Gee♥ // Bren♥ // Max♥ // Add♥

Gee♥  //  Bren♥  //  Max♥  //  Add♥
mis 4 amores = hermosos preciosos perfectos heavys talentosos y sexys ♥

martes, 16 de marzo de 2010

Soy imperfecta y sin embargo lucharas por mi...


- No – me reí – mira que sos bobito! Pensar eso… - intenté convencerme de eso.

- Eso quiere decir que te encanta estar conmigo… solos – me sonrió incitadoramente.

- Me gusta, pero no me encanta

- Eso fue un si – dicho esto, se recostó en mi hombro y se dedicó a juguetear con un mechón de mi pelo. Él parecía tan comodo recostado en mi que me daba pena quitármelo de encima, en especial porque sería de lo más despectivo.

- No conoces el NO verdad? – le pregunté recostandomé en el respaldo y el me acompaño en el movimiento permaneciendo en mi hombro.

- No, además, aunque no quisieras me quedaría igual solo para molestarte… - lo sentí sonreir y su aliento dulzón pero frío acarició mi cuello e hizo volar algunos de mis cabellos con gracia.

- Que buen amigo… - le objeté con sarcasmo

- Buenísimo – rió y se enderezó para verme a los ojos – pero que mal… - chasqueo la lengua – ser solo eso.

Ok, qué fue eso? Eso fue… eso fue… eso fue… una declaración al estilo will vilumet?!

Los musculos se me tensaron y quedé sin respirar. Eso era muuuuyyyy malo. Osea, el chico recostado en mi hombro, jugando con mi pelo y rozando mi cuello con sus labios… qué otra cosa podía pensar?! No hay muchas opciones para algo como eso…

- Tranquila! No voy a matarte! – me aseguró tomandome de los hombros con una compradora sonrisa.

Eso es lo que menos me preocupa….

- Qué quieres que sea? – sentí una voz femenina muy parecida a la mía decirlo con un pequeño tono seductor.

- No lo sé, que quieres que seamos? – las voces me llegaban bastante lejanas por alguna razón.

- Yo quiero lo que tu quieras – esa voz femenina ni tan grave ni tan aguda sonó en mis oídos otra vez.

Tardé unos segundos entender que la de la voz era yo. Uhuhu… gran problema, acaso tenía problemas de oídos? O era que había cometido un error tan grande y que me comprometía tanto con will que mi mente lo bloqueó de alguna forma para que no me sintiera peor luego? Cualquiera de las 2 opciones era bastante lógica, todo me resultaba lógico en ese exacto momento. Deben comprender que para una persona tan locamente traumada con el tío de su mejor amiga, que el sobrino de dicho hombre te insinue cosas es un poco… shokeante.

- Encerio? – sus ojos brillaron mirándome a los ojos – lo que quiera?

- Bueno, hay limites… - esa era la via a la retractación mas segura y disimulada.

- Me cortaste la ilusión! – negó con un puchero en los labios – eso no se hace.

Suspire.

- Está bien – acepté con inseguridad y con un pequéño temblor en la base de mi espalda – lo que quieras…

Lo miré a los ojos, los suyos lucían seductores y melozos, demasiado ipnotizantes para una persona normal como yo. Se inclinó hacia mi y yo no fui capas de decir no. Sus dedos acariciaron mi mejilla y sus labios besaron mi cuello. Luego, el cielo. Jamás creí que un beso tan simple pudiera disfrutarlo tanto, tal vez era por el efecto de sus labios fríos o por la rara destreza de su movimiento, yo no lo sabía. Sus manos se deslizaron por mi espalda y terminaron enroscadas en mi cintura. Sus labios recorrieron mi cuello de forma comestible, oh claro… yo era algo comestible…



- Giménez! – me gritó la horrenda profesora de informática y yo me sobresalté – qué hace usted con una bufanda un día con 20º de temperatura?!

- Estoy mal de la garganta – respondí haciéndome la que no podía hablar

- Mal de la garganta? Y de seguro el que la dejó mal de la garganta no es de esta clase cierto…

Mierda!!!!

- No, es por los cambios de temperatura… - objeté con una falsa sonrisa.

- Puedo ver los efectod del cambio de temperatura? – por favor que no nos hayan visto… por favor.

- Los únicos efectos han sido la perdida de mi voz y un gran dolor de garganta.

- Solo eso… - me miró con sonrisa macabra – podría acercarse por favor.

Me levante de mi asiento con la vista de mis compañeros clavada en la espalda. Me acerqué al escritorio de la profesora y la miré suplicante. Me sonrió triunfante y me guió hacia fuera.

- El afortunado es de esta clase? – preguntó con macabra sonrisa.

- No es de este liceo… - por lo menos iba a encubrir a wil – ya, solo mándeme con la ascripta…

- No… - me quitó la bufanda y pudo ver las marcas de los machucones enrojecidos que trazaban gruesos caminos en mi cuello pálido – tengo una mejor idea… para el próximo martes, una presentación de 20 diapositivas sobre los besos y sus consecuencias.

- Si profesora. – me anudé la bufanda y entré a la clase, deseé con toda mi alma que nadie me hubiera visto. Mis mejillas se innundaron de un color rojo y agaché la cabeza, ese día sería largo…

Me pasé el resto del tiempo pensando en que hacer para disimular las marcas, solo se me ocurrían poleras… muchas poleras… Estando en mi casa, haciendo los deberes me empecé a deprimir, algo tan placentero que solo duró unos cuantos minutos me había dejado unas lindas marcas que llevarían una semana en borrarse… o más. Me aterré frente a la idea y me hundí en unos asquerosos deberes de matematicas, o si no las lagrimas se me hiban a agotar… ¿qué podía hacer? Era como si me consumiera por dentro… No lo sabía, pensé que tal vez leer un libro que papá siempre leía me ayudaría: Robin Hood. El pobre libro tendría como 70 años, o eso parecía, ya que las hojas a amarillentas y qubradizas eran la regla en ese texto de 200 paginas. Me tiré en mi cama y comencé a leer.

- Qué lees? – preguntó una voz proveniente de la ventana.

Me sobresalté y se me calló el libro de las manos. William yasía sentado en el marco de la ventana de espaldas al vacio. La luz anaranjada del sol de la tarde que chocaba con su espalda lo hacía ver como un ángel bajado del cielo. Una gran angustia me recorrió al ver su expresión al notar los bordes de los machucosnes rosados que sobresalían el borde de mi polera aplomada.

- Qué te sucedió? – su ceño fruncido me dio un poco de miedo. – Camila responde: quién te lastimó?

- No es nada – lo sonreí lo mejor que pude – como entraste aquí will?

- Camila… - su tono era furioso, pero no conmigo.

Se me acercó y sostuvo mi rostro entre sus manos, sus ojos escrutaron los mios severos. Antes de que pudiera frenarlo, sus dedos ya habían bajado el cuello alto de mi polera y sus ojos veían horrorizados la cadena de cardenales colorados y redondos que lucía mi piel.

- Soy un monstruo… - susurraron sus labios, esos labios que increíblemente comenzaba a desear.

- No… - negué con la cabeza – eso no es cierto.

- Soy un monstruo… - otra vez esas palabras, al final, me terminaban dañando más a mi que a él.

- No es verdad

- Camila… esto es ser un monstruo! – exclamó apretando el cuello de mi polera.

- No…

- Lo siento… - soltó mi polera y tomó mi rostro entre sus manos – de verdad que lo siento…

- Will, por favor está bien… - empezaba a estar tentada por las lagrimas – fue un accidente…

- No! – gritó – estas cosas no pueden pasar!

- No pasa nada… no es grave… en cualquier caso, ya sanaran… será cuestión de tiempo… - intentaba quitarle importancia, aunque en verdad estaba preocupada, en mi vida había visto muchas marcas como estas, pero jamás una suseción tan larga y colorada, como mordida, pero yo no sentí dolor… y no tenía marcas de dientes… o de colmillos.

- Acaso no entiendes lo grave que es esto? – se sentó a mi lado en la cama y apollo los codos en las rodillas y la cabeza en las manos, undiendo su rostro en sus palmas. – el instinto me ganó, tu no lo entiendes… espero que nunca lo entiendas… el deseo por lo que sea que quieras te consume… hace que sientas todo 10 veces más fuerte… Yo te deseo, Camila, y me estoy consumiendo por eso

Sus ojos se pozaron en los mios y una sombra tierna los innundo.

- Perdón… - le pedí.

- Por qué? – rió un poco – por ser tan deseable para mi? No… eso no tiene solución.

- En verdad no quiero que te sientas mal por esto… - susurré aunque supe que él hiba a escucharme.

- Yo tampoco, pero te quiero demasiado como para eso… Solo temo al futuro, no sé que va a

pasar… con… esto.

- Por qué lo dices? – fruncí el ceño, que me estaba escondiendo?

- Es que… hoy, por ejemplo, yo solo quería dejarte a lo sumo un solo machuconsito rosadito, no colorado ni grande como todos esos… entonces empecé y cada vez que rozaba tu piel era como si me quemaran en una hogera… No pude parar, era como si hubiera perdido el cerebro y mi cuerpo actuara solo… - me miró con ojos lastimeros – es por razones como estas por lo que los vampiros del sexo masculino nunca se meten con humanas… son demasiado frágiles para nosotros.

Asentí con la cabeza, escuchando cada cosa que decía con sumo cuidado. De ahí en adelante, cosas así tendría que tomarlas mucho en cuenta…

- Solo algunos pueden… bueno, tu sabes, con humanas… - me miró tentador, pero luego pareció arrepentirse de su mirada – pero aprender a no lastimarlas lleva siglos de practica.

El silencio innundó la habitación. Quería tocarlo, pero eso me haría sentir más culpable aún, por lo que permanecí con la vista fija en su mano izquierda, que llasía floja en la cama como invitándome a que la tomara. Los ojos de will se clavaron en mi rostro.

- Puedes tocarme si quieres… - susurró mirando como miraba su mano – eso no es la gran cosa para mis instintos…

- Gracias- susurré tomando su mano entre las mías. – te quiero will… - murmuré en voz imperceptible para cualquier humano.

- Yo también, la diferencia es que tu no me haces daño

- No lo digas, no quiero oírlo – le negué acurrucándome más en la cama.

- Te entiendo, yo también siento vergüenza de mi…

Tomé su rostro entre mis manos y lo miré a los ojos con seriedad.

- Yo no tengo vergüenza ajena William Vílumet!! – le corregí con severidad – solo digo que no te hables mal a ti mismo! No digas pestes de ti! Más bien, lucha por lo que quieres!

- Pero… yo solo lucharé por ti, eres lo único que quiero y no tengo… eros lo único tan hermoso e inperfecto…

- Inperfecto? – eso no fue un buen cumplido!

- Si, nadie es perfecto… y eso es lo que me atrae de ti… que de todod tus desperfectos, puedes crear una tú original… Tu… Camila.

- Lucharás? – le pregunté obviando el resto – lucharas contra tu naturaleza?

Me miró con ojos esperanzados.

- Me dejarás luchar por ti?

Me quedé en blanco por un minuto… luchar por mi? Acaso valía tanto? Lo pensé, lo quería, lo quería muchísimo, y en mi condición de: NO SÉ LO QUE SIENTO, supuse que debía apollarlo lo más posible…


- Por siempre – le aseguré

Me tironeó hacia él y me estrecho contra su cuerpo helado.

- Gracias… por hacerme tan feliz…

3 comentarios:

  1. hoola!!
    bueno me encanto el cap!
    lo d "los besos y sus consecuencias" la rompee!! igual la d informatica no es tan mala.. el d historia tendria q haber sido..GIMENEZ!! HABLEME D ROBOTICA JAJAJAJAJ
    will parece tan tierno q me cuesta creer lo q va a hacer...
    bueno beessooss

    ResponderEliminar
  2. hola, bueno pues el capitulo estuvo de lo mas bonito!! me encanto!! en verdad que estuvo genial! y bueno no te detallo mas por falta de tiempo, pero tienes un premio en mi blog!
    besos<3

    ResponderEliminar
  3. tienes un premio en mi blog

    No puedo creer que la mrofesora sea tan mala como de ponerle un castigo.. aunque tubo gracia Jaja

    Kisses

    ResponderEliminar