso en la mejilla.

- Hola kmi – me saludó amigablemente

- Hola juli… y el profesor? – pregunté pensativa.

- No subió todavía – miró hacia la otra esquina de la clase, Gastón y Gabriel nos miraban de refilón, nos espiaban. – no me agrada que nos miren así… hay algo mal en esas miradas, no lo has notado?

Me acerqué más a ella y disimulé que buscaba una cuadernola debajo de mi banco mientras susurraba:

- Son cazadores… y saben lo que somos

- No creo que sepan de ti – comentó en voz baja – a veces me dan unas ganas de… de clavarles los dientes – puso cara de mala persona y me miró complice. – no te pasa?

- Si… - acepté sin mirarla para evadir su mirada – no por sed, solo por maldad.

- Lo sé… - miró por la ventana detrás de mi y asintió levemente con la cabeza.

- Que pasa? – musité mirándola a los ojos.

- William… sabe algo. – desvió la mirada disimulando – iré a ver que pasa, no comentes nada.

Se levantó y se fue, me quedé unos momentos sentada pensando… me preocupaba, qué tenía que decir will? por que tenía el extraño presentimiento de que algo iba a pasar? Miré fijamente la pared por un segundo mientras no podía evitar fruncir el ceño.

Bajé al baño pues no quería que Gaston y Gabriel me vieran con mi expresión de preocupación, no quería levantar más sospechas de las que ya había levantado, no lo deseaba para nada. Me paré frente al espejo y giré sobre mis talones por pura inersia, algo malo iba a pasar, lo presentía, lo sabia…

- Qué te pasa? – preguntó una voz conocida a mis espaldas, aunque al escucharle la sangre de mis venas dejó de moverse y sentí como mis caninos apretaban para descender. Me controlé como pude y lo miré lo más normal posible.

- Me esustaste! - Lo acusé componiendo una sonrisa

- Ja ja – asintió – lo sé lo sé.

Intenté no lanzarle a esteban una mirada de odio profundo y a medias lo logre, pero por las dudas no me atreví a mirarlo a la cara. El profesor me llamó desde la escalera y sentí que por primera vez en mi vida agradecía que un docente me nombrara. Me despedí de Esteban precariamente y subí a la clase, cuando entre Julieta estaba prolijamente sentada en su lugar, su mirada no ocultaba nada a mis ojos, algo pasaba… podía verlo en su mirar.

Si hasta ese momento era feliz, se me había amargado la existencia. Benjamin sentado delante de mi en el suelo de mi cocina miraba el suelo en silencio. acababa de contarme lo más horrible que jamás hubiera escuchado, lo más horrible porque sabía que Máximo saldría perjudicado.

- Me gustaría… - comenzó benja pero lo interrumpí.

- No… ni siquera digas que te gustaría hacer algo para remediarlo – objeté aguantando la angustia dentro de mi cuerpo.

- Ojala…

- Tampoco digas que te gustaría poder cambiar el destino, porque sabes que no se puede hacer.

Nos miramos por algo así como un minuto en silencio, intercambiando miradas de angustia. Como podía pasar de estar tan feliz a tan mal?! Cómo mi vida daba tantas vueltas!? Por qué a mi?!

- Entiendes que si muere el consejo tendrá que elegir nuevo presidente? – preguntó Benjamín.

- Si, lo sé… y a Max hace demasiado tiempo que quieren destituirlo, pero incluso a distancia es tan bueno en su trabajo que no lo han conseguido… pero si muere. – dije intentando omitir que me acababan de decir que en exactamente 2 días a las 13:45, Max moriría intoxicado con agua tónica.

- Pero si muere tendrán un motivo para cuestionar la vicepresidencia de Cesar y podrán pedir una votación… eres conciente de que la mayoría de los nobles están bien sobornados?

- Si, también lo sé… no entiendo como pueden estar en contra de los criterios de Vladimir. – continué luego de su interrupción – no entiendo como esos estúpidos han pasado más de 2.000 años viviendo bajo esas reglas y que ahora de repente quieran cambiar el orden de su sociedad.

- Esto ya viene desde tiempo… la diferencia es que los vampiros al vivir tanto se toman su tiempo para concretar sus planes, pero las cosas se han acelerado desde hace unos 150 años mas o menos…

Negué con la cabeza, intentando oviar el hecho de que Max iba a morir, intetnando obviar el hecho de que todo era una cuestión política. Miré el suelo por un momento mientras los 2 permaneciamos en silencio.

- Donde estaré yo cuando él… - musité pero de forma inaudible.

- En clases, no te enteraras de nada hasta que lo llames y no te conteste. – explicó sin mirarme – pero no será un accidente… no puedo ver quien es, pero alguien mezclará agua tónica en la botella de Max y… ya conoces el resto.

Me dejé caer sobre mi costado y me ovillé en el suelo. Benja me miró apenado y gateando se acercó hasta mi. sentí su mano sobre mi hombro dándome ánimos, como si fuera un ancla que me mantenía amarrada al muelle de la realidad, no permitía que me perdiera en mi imaginación, donde todo estaba bien, donde no había un futuro trágico ni alguna minima tristeza

- Kmi… no te pongas así… no todo está perdido – susurró el chico sarandeandome por el hombro – creo que podemos hacer algo para mantenerlo vivo…

Mi cuerpo se tensó, y giré la cabeza para mirarlo, algo escéptica a decir verdad, tenía muy claro que el destino no puede cambiarse y que si hacía, traía grandes desgracias… catástrofes.

- Qué podemos hacer benjamín? – pregunté algo inquieta de sus palabras,

- Podríamos impedir que el día del cumpleaños de Max sea como debería ser… - comenzó – lo fundamental, es que nadie entre ni salga de la casa de los Vilumet, en especial Max, si ese día está tan mal como para no salir de su habitación, no morirá…

- Pero para lograr que Máximo no salga de su cuarto tienes que destrozarlo por dentro… no podría tener ni un gramo de felicidad en el cuerpo…

- Claro, en teoría, mientras Max no haga nada, no morirá… - explicó Benjamín.

- Pero como pretendes que no haga nada?! Lo conoces, es un hiperactivo importante. – objeté sentándome con las piernas cruzadas. – jamás lograremos mantenerlo triste por mucho tiempo…

- Lograremos no, lograrás – corrigió con un dejo de malicia que me alarmó – él te ama a ti, eres la única que podrá mantenerlo triste…

- Notas la incoeherencia de tus palabras? – pregunté frunciendo el ceño – con más razón, él me ama, nunca se está triste al lado de la persona que uno ama…

Pensé un segundo en sus palabras y la simplicidad y crueldad de su teoría me abrumaron… era lógico y coherente, pero frío y carente de sentimientos… claro, si uno esta feliz junto a la persona que ama, cuando esa persona se aleja uno sufre… y para garantizar la vida de Max, él tenía que sufrir. Benjamín suponía que yo debía dejar a Max para asegurar su vida, pero no podía dejarlo de buenas formas, debía destratarlo… pero como hacerlo? Como tratar mal a Máximo? Como nublar todas sus caricias? Como bloquear su voz susurrante? Como haría para evitar su mirada? NO… no podría. De seguro podría explicárselo, podría decirle lo que en verdad sucedia y entonces todo estaría bien. Pero conociéndolo, Máximo jamás lo aceptaría… no aceptaría algo así.

- Yo no dije que tu estarías a su lado. – su mano en mi hombro se situó en mi mejilla – sabes que es necesario, si no fuera así… ni siquiera te lo diría.

- Lo sé, pero aún así… tu no lo entiendes – objeté mirándolo algo escéptica.

- Camila, tu bien sabes que sé perfectamente lo que es estar lejos de la persona a la que se ama…

- Pero es diferente… - volví a protestar.

- No, no lo es… - negó bajando la mirada – no tienes dea de lo que es saber desde el día en que naces la identidad del amor de tu vida… no tienes idea de lo que es amar a una persona con toda tu alma y no poder decírselo… no sabes lo que es estar sin tu gemelo.

- Como que no lo sé?! – exclamé

- Pero tu no sabes quien es él! Y el no saberlo te inmuniza de alguna forma! Pero en cambio yo… yo tengo que esperar más tiempo.

- No entiendo, porque no intercambias tu alma con Julieta de una vez? por qué permites que piense tan mal de ti? Es que no tienes ganas de mandar todo al diablo y solo… hacerla parte de ti?

- Claaaaaaro que si! Siempre… SIEMPRE… pero no puedo, es que no lo entiendes? Confio demasiado en mis visiones y no quiero arriesgar el futuro.

- Aún así… yo no podría.

- eso no lo sabes hasta que te sucede – dijo con tono sabio el chico – como sea, estamos hablando de ti y de Máximo. Lo harás?

No respondí. No quería responder, no quería tener esa asqueroza responsabilidad… no quería dejarlo ir, o mejor dicho, no quería cortar con una tijera sin filo y errumbrada esos lazos que nos mantenían unidos… no quería borrar de mi vida esos pequeños detalles que teníamos el uno con el otro.

- Debo interpretar tu silencio como un si – susurró Benjamín mirando la pared, reconocía con facilidad que cuando benja quería, podía ser de verdad insufrible.

- No…

- Lo harás.

- No… no puedo.

- Claro que si, es por su vida camila… - rebatió con habilidad.

- Lo sé… - musité ovillándome con más fuerza – pero ponte en mi lugar… no es fácil.

- Es por Max… si no hacemos esto morirá. – explicó abrazando sus rodillas – por más cruel que sea lo que te estoy pidiendo, puedes comprender que es necesario?

- Si lo sé! – chillé con una ira interna que no podía controlar de ninguna forma – pero que pretendes que haga?! Que lo haga sufrir?! LO AMO MAS QUE A NADA BENJAMÍN! – grité, pero en las ultimas palabras deje que mi tono decayera un tanto.

Me miró conservando la calma y su brazo pasó por encima de mis hombros, ya que en mis gritos me había sentado y en ese momento abrazaba mis piernas con fiereza, porque sentía unas inmensas ganas de correr y saltar por la ventana.

- Si sirve de algo… siempre estará mi hombro cuando creas que la situación pueda más que tu – dijo estrechándome contra él – somos amigos nunca lo olvides… serán meses muy difíciles camila, si no nos apoyamos, no podremos ganar la batalla…

Nos quedamos unos minutos en silencio, pensando en como hacer para encarar la vida con más facilidad, pero no encontramos forma.

- Y…? lo haremos si o no? – preguntó a los minutos, su tono era sincero y calmo.

- Si… - asentí con todo el dolor en el alma – lo intentaremos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Famous Last Words (parte 2)

-

- –Ya tienes todo? - preguntó poniendo mi mochila en el baúl de su auto

- No

- Que te falta? – volvió a preguntar acercándose a mi

- Respuestas – le lancé seriamente mientras me apoyaba en la Tigreza

- Te aguantas, porque de eso no tengo – abrió la puerta del acompañante y me hizo una seña para que entrara al auto.

Suspiré.

- – Mira max… yo entiendo que no quieras hablar de esto, pero técnicamente estamos juntos y… - comencé pero me interrumpió.

- Técnicamente no, ESTAMOS JUNTOS – afirmó acercándose hasta pararse frente a mi – ya no hay vuelta atrás…

Miré el suelo tragándome mis dudas sobre su afirmación y volví a mirarlo.

- Voy a decirlo otra vez: max, estamos juntos y yo lo tomo en serio…

- Eso está bien – asintió llevando sus manos a mi cintura.

- Y como estamos juntos, tus problemas son mis problemas y tus sentimientos son mis sentimientos…

Sus manos terminaron de rodear mi cintura y me apretaron contra su cuerpo, sus labios acariciaron mi mejilla sin besarla, era tan tierno que me iba a derretir como gelatina si no paraba en ese momento.

- Te puedo contar un secreto? – me preguntó alejando su rostro y mirándome con una inmensa ternura.

- Lo que quieras – asentí con una sonrisa.

- Sabes que en realidad no soy muy de decir te amo y esas cosas, ni de poner apodos como mi cielito, princesita y todo eso… pero a veces me gustaría que supieras que el tiempo que he pasado contigo ha sido lo mejor… vos sos lo mejor que me ha pasado desde que me da la memoria.

Me sonrió a los ojos y eso me bastó para saber que no mentía, que sus sentimientos eran reales, que de verdad me amaba. Lo abracé, apretujeándolo contra mi, no creía que fuera posible amarlo más de lo que lo amaba,

- Sos un tierno… - dije y mis brazos treparon hasta rodear su cuello, besé sus labios rápidamente y luego lo miré suplicante – podemos hablar…? No quiero presionarte ni nada… solo quiero ayudarte.

Me sorprendió que asintiera con la cabeza y porque no había caído en la cuenta de su respuesta volví a preguntar:

- – Entonces si quieres contarme?

- Si – respondió – pero no uses tus habilidades conmigo está bien?

- Jamas – le juré al instante – ya sé que no te gusta que lo haga, y eso lo respeto.

- – Vamos… en el camino te cuento todo, está bien? – preguntó y luego de besar mi frente dio la vuelta al auto para meterse en el asiento del conductor.

Iba pensando en las cosas que me diría y como lo haría, me esperaba algo en verdad complicado… y a quien quería engañar?! LO ERA! Guardé sus palabras en mi memoria mientras hablaba para luego pensarlas después, pero a medida que iba hablando aún así las repasaba…

Max había conocido a Eugenè unos 200 o 300 años atrás. En aquel tiempo ella tenía de reina lo que yo de miss universo, lo cual quiere decir que era una total analfabeta que no sabía nada de la vida. Max, siempre tan tierno, la había “adoptado” pues en verdad le había dado pena… por lo que en verdad le sorprendió el hecho de que con el tiempo se fuera enamorando de ella, tanto que pensaba que si algo le pasaba a Eugenè él iba a morir...

Mi tierno chico reconoció que durante años años vivió con el miedo de que un día llegara el hombre que fuera su gemelo y la alejara de él… hasta que un día, la única persona de la que jamás hubiera sospechado se presentó en sus vidas: Vladimir…

- – Llegamos al castillo por la noche, ella estaba radiante, supongo que presentía lo que iba a pasar – continuó Máximo estacionándose a unas cuadras de mi edificio. Promediaban las 5 de la mañana y el sol todavía no aparecería dentro de 2 horas y media… aún estabamos en el horario vampirico… mientras el sol no apareciera, toda la ciudad eran sus dominios.

Max detuvo la mirada en un chico que paso por delante del auto, que notó la mirada de max y disimulada mente le hizo una… reverencia?! Miré algo asombrada la media sonrisa de Máximo y el asentimiento con la cabeza… eso, por todo lo que había aprendido de la subcultura vapirica, solo significaba una cosa: el joven era un vampiro. Había visto a más de uno inclinarse delante de Máximo cuando pasaban por su lado, ninguno olvidaba la posición que tenía frente al consejo de nobles…

Esperó un minuto a q el joven se alejara lo suficiente y luego me miró para seguir hablando…

- Todavía me sorprende la cantidad de vampiros que hay en esta región… - su mano tomó una de las mías con naturalidad y suspiró. – bueno esa noche estaba muy hermosa y cuando llegamos… solo basto que se tocaran para que los tres: Vlad, ella y yo supiéramos 2 cosas, que eugenè y yo jamás volveríamos a estar juntos y que su engemelación nos traería muchos problemas… y así fue, sonsideré que lo mejor era alejarme de eugenè por lo que me fui de escocia… vine a vivir con Cesar y Brenda que por ese entonces hacían la casa donde vivimos ahora… - sonrió como tonto y prosiguió - es que en realidad, yo nunca tuve una casa fija… es verdad, siempre viví, o en lo de cesar, o en lo de Vladimir… o sea, soy un huésped permantente, no se vivir de otra forma! Pero siguiendo con el razonamiento, ahí me fui a vivir con bren y ces por muuucho tiempo… me acuerdo que sufrí como un perro… me la pasaba llorando y pasó mucho tiempo antes de que me repusiera de ese golpe… es que claro, es difícil, 50 años con una mujer y de repente, de un dia para el otro no tenerla más es complicado… además yo la amaba muchiiiisimo…

Asentí con la cabeza y sonreí comprensiva, notando que era la primera vez que incursionaba en estos temas de su vida.

- Lo curioso es que… luego de tanto tiempo, cuando logré… no, en realidad cuando creí poder soportar cerca de mi ex, volví a escocia a visitar a Vladimir, porque es y era mi mejor amigo y la verdad lo extrañaba. Bueno, resulta que llegué y estuve creo q media hora en el Bloody Rose, porque eugenè no sé como, pero consiguió verme y decirme disimuladamente que todavía me amaba… - me miró y sonrió con amargura – me fui… y no pisé gran Bretaña hasta que nació Benjamín. En realidad, fuimos al bautismo de Benjamín, porque Cesar es el padrino y como brenda estaba embarazada yo también iba, porque claro, cuando cesar no estaba a la rubia esa siempre se le ocurria pedirme cosas a mi… porque cuando tenia antojo de 0RH- había que salir a cazar para ella… fua… que mujer insoportable, por suerte en el embarazo de Julieta no fue asi.

No pude evitar reir por sus reproches viejos que estaban a gran destiempo. Su mano aún descansaba sobre la mía. A decir verdad me tranquilizaba que él estuviera sereno después de todo lo que venía pasando.

- Y bueno… después de todo, tuve que acostumbrarme a ver a eugenè porque brenda termino pariendo en el castillo y nos quedamos unos meses más ahí, después nos fuimos a Italia, después a Rio de Janeiro y recién este año volvimos aquí… asi que digamos que hacía vario tiempo que no veía a mi ex.

Suspiró cuando terminó de hablar y miró hacia fuera, el viento azotaba con maldad. Observé sus facciones masculinas por un minuto más y luego me recosté en su hombro, muerta de sueño.

- Tienes sueño? – preguntó Max sin moverse para que yo estuviera más cómoda.

- Claro que… no – negué intentando no cerrar los ojos, ya que estaba dormiendome sin poder evitarlo.

- Yo si… - susurró acomodándose en el asiento – quiero una cama mierda… - se quejó y tiró la cabeza hacia atrás.

Capté la indirecta enseguida, siempre hacia lo mismo cuando estabamos cerca de mi casa decía que tenía sueño solo para subir a mi habitación y recostarse en mi cama. Reí por lo bajo y cerré los ojos un momento.


- No es más fácil decir que quieres ir a mi casa? No voy a decirte que no puedes pasar… - comenté y él en respuesta besó mi mano tiernamente.

- Me encanta cuando me lees la mente – aclaró sonriendo y me alejó de él para encender el auto, de seguro lo estacionaría en un lugar donde nadie podía verlo mientras subía conmigo.

Subimos sin ser vistos y entramos sin ser escuchados, pasamos por delante de la puerta de la habitación de mi madre, estaba abierta, pero los 2 bien sabíamos que estaba dormida. En cuando entramos a mi habitación Max cerró la puerta y no se molestó en prender la luz, estaba oscuro, muy oscuro, por lo que sus ojos luminicentes brillaban en un tono afucciado increíblemente fuerte, iluminando escasos centímetros delante de sus ojos. Me quedé idiotizada mirándolo un segundo y luego procedí a quitarme las botas y la campera. Él me miró algo interesado y también se sacó los zapatos, para luego desaserce de sus abrigos hasta quedarse en una simple remera de manga corta y deslizarse dentro de las sabanas de mi estrecha cama con una sonrisa satisfecha.

- Ven… - me llamó entre susurros y yo solo pude obedecerlo.

Me adentré en mi propia cama y automáticamente sus brazos me rodearon por completo. Me helé al principio, lo acepto, pero todo valía la pena por ver su sonrisa contenta. Plantó besos por todo mi rostro antes de taparme hasta la frente.


- Max, no nos tapes tanto q no puedo respirar… - me quejé bajando las frazadas.

- No quiero que te enfermes – objetó y se acomodó más debajo de mi, de tal forma que mi cabeza utilizaba su pecho de almohada y mi pierna derecha descansaba entre las suyas.

- Si no me enfermé hasta ahora, dudo que me enferme en este momento max… - los ojos se me cerraron de improviso y me forcé a abrirlos.

- Uno nunca sabe… además me sentiría culpable – dijo con un tono de cansancio muy parecido al mío, él también se estaba durmiendo…

No sé en que momento los 2 nos dormimos, solo estoy segra de que fue al mismo tiempo. Cuando desperté vislumbré su figura estilizada parada frente a la ventana, mirando el sol nasciente con una mando apoyada sobre el vidrio. Abrí más los ojos, aún tenía mucho sueño, cuanto habría dormido? 2 horas a lo mucho, eso era seguro.

- –Aún tienes 15 minutos para seguir durmiendo kmi… - susurró él girándose y apoyándose en el vidrio

- Odio que escuches cada uno de mis movimientos… - objeté girando sobre la estrecha cama.

- Y a mi me encanta escucharte – conrió radiante y se acercó a la cama para sentarse en ella, haciéndose un lugar entre mis piernas. – buen día… pronostico un sol bastante importante, pero un frío mortal

- No me digas que ahora eres climatólogo…

- Si, me estoy recibiendo, gracias por tu interés – bromeo con una sonrisa enorme y sus labios bucaron mi mejilla.

- Tontuelo… jaja

Puse los ojos en blanco y procedí a levantarme, sería un día alegre pero cansado, cansado… si, si, si CANSADO, aunque a pesar de todo había valido la pena.

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aca les dejo el capi despues de un mes... fuck! soy un dessastreee!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!! LO SIENTOOO!!