Segmentos de una BFF

Bueno... esta vez les quiero pedir un favor bastante importante... Tengo una amiga que escribe super bien... por lo menos a mi me encanta!!!! y, sin su consentimiento, voy a postear unos fragmentos de su historia... hace tiempo que trato de convencerla de que haga un blog, pero no se deside... comenten si tiene o no tiene que seguir con su nove!!!! pliss!!! grax.

Pequeño resumen de la nove: Cameron y Brenda son unas hermanas inseparables que se mudan por el trabajo de sus padres a otra ciudad. Sus nuevos vecinos, los Stevenson, son una familia poco convencional llena de secretos que pronto llaman la atención a las hermanas... Los enriedos entre las 2 familias son constantes y las chicas terminan por descubrir la verdad de todas las conexiones: la profecía... esa que dice que el amor de Cameron, Nathaniel, tiene que morir y ella debe resignarse a una vida de sufrimiento. Casualidad: Nathaniel es parte de una hermandad de hechiceros que luchan para impedir su muerte... Y Cameron y Brenda... son las numero 7 y 5 de la lista de la hermandad...

Segmento:

Personajes: Nathaniel y Cameron cuando ella descubre la verdad.

- ¡Espera!- me tomo por la mano y me hizo quedar frente a el.
Esos ojos, los ojos azules en los que me había perdido innumerables veces creyendo hallar la sinceridad… ahora me parecían más falsos que nunca.
- ¿Por qué? ¿Por qué jamás me lo dijeron?- pregunte como una niña pequeña que descubre que no existe santa claus.
- no queríamos darte ideas preconcebidas pero…
Me solté de su mano.
No aguantaría ni un segundo mas… esa mascara de furia que escondía mi rostro se desmoronaría en cualquier momento para mostrar como me sentía realmente: engañada, defraudada y por sobre todo herida.
- cam…lo siento mucho, nunca quise mentirte pero era necesario.
- ¿necesario?- grite- ¡¡mira!! Necesario es usar un paraguas cuando llueve, necesario es desayunar por las mañanas PERO JAMAS ¡¡JAMAS!! ES NECESARIO MENTIR EN ALGO ASI…
Pareció apocado por mi ira…
- tienes razón- murmuro finalmente- y por eso es que lo siento.
Asentí. Respire hondo intentando calmarme.
- ¿hace cuanto lo sabias?- pregunte.
- hace años… cuando tuve 13 mi abuelo nos revelo el contenido de la profecía a mi y a mis primos. Cuando tu llegaste tomamos medidas para protegerte, si sabias el contenido te cuestionarías lo que sentías por mi. Creímos que la ignorancia te mantendría a salvo. Y así fue.
Estaba completamente espantada. Hablaba de su muerte como algo inevitable, ni siquiera intentaría impedirlo, se entregaría a la muerte sin importarle nada más. Y yo no podía permitirlo. El no tenia idea de mis sentimientos, estaba completamente equivocado y yo no podía seguir ocultándolo.
- pero que tu lo sepas no cambia nada…- prosiguió.
Eso me descoloco por completo.
- ¿ah no?- pregunte con sarcasmo- te amo- nunca se me había ocurrido confesárselo de esta manera…mas aun sabiendo que era un amor no correspondido.
Su rostro estaba helado por el shock.
- ¿eso si cambia algo?– dije burlona- estoy cumpliendo esa estúpida profecía…ya ves, me enamore de ti y ahora no dudaría en morir por ello.
- yo…- balbuceo incapaz de articular palabra.
- no se que es lo que esperas que haga ahora, se que no sientes lo mismo y te aseguro que no te molestare mas- estas palabras me costaron mas que cualquier otra cosa que hubiera dicho esta noche.
- yo siempre te ame, desde incluso antes que llegaras- confeso como si fuera algo obvio.
Estas palabras me dejaron totalmente fuera de combate.
- ¿antes de que…?
- si, yo siempre supe que algo me faltaba…pero no sabia qué era. Me sentía incompleto, y eso era un sentimiento horrible. Entonces tú llegaste y me mostraste exactamente lo que quería…lo que me faltaba.
- no entiendo, Nat- murmure… ¿a que venia todo esto?
- ¡me faltabas tu! Siempre, desde el principio, en mi corazón había un lugar esperando por ti.
- pero me odiabas- seguro se inventaba toda la historia por lastima.
- ¡no! Fingía hacerlo para que la profecía no se cumpliera…me convertí en lo que mas odiabas, hice todo por desagradarte y aun así, ¿te enamoraste de mi?
- si, bueno, te odiaba al principio. Pero después no podía estar sin ti… ocupabas mi mente a cada momento y no entendía por que me odiabas. Entonces me di cuenta de que ya no podía vivir sin ti.
- esto esta mal… ¿lo sabes no?
Asentí.
- saldrás lastimada…sabes como termina todo siempre, me odio por hacerte esto- una lagrima recorrió su mejilla y no lo pude resistir.
- no, no llores- pero cuando me di cuenta también yo sollozaba.
Me sentía tonta, lo amaba más de lo que pensaba y me sorprendió.
Odiaba las lagrimas que recorrían sus mejillas, pero lo que mas odiaba era lo que me mostraban sus ojos, en serio decía lo que pensaba, se odiaba a si mismo y todo esto era mi culpa.
Me abrazó…esto era lo que ambos necesitábamos, me aprisiono contra su pecho musculoso casi sin dejarme respirar pero no me importo. No enrosque mis brazos alrededor de su cintura sino que los puse entre mi pecho y el suyo, esto me hizo sentir segura.
Estuvimos así un buen rato hasta que se me ocurrió una idea.
- vámonos – propuse.
- ¿Qué? – dijo sin entender.
- abandonemos todo esto y vayamos a donde nadie nos pueda encontrar.
- no podemos, cam…este es nuestro destino.
- el destino lo hacemos nosotros y este no es el destino que yo quiero- dije mirándole a los ojos.
- pero es el que nos toco, hay que enfrentarlo- me dijo con tristeza.
- morirás- susurre y las lagrimas brotaron de nuevo de mis ojos resbalando por mi mejilla ya mojada- no puedo vivir con eso.
- Cameron, eres valiente. Ahora mismo no temes por tu vida sino por la mía…
- tu eres mi vida
Sonrió.
- eres soñadora, y eso te permite sobrevivir al mundo real. Me encantaría poder ser así.
- si puedes, soñemos, soñemos juntos.
- no, soñar no es tan fácil para mi- me respondió.
Lo mire, a través de la capa nebulosa que las lágrimas formaban en mis ojos. Me los seco con ternura, y continuó hablando.
- de niño soñaba con ser normal, soñaba con tener padres y soñaba con ser feliz, ahora solo sueño con no morir, aun…con vivir un segundo mas para ver tu sonrisa, para escuchar tu voz, para verte enojada. Se que mis sueños no se cumplirán. Para mi soñar no sirve de nada, por eso es mejor dejar los sueños de lado y enfrentarse a la realidad.
- ¿aunque la realidad sea una pesadilla?
- solo mi realidad es una pesadilla.
- entonces, despierta, hazlo por mi- le pedí con fiereza.
- tu no sabes como soy de verdad…tengo miedo, miedo de que cuando despierte todo sea distinto.
- yo siempre voy a estar- prometí.
- lo se- dijo con una sonrisa.
- pero tu no estarás ahí para mi- me dolía la cabeza de llorar tanto pero no pude impedir sucumbir nuevamente ante el llanto.
- no, no digas eso.
- es la verdad, me dejaras. No intentaras salvarte.
- eso cambiaria todo, no puedo ser tan egoísta.
- no lo hagas por ti, hazlo por mi.


Segmento 2 (mi favorito):

Personajes: Nicholas (un hechicero de la hermandad), brenda, Cameron y Peter (ya sabran quien es)
Por Brenda.

Se oían voces y música procedentes del piso de abajo, era una canción muy bonita y me gustaba, a pesar de que jamás la había escuchado. Más que ser bonita, era hipnótica, sentía unas ganas terribles de bailar, mi pasión, no entendía porque al escuchar música era como si entrara por mis oídos recorriendo todo mi cuerpo y me impulsara hacia la pista de baile. No como mi hermana, no, a ella no la entusiasmaban los bailes en absoluto pero por alguna razón estaba extrañamente emocionada con este… yo también por supuesto, era mi oportunidad, sin nadie de por medio para estar con…
- ¿en que piensas, bren? – inquirió mi hermana interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.
- en… que hermoso vestido que compre- no podía decirle que pensaba, aun no.
- si, te queda precioso- murmuro con una sonrisa.
Y era cierto, estaba parada frente al espejo de marco dorado que ocupaba casi toda la pared. Lucía un vestido color blanco, era el blanco mas perfecto, y único. Tenia unos bordados plateados, eran unas flores pequeñas, un simple detalle que lo hacia único e irrepetible, yo misma las había hecho esa tarde justo después de comprarlo. Había sido una tarea que requirió de casi toda la paciencia del mundo, algo del todo imposible para mi inquieta hermana, pero al final el trabajo había valido la pena. No tenia mangas por lo que sentía que me faltaba algo… no sabia que… me sentía incompleta.
- creo que necesitas un algo para el cuello…- murmuro Cam distraída- ¿que te parece esta?- me mostró una gargantilla.
Era hermosa, de plata por lo que quedaba perfecta con mi vestido y una piedra azul hielo colgaba de ella. Era raro, Cam siempre sabia lo que necesitaba o pensaba y viceversa, nos leíamos la mente de alguna manera.
Me ayudo a ponerme la gargantilla con delicadeza y me puso nuevamente frente al espejo. Estaba perfecta.
-¿de donde la sacaste?- pregunte maravillada.
- eso es un secreto…- dijo misteriosa.
- cuéntame, por favor- le hice un pucherito que no podría resistir.
- no, no lo creo- y se fue… no se había sometido ante mi puchero, no podía creerlo.
Me distraje nuevamente con la imagen del espejo, ya le sonsacaría a mi hermana la respuesta a mi pregunta.
Incluso el peinado, todo me quedaba perfecto, estaba muy orgullosa. Mi cabello, casi siempre indomable lucía ahora unos suaves bucles que me llegaban por la cintura, recogidos con dos peinetas blancas con piedras transparentes. Incluso el maquillaje, mis labios eran color rojo sangre y contrastaban de un modo increíble con mi piel.
Mire a mi hermana, éramos muy parecidas, el mismo cabello, la forma de la cara, aunque la mía mucho mas propensa a adoptar expresiones duras mientras que la de ella era mas suave, en cambio por dentro… éramos dos polos opuestos. La gente creería que nos llevábamos mal pero en realidad éramos como un puzzle, nos complementábamos en todo. Ella usaba un vestido celeste pálido con mangas pero que le dejaba los hombros al descubierto era liso, sencillo pero con un toque de gracia, único. Sus cabellos al contrario de los míos estaban recogido en unas trenzas en la parte superior de la cabeza con pequeños diamantes que resaltaban en sus rizos caobas.
- ¿bajamos?- pregunto cuando termino de arreglar los hermosos pendientes que había encontrado en la cajita de madera esa misma tarde.
Cuando bajamos por la escalera central que daba al salón de baile no fue para nada como en las películas, por suerte, nadie se dio vuelta a mirarnos… bueno nadie no, distinguí su rostro entre cientos, Nick me miraba maravillado y claramente impresionado pero fue solo un segundo…un segundo en el que mi corazón se detuvo para luego inflarse como un globo, luego desvió la mirada avergonzado. Sonreí para mis adentros.
- ¿viste como…?- me gire pero mi hermana ya no estaba allí.
La busque por todos lados con la mirada, pero no la encontré…se la había tragado la tierra, me había dejado sola en una fiesta donde no conocía a nadie. No me preocupaba tanto el hecho de quedarme sola, sino el hecho de por qué se había ido, Cam, ella tímida como era jamás hubiera elegido quedarse sola y ahora era yo quien había sido abandonada. Me reí.
Decidí disfrutar de la fiesta por lo que baje las escaleras y me encamine hacia el lugar en que había visto a Nick. Estaba decidida a invitarlo a bailar, sabia que en este lugar anticuado y machista esas cosas no se hacían pero el sabia de donde venia y le iba a mostrar como se hacían las cosas en mi mundo. De alguna manera eso era lo que iba a hacer, iba a hacerlo entrar en mi mundo. Que me conociera tal y como era…
En cuanto llegue lo suficientemente cerca para verlo note que se lo veía muy bien acompañado, el no me había visto pero para mi ya era demasiado tarde. Estaba rodeado de chicas, bastante guapas aunque me costara admitirlo, reían como tontas y se lo comían con los ojos, él al parecer estaba bastante complacido con toda esta atención.
¿Así que le gustaba estar rodeado de mujeres? Era un idiota, un completo idiota… ¿se creía que me impresionaba? Ya veríamos quien reiría al último.
- ¿bailas, bonita?- me pregunto una voz detrás de mi.
Sonreí, la vida me complacía esa noche.
Me voltee lentamente para encontrarme con un rostro mucho mas hermoso de lo que esperaba.
Era un chico de cabellos dorados y ojos celestes que dejaban sin aliento, todos sus rasgos eran muy definidos y era bastante pálido, era mas alto que yo, su cuerpo estaba bien desarrollado y me quede momentáneamente atónita pero un plan maestro se alzaba en mi mente como un palacio.
- por supuesto- hice una pequeña reverencia como la que habia hecho luna días atrás.
El rió y me pregunté el porqué.
Justo en ese momento pusieron una lenta, mejor pensé.
Paso sus brazos por mi cintura y yo pase los míos por su cuello, quedamos inusitadamente cerca y me sonrió… le devolví la sonrisa. Mire a mi alrededor y me percate de que nadie mas bailaba como nosotros sino que mantenían una cierta distancia.
- ¿te gusta este mundo?- me pregunto de repente.
Me paralice.
- ¿Qué?- inquirí.
- mi nombre es Peter Segourt, soy parte de la hermandad… se tu secreto- me susurro.
- oh… no sabia nada de ti.
- me lo imagine- asintió.
- ¿así que también eres…? – no quise decir la palabra por temor a que nos escucharan.
- ¿hechicero?- pregunto.
Asentí.
- claro.
- ¿Cuántos mas hay?- nadie me había respondido muchas preguntas sobre el tema.
- ninguno. Bueno… solo una más pero…nadie más a quien tengas que conocer- su tono me desconcertó.
Cuando vio que me disponía a sonsacarle mas respuestas cambio rápidamente de tema.
- no respondiste mi pregunta.
Lo mire sin saber de que hablaba.
- ¿te gusta este mundo?- repitió al ver que no me acordaba.
- oh… si, es distinto. Es, mágico- reímos juntos por la palabra que había escogido,
- si, lo es- coincidió.
Termino la pieza y me separe de el un poco.
Me sonrió.
- ¿bailas otra?- dijo tendiéndome una mano.
- no lo creo- respondió una voz a mis espaldas.
La voz más hermosa del mundo.
- esa pregunta no era para ti, Nicholas- respondió Peter con frialdad.
- esa chica tampoco era para ti, Peter- respondió el.
De un tirón me tomo de la mano y me llevo hacia el jardín.
- ¿Qué haces?- le increpé molesta.
- ¿yo? No mas bien ¿Qué haces tu?- estaba furioso.
- bailar, hasta que me sacaste como un loco.
- ¡¡no me refiero a eso!! ¿Qué haces con el?- furioso y celoso…
Reí con sombría satisfacción.
- ¿Peter? Es un amigo Nicholas…
El hecho de que lo llamara por su nombre completo lo desconcertó.
- ¡tu no debes estar con el!- dijo con los dientes apretados.
- ¿que te pasa? ¿Celoso?- pregunte con una sonrisa- ¿tu puedes estar con tus chicas y yo no puedo tener amigos?- lo ultimo se escapo por mi boca sin consentimiento alguno.
- así que ese es el problema…hay algo que debo decirte.
El corazón se me paro de repente.
- Brenda- pronuncio mi nombre como si fuera un poema- me gustas, me gustas mucho y debes saber que yo siempre seré tuyo.
Me derritió por completo.
- ¿y esas chicas? – masculle insegura.
- solo tu vales para mi.
Lo mire a los ojos y me perdí en ellos.
- di algo por favor, estoy muriendo- suplico.
- siempre seré tuya- dije imitando sus palabras.
Se acerco lentamente y me beso, apasionado… sus manos se enroscaron en mi cintura y las mías se retorcieron por su cabello atrayéndolo hacia mi con deseo. No podía distinguir los lugares exactos en que sus manos aferraban mi cuerpo ya que mi mente no tenía tiempo para pensar en esas nimiedades…no cuando estaba cumpliendo el sueño de mi vida.
- ven, vamos a un lugar en el que no halla tanta gente.
- ¿adonde me llevas? – pregunte recelosa y divertida al mismo tiempo.
- ¿no confías en mi?- respondió el esbozando una sonrisa traviesa.
Me mordí el labio, por supuesto que confiaba en el, inspire hondo y lo seguí.
Me dirigí hacia la puerta principal.
- por ahí no.
Me tiro de un brazo llevándome en la dirección opuesta, no podía ver bien adonde íbamos ya que conforme nos alejábamos de la casa la luz era mas escasa. Nos escabullimos por una puerta pequeña escondida en las penumbras, habíamos entrado a un corredor de piedra iluminado por unas antorchas, no era el lugar mas acogedor del mundo y la verdad daba un poco de miedo. Las telarañas colgaban del techo por lo que supuse que nadie entraba por allí hacia ya varios años.
Caminamos unos cincuenta metros hasta llegar a la salida, Nick levanto lo que parecía ser un cuadro y salimos en un ala de la mansión mucho mas iluminada.
- eso – murmuro señalando el cuadro que de ese lado era el de un paisaje nevado- será nuestro secreto ¿si?
Asentí con una sonrisa.
- ¿eres de escaparte de casa?- inquirí sonriendo.
- soy un rebelde- se limito a responder.
Sacudí la cabeza, debía esperarme algo así.
Volvió a tironearme por un pasillo mucho mas largo que el anterior, finalmente entramos por una puerta enorme y llegamos a una habitación con cinco puertas más.
- ¿bren?
- ¿si?- pregunte.
- no lo olvides, la tercer puerta.
- ¿Qué?- inquirí confundida.
Esta vez me tomo en sus brazos con delicadeza y me levanto como a un bebe, me sorprendió lo fuerte que era, ni siquiera una mueca, nada, me levanto como si pesara dos gramos en vez de cincuenta kilos. Se dirigió a la puerta del medio, la tercera, la abrió y me miro con una sonrisa picara.
- mi habitación- murmuro.
Hizo una cara de diablito que derretía… era hermoso.
- ¿traes a todas las chicas aquí?- inquirí enarcando una ceja.
- ¡no!- respondió con una expresión espantada demasiado actuada- ¿Cómo vas a pensar eso?
Le mire escéptica.
- ¿en serio lo piensas eh?- me miro con unos ojos completamente sinceros- Brenda Kane eres la segunda chica que entra aquí.
- ¿segunda?- inquirí intentando bajarme.
- ¡espera, espera! ¡hey! Mi madre entra a dejarme la ropa limpia- murmuro.
Me reí.
- que inmaduro eres…
- si, ya me lo han dicho.
- así que… ¿debo recordar como llegar hasta aquí?- pregunte acordándome de sus palabras.
- solo si quieres venir- musitó.
Mire por primera vez la habitación en la que me encontraba, era mucho mas amplia de lo normal, las paredes eran de color blanco y tenían muchos detalles en oro, del centro colgaba una araña de cristal que dominaba el cuarto. Un ventanal ocupaba toda una pared pero en ese momento las cortinas doradas estaban cerradas ocultando la hermosa vista que debía haber detrás. En otra de las paredes había una biblioteca enorme llena de libros muy antiguos mientras que en el centro de la habitación se destacaba una cama enorme con dos cortinas a su alrededor. Una alfombra blanca inmaculada cubría todo el piso, y en un rincón había una pequeña mesa con un sofá plateado. Había una pequeña puerta junto a la biblioteca.
- que hermosa…- susurre.
- si, no esta mal- respondió quitándole importancia.
Seguía en sus brazos por lo que cuando gire mi rostro para mirarlo a los ojos quedamos inesperadamente cerca.
Presiono con delicadeza sus labios con los míos y justo cuando comenzaba a descontrolarme separo su cara de la mía, lo mire extrañada.
- ¿Qué sucede?- murmure.
- pues, veras, tu vienes de otro mundo pero yo estoy casi 500 años antes y aquí hacemos las cosas de otra manera.
- no entiendo.
- casualmente encontraste al único chico rebelde en este siglo pero eso no quita que no haga las cosas bien.
- ¿a que te refieres?
- Brenda, ¿quieres ser mi novia?- pregunto.
Me reí, debería haberme esperado algo así.
- por supuesto que si- respondí con seriedad.
- listo, ahora supongo que ya nada nos detiene.
Ni siquiera tuve tiempo de hablar me atrajo hacia el con fuerza y deseo y comenzó a besarme como nunca… caminó conmigo arriba hasta el otro lado de la habitación y caímos juntos en el sofá, se volteo por lo que quede sobre el sintiendo sus duros músculos bajo mis brazos. Comenzó a besar mi cuello siguiendo hasta encontrar mis labios, mis manos se enredaban en su cabello mientras que las suyas me aferraban por la cintura. De repente soltó una de sus manos de mi cintura y la coloco en mi pantorrilla para después subirla lentamente por mi pierna, bajo el vestido que usaba, me recorrió un escalofrío y sentía como la piel quemaba allá donde llegaba su mano, apenas podía pensar por lo que si enserio lo deseaba era ahora o nunca.
- ¿eh? Nick?- tartamudee.
- ¿si?- me contesto, me parecía que no entendía nada de lo que le decía por lo que me separe de el.
Se quedo estupefacto.
- ¿Qué sucede?- murmuro inseguro.
- me da la impresión de que ahora si vas demasiado rápido.
Me miro extrañado para entonces depositar su mirada en la mano que aun continuaba en mi pierna, la miro atónito como si no recordara haberla puesto allí.
- lo siento.
Lo abrace con fuerza y lo bese con suavidad. Apoye mi cabeza en su pecho mientras el acariciaba mi pelo. Así estuvimos bastante rato y si fuera por mi nos hubiéramos quedado toda la noche.
- deberíamos volver a la fiesta- me dijo.
Estaba como en un trance por lo que sus palabras me llegaban como si estuviera en el fondo del océano y no a su lado.
- ¿bren?- murmuro sacudiéndome suavemente.
- no quiero volver…- respondí.
- se deben estar preguntando donde estamos.
Eso no me convenció, negué con la cabeza.
- tu hermana debe estar buscándote.
Eso despertó la curiosidad en mi, mi hermana… Cam… no la veía desde que me había dejado en la escalera…Cam… ¿donde estaba?
- no la veo desde el principio de la fiesta…
- ¿Qué?- pregunto Nick alarmado.
Le mire sobresaltada.
- ¿dejaste a tu hermana sola?
- mi hermana ya es grande.
- ¿no tienes idea de donde esta?
- debe estar disfrutando la fiesta.
- ¿que te parece si vamos a buscarla?- pregunto no muy convencido por mis respuestas.- de acuerdo- accedí a regañadientes

Bueno.. me despido y les ruego q comenten que les pareció!!! besos!!! Wolfie!!!!