CONOCIENDO A UN ADONIS...

Pedido de la escritora: a ver si me hacen el pequeño favorcito de comentrame si voy bien con la historia... porque... son 11 los seguidores y solo 2 o 3 comentan =( ... grax!!! Bechitoss...

El ascensor se sacudió cuando llegó a la planta baja. Corrí hacia el costado la reja, abrí la puerta y salí, para luego cerrar lo que recién había abierto.

Estaba nerviosa.Caminé unos pasos y quedé parada frente a un gran espejo. En él me vi reflejada, llevaba puestos mis chupines favoritos (unos azules gastados y que tenían algún agujerito en las rodillas... creo que una rajadura pequeña sobre el muslo también), unos que mamá me quería hacer tirar. También tenía puestos una polera roja oscura y sobre ella un saco de cierre rojo sangre que adoraba porque era super calentito. Llevaba el cabello suelto y las mejillas coloradas... como siempre (como detestaba el rubor!!!) También me di cuenta de que mi última adquisición, unas botas de gamuza rojas y caladas altas hasta la rodilla que iban por afuera del pantalón me quedaban super bien (igual que todo lo que sobrepasara los tobillos).

Llegué hasta la gran puerta de vidrio y metí la llave en la cerradura. Le di una vuelta. Separadas por el vidrio, Juli y yo nos saludabamos con la mano llenas de nerviosismo. le di la segunda vuelta a la llave y abrí la puerta. Le dediqué una mirada a mi amiga, pero no estaba allí... en su lugar había un hombre de unos 25 o 26 años. Era alto y de una belleza perfecta. Su piel nivea tenía un aspecto delicado y suave, sus labios eran finos y palidos al igual que el resto de su piel y tenían algo que encantaba y te decía: Besame. El hermoso cabello color caoba que cubría su cabeza le llegaba hasta el cuello, era lacio y tenía un delicado resplandor provocado por el foco de de luz que había en la vereda a unos 7 metros de él. Su cuerpo parecía atlético, aunque no podía afirmarlo porque llevaba puestos una camisa negra y una chaqueta de cuero del mismo color, también llevaba unos vaquerros azul oscuros y unos botines all estar blancos en los pies.

Cuado sus ojos se posaron en los míos me paralicé. Eran de color fuccia. Iguales, identicos a los del gran danés. Me perdí en lo fuccia de sus ojos durante un largo minuto... (o fue una hora????)

Ahí, perdida en sus ojos, me sentí completa, como si mi alma fuera un gran mueble repleto de cajones, que estaban completos hasta el tope de esa materia fuccia que eran sus ojos...

¿Quién eres? ¿Adonis?

Alguien detrás de nosotros se aclaró la garganta. Era Julieta, que con una sonrisa extraña, nos miraba a mi y a él.

- Camila, él es Máximo, el tío Máximo - Dijo Julieta señalandolo.

Me desentendí de la perforante mirada de Máximo y miré a Julieta que se reía.

- Máximo, ella es Camila.

- Hola... - me dijo él mirandome.

Su voz era como música para mis oidos.

- Buenas Noches - lo saludé - Julieta, vamos adentro?

- Claro - me respondió a la vez que entraba - adios max! - lo saludó con la mano

- Bueno... adios - dijo él.

Se inclinó hacia mi y me dió un beso en la mejilla. Sus labios eran fríos como el hielo. Me dí cuenta de lo delicioso que era su perfume, era una mezcla de menta, pino, eucaliptu, algo del perfume polo, un toque de Urbancare y una consistencia a ese aroma que se siente en los días de lluvia... algo indescriptible.

- que la pasen bien...

...

- de que te reías? - le pregunte a Julieta mientras me apollaba en la pared del ascensor.

- cuando?

- abajo, cuando llegaste - le respondí cn una sonrisa.

- ah... me reía de ustedes...

Ustedes... ¿cuándo dice Ustedes se refiere a Máximo y a mi?

- no te entiendo... ¿de quiénes? - le pregunté solo para comprobar mi teoría.

- Más bien de sus caras... - me sonrió pensativa.

Teoria comprobada...

- caras? por que?

- vi la forma en que lo miraste...

- yo?! - le objeté. - yo?! - me gustaba fingirme santa aunque de todos fuera la más culpable.

...

- Máximo!!! - grité con desesperación.

Corría por la vereda de enfrente al liceo ¿por qué corría? No lo sabía, solo debía, necesitaba hacerlo. Era por él.

- qué suscede? te lastimaron? - me preguntó Max, salido de la nada.

- vienen - susurré barada e inmovil en la vereda.

- quiénes? - preguntó tomandome por los brazos.

-no lo sé...

Todo se desvaneció como si fuera una duna de arena movida por el viento.

Abrí los ojos. Acababa de despertarme de un ¿sueño?, un sueño extraño...

- qué susede ahora? - decía Julieta.

Me percate de que hablaba por celular con alguien.

- ya sé... No... Quedate tranquilo.

Hizo una Pausa.

- Ay Máximo!!! no soy estupida. Claro que no me escucha...

Le contestaron, pues hizo una pausa.

- no sé si sospecha algo... Tampoco importa

Otra pausa.

-no estoy loca! no voy a llegar y decirle: Cuidado, si te descuidas puedo matar a tu madre!

Se quedó callada... Por mi parte estaba inovil. matar a mi madre?!?! esto debía aclararmelo...

- Tranquila, su madre tiene el mismo tipo de sangre. No voy a matarla.

- si, como si yo fuera a decirle que somos vampiros...

Vampiros?!?! imposible! pero lo dijo con voz tan seria... y pensandolo, la semana pasada Juli fue a la clase y volvió en pocos segundos aunque la misma quedaba muy lejos de nuestra posición... Will nunca come... Pero Julieta si! Will es blanco y frío, como si no tuviera sangre en las venas... si, y Máximo también...

- espera - oí decir a Julieta - su ritmo cardiaco se acelera, tal vez despertó...

Una pausa.

_adios - se despidió - nos vemos - cortó.

Era el momento... Me senté de golpe.

-ahora entiendo - dije sonriendo - siempre supe que existían, aunque nunca quise reconoserlo...

Julieta, que estaba de espaldas a mi, se giró con lentitud. Estaba temblando, como si un tiburón se acercara a ella.

- Exactamente, qué escuchaste? - me exigió.

- desde el Qué suscede ahora?... en adelante.

- ohh... ya veo - parecía estar en el medio de un estado de shock...

- tranquila, no digo nada. - la tranquilicé.

- por favor, te lo suplico - calló sentada a mi lado.

- no te preocupes... - le calmé - si fuera tu no me preocuparía por mi silencio.

Me miró insegura.

- se van a enojar... en especial Máximo...

Se me ocurrió una idea genial y perversa....

- pero si no se enteran no pasa nada... - susurré con voz angelical. Julieta no se imaginaba lo mala que yo podía llegar a ser...

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