por las dudas les digo que estuve cambiando un poco el orden del blog así que para comentar, el icono aparece arriba del cap, debajo del titulo y encima de la primera linea del texto. burno, solo les tenia que decir esoo... jajaj les dejo el capi:
Me asustaba darme cuenta que las personas a mi alrededor notaban mi cambio, notaban que de a poco me iba oscureciendo de adentro hacia fuera. Mi alma ya estaba sumida en la oscuridad y eso se notaba en mi piel, en mis ojos hinchados de llanto, en mis ojeras violetas enfermisas.
- Camila… no estás entendiendo nada. – afirmó Benja quitando de mis manos los papeles….
Desde cuando tengo papeles en la mano?, pensé frunciendo el ceño. Tardé unos segundos comprender que estaba repasando la vida de Gabriel cuando de pronto me puse a volar por mi mundo ageno a la realidad.
- Eh? No… - negué mirándolo sin poder enfocar la atención en él.
- Porqué no duermes? Cada día estás peor camila… me preocupas. – dijo con tono preocupado.
- No… - negué con un tono que pretendía ser rotundo, pero no me salió – si me acuesto es solo para llorar, ya tengo suficiente con llorar toda la noche, no quiero llorar de día también.
- Camila, en serio te lo digo… te has convertido en un espectro! No… peor, en una vampireza… y no de las sanas, si no de las enfermas…
- No me llames así! – exigí recostándome contra el respaldo de la silla
- Sabes que es verdad Camila! – me gritó intentando hacerme reaccionar – ya no tienes energía! Ya no comes tanto como antes, es cierto… pero yo sé y en el fondo tu también sabes que estás tan deteriorada porque ya no bebes!
- Si bebo! – le objeté intentando recordar cuando había sido la última vez… no… no lo recordaba.
- Cuando?! A ver dime cuando fue la última vez?!
Me quedé callada con la cabeza gacha mientras unas lágrimas de impotencia brotaban de mis ojos y rodaban por mi cara, llevándose consigo el delineador, y la sombra.
- Camii… - su tono se suavizó sensiblemente y acercó su silla más a la mía . sus manos tomaron las mías y agachó su cabeza para mirar mi rostro – camii eres mi mejor amiga… no me gusta nada verte así… los 2 sabemos lo que tienes que hacer… por favor, hazlo. Yo te ayudaré.
- No quiero ser una ascecina – lloriquié ahogándome en mis propias lagrimas – prefiero morir antes…
- Pero no entiendes que ya te estas muriendo?! – exclamó obligándome a verlo a la cara – ey! Donde quedó la vieja camila?! Donde está esa chica que tenía los colmillos siempre listos para defenderse?!
Lo miré secándome las lágrimas y tragué saliva antes de poder contestarle:
- La mataron… - susurré mirándolo – y no creo que puedas hacerla volver por el momento.
Me levanté de la mesa y comencé a caminar a la puerta de calle, necesitaba estar sola, caminar. Sentí como mi energiía se reducia a nada, mis piernas se balanceaban a los lados y perdía el equilibrio mientras la conciencia se me iba… agradecí estar inconciente cuando caí al suelo y me golpee el mentón contra la punta de la repisa. Por el mismo golpe recobré la conciencia por unos segundos… vi unos botines acercarse y volví a cerrar los ojos… deseaba no poder despertar...
Recobré la conciencia porque ese olor cautivante me llamó demasiado la atención… lo conocía tan bien que desde siempre me había puesto alerta. Estaba alucinando o ese era el aroma delicioso de Máximo? Respiré ondo antes de abrir los ojos, definitivamente era su aroma.
Abrí los ojos y lo vi… me miraba con preocupación. Había ojeras verdosas debajo de sus ojos y su pelo también había perdido algo de brillo. Estabamos dentro de su auto, en el asiento de atrás. Él sentado y yo en su falda recostada en su pecho. Me estrechaba con cuidado, como si me fuera a romper.
- Camii… - dijo mirándome con el ceño fruncido – que te pasa? Por qué nadie me avisó que estabas tan mal?! – fue curioso, la primera pregunta era en tono dulce e iba directa para mi, pero la segunda pregunta fue en tono agresivo, lo estaba exigiendo… pero era para otra persona, había alguien más en el auto…
- No creí que llegara a tanto – se excuso la conocida voz de Benjamín.
- Esa niña está desnutrida – comentó otra voz, creí la de Samuel, el saltador.
- Max… - susurré sin fuerza – donde estamos?
- Vamos de caza – explicó con tono sereno – tu cuerpo se deteriora porque no estás alimentando a ese lado vampiro que tienes. Aunque no lo aceptes la sangre es necesaria.
- No… - negué e intenté zafarme de sus brazos, pero eso solo hizo que callera en la inconciencia otra vez.
Escuchaba voces lejanas… no las sentía con claridad… para nada claras.
Hablaban de sangre, de humanos, de exprimir… se estarían alimentando seguramente, por lo que deduje que eran Benjamin, Sam y Max. Abrí los ojos una vez más y noté que seguía estando en el auto, pero esta vez estaba sola. Tomé fuerza y me bajé. Me sorprendió notar que estabamos en una azotea bastante grande. Era de noche, en una de las esquinas de la azotea, la más oscura, había 4 cuerpos apilados prolijamente. Sam los estaba acomodando con cuidado mientras benjamín se limpiaba la boca con la manga de su campera y se arreglaba la ropa. Máx mientras tanto se relamía los dedos… unos dedos tenídos del rojo de la sangre humana.
En cuanto me vió dejó de relamerse y se limpió en la ropa algo avergonzado. Yo negué con la cabeza de forma sarcástica y me acerqué a él… lo necesitaba, demasiado. Sus manos tomaron mi rostro y me miró profundamente… ciertamente no me interesaba que fuera un ascecino, no me interesaba que sus manos estuvieran manchadas por la sangre de otros, lo amaba y nada de eso me importaba.
- Te amo… - susurró mirándome a los ojos con tanta ternura.
- Y yo también te amo tanto max… - respondí parándome de puntillas para que mis labios estuvieran más cerca de los suyos.
Nos besamos con ternura, fue un beso corto, pero estaba cargado de todo lo que sentíamos el uno por el otro.
- Esas botellas son para ti – me indicó mi ex con la mano – casi 5 litros de 0RH-
Se me hizo agua la boca al instante y no pude evitar el acto reflejo de adelantarme 2 pasos. Miré a max avergonzada y me adelanté conteniendo mis impulsos y abrí la primer botella… olor a limón… excicito. No lo dudé me llevé el pico de la botella a los labios y comencé a beber con desesperación. De pronto me había despertado esa necesidad que con el correr del tiempo y de mi propia tristeza había sepultado… estaba renanciendo de nuevo ese habito asqueroso que me mantenía viva.
Noté con asco como parte de la fuerza que había perdido volvía a mi cuerpo con lentitud,,, y luego de 5 munutos pasé a la segunda botella. No me costó mucho terminar con todo lo que quedaba. Descubrí que los 3 vampiros me miraban interesados. Intercambíé miradas con benjamín antes de relamerme los labios, teñidos de un rojo sangre que de seguro, convinada con mis ojeras y mi piel pálida, estaría pareciéndome a una muerta, un espectro oscuro, la sombra de lo que fui antes.
- Ya muévanse – dijo Máximo cargando uno de los cuerpos en su espalda – la noche es corta y tenemos demasiadas cosas que hacer
- Sip… demasiado corta – susurró sam cargando al cuerpo de apariencia más pesada sobre su hombro.
- Camii te toca llevar a esa de ahí – señaló benja cargando a su espalda al penúltimo cuerpo – es la más liviana.
- Apúrense! – exclamó Max que ya había saltado de la azotea y nos esperaba en el callejón.
Me levanté del suelo y pensé como haría para cargar con más de 56 kilos sobre mi espalda. No encontraba una forma para cargarla y saltar 3 pisos desde la azotea al suelo.
- Camii, proba sacar los colmillos… eso puede darte más fuerza. – me recomendó benjamín y luego saltó de la azotea al piso.
Me acerqué al cuerpo sin pensar demasiado en lo que iba a hacer, miré a la pobre mujer que estaba muerta… pelo color rojo anaranjado enmarcaba un rostro pálido y delicado lleno de pequeñas pecas, tenía aspecto tierno y dulce… no tendría más de 20 años… me dio pena por ella, pensé por un segundo que en otras circunstancias, podría haberme pasado lo mismo que a ella y tragué saliva de puro nervio.
“a mi los vampiros me protegen…, pensé con la mente demasiado fría. Pero la única razón de que lo hagan es porque soy una de ellos… otra ascecina en progreso”
Apreté los labios frente a ese pensamiento, era una verdad que deseaba negar y ocultar, pero como tapar esa parte de mi si cada vez que en mi nariz entraba efluvio a sangre me moría de sed? Como hacer para que nadie notara mis sanguinarias actitudes? No podía lograrlo, no podía hacerlo… y solo esto pasaba porque los colmillos y todo lo que estos significaban se habían adherido a mi persona y sabía, muy en el fondo, que jamás se separarían de mi.
Abrí la boca y reacomodé la mandibula para que los colmillos me quedaran más cómodos. Dejé que el aire entrara por mi nariz, detectando miles de olores diferentes, mientras sentía como la vitalidad comenzaba a apoderarse de mis extremidades extremadamente pálidas.
Avancé con resignación y me agaché junto a la chica pelirroja. La miré un segundo antes de cargarla a mi espalda. No me cuestioné nada ni un segundo, ni siquiera cuando flexioné las piernas para saltar de un tercer piso, ni siquiera cuando cortaba el aire en la larga caída, ni siquiera cuando sentí el duro piso contra las plantas de mis pies al aterrizar con las piernas flexionadas…
- Venimos por el auto después cierto? – preguntó benjamín acercándose a mi y tomando a la pelirroja con cuidado para que no se callera.
- Si, antes tenemos algunas cosas por resolver, primero, esconder los cuerpos – declaró Sam con los brazos cruzados – alguna sugerencia? – preguntó mirando a max con expresión dudosa.
- Por lo general incineramos los cuerpos Sam – explicó él recostándose contra la pared.
- Bueno… vayamos allá entonces.
- Camila… no estás entendiendo nada. – afirmó Benja quitando de mis manos los papeles….
Desde cuando tengo papeles en la mano?, pensé frunciendo el ceño. Tardé unos segundos comprender que estaba repasando la vida de Gabriel cuando de pronto me puse a volar por mi mundo ageno a la realidad.
- Eh? No… - negué mirándolo sin poder enfocar la atención en él.
- Porqué no duermes? Cada día estás peor camila… me preocupas. – dijo con tono preocupado.
- No… - negué con un tono que pretendía ser rotundo, pero no me salió – si me acuesto es solo para llorar, ya tengo suficiente con llorar toda la noche, no quiero llorar de día también.
- Camila, en serio te lo digo… te has convertido en un espectro! No… peor, en una vampireza… y no de las sanas, si no de las enfermas…
- No me llames así! – exigí recostándome contra el respaldo de la silla
- Sabes que es verdad Camila! – me gritó intentando hacerme reaccionar – ya no tienes energía! Ya no comes tanto como antes, es cierto… pero yo sé y en el fondo tu también sabes que estás tan deteriorada porque ya no bebes!
- Si bebo! – le objeté intentando recordar cuando había sido la última vez… no… no lo recordaba.
- Cuando?! A ver dime cuando fue la última vez?!
Me quedé callada con la cabeza gacha mientras unas lágrimas de impotencia brotaban de mis ojos y rodaban por mi cara, llevándose consigo el delineador, y la sombra.
- Camii… - su tono se suavizó sensiblemente y acercó su silla más a la mía . sus manos tomaron las mías y agachó su cabeza para mirar mi rostro – camii eres mi mejor amiga… no me gusta nada verte así… los 2 sabemos lo que tienes que hacer… por favor, hazlo. Yo te ayudaré.
- No quiero ser una ascecina – lloriquié ahogándome en mis propias lagrimas – prefiero morir antes…
- Pero no entiendes que ya te estas muriendo?! – exclamó obligándome a verlo a la cara – ey! Donde quedó la vieja camila?! Donde está esa chica que tenía los colmillos siempre listos para defenderse?!
Lo miré secándome las lágrimas y tragué saliva antes de poder contestarle:
- La mataron… - susurré mirándolo – y no creo que puedas hacerla volver por el momento.
Me levanté de la mesa y comencé a caminar a la puerta de calle, necesitaba estar sola, caminar. Sentí como mi energiía se reducia a nada, mis piernas se balanceaban a los lados y perdía el equilibrio mientras la conciencia se me iba… agradecí estar inconciente cuando caí al suelo y me golpee el mentón contra la punta de la repisa. Por el mismo golpe recobré la conciencia por unos segundos… vi unos botines acercarse y volví a cerrar los ojos… deseaba no poder despertar...
Recobré la conciencia porque ese olor cautivante me llamó demasiado la atención… lo conocía tan bien que desde siempre me había puesto alerta. Estaba alucinando o ese era el aroma delicioso de Máximo? Respiré ondo antes de abrir los ojos, definitivamente era su aroma.
Abrí los ojos y lo vi… me miraba con preocupación. Había ojeras verdosas debajo de sus ojos y su pelo también había perdido algo de brillo. Estabamos dentro de su auto, en el asiento de atrás. Él sentado y yo en su falda recostada en su pecho. Me estrechaba con cuidado, como si me fuera a romper.
- Camii… - dijo mirándome con el ceño fruncido – que te pasa? Por qué nadie me avisó que estabas tan mal?! – fue curioso, la primera pregunta era en tono dulce e iba directa para mi, pero la segunda pregunta fue en tono agresivo, lo estaba exigiendo… pero era para otra persona, había alguien más en el auto…
- No creí que llegara a tanto – se excuso la conocida voz de Benjamín.
- Esa niña está desnutrida – comentó otra voz, creí la de Samuel, el saltador.
- Max… - susurré sin fuerza – donde estamos?
- Vamos de caza – explicó con tono sereno – tu cuerpo se deteriora porque no estás alimentando a ese lado vampiro que tienes. Aunque no lo aceptes la sangre es necesaria.
- No… - negué e intenté zafarme de sus brazos, pero eso solo hizo que callera en la inconciencia otra vez.
Escuchaba voces lejanas… no las sentía con claridad… para nada claras.
Hablaban de sangre, de humanos, de exprimir… se estarían alimentando seguramente, por lo que deduje que eran Benjamin, Sam y Max. Abrí los ojos una vez más y noté que seguía estando en el auto, pero esta vez estaba sola. Tomé fuerza y me bajé. Me sorprendió notar que estabamos en una azotea bastante grande. Era de noche, en una de las esquinas de la azotea, la más oscura, había 4 cuerpos apilados prolijamente. Sam los estaba acomodando con cuidado mientras benjamín se limpiaba la boca con la manga de su campera y se arreglaba la ropa. Máx mientras tanto se relamía los dedos… unos dedos tenídos del rojo de la sangre humana.
En cuanto me vió dejó de relamerse y se limpió en la ropa algo avergonzado. Yo negué con la cabeza de forma sarcástica y me acerqué a él… lo necesitaba, demasiado. Sus manos tomaron mi rostro y me miró profundamente… ciertamente no me interesaba que fuera un ascecino, no me interesaba que sus manos estuvieran manchadas por la sangre de otros, lo amaba y nada de eso me importaba.
- Te amo… - susurró mirándome a los ojos con tanta ternura.
- Y yo también te amo tanto max… - respondí parándome de puntillas para que mis labios estuvieran más cerca de los suyos.
Nos besamos con ternura, fue un beso corto, pero estaba cargado de todo lo que sentíamos el uno por el otro.
- Esas botellas son para ti – me indicó mi ex con la mano – casi 5 litros de 0RH-
Se me hizo agua la boca al instante y no pude evitar el acto reflejo de adelantarme 2 pasos. Miré a max avergonzada y me adelanté conteniendo mis impulsos y abrí la primer botella… olor a limón… excicito. No lo dudé me llevé el pico de la botella a los labios y comencé a beber con desesperación. De pronto me había despertado esa necesidad que con el correr del tiempo y de mi propia tristeza había sepultado… estaba renanciendo de nuevo ese habito asqueroso que me mantenía viva.
Noté con asco como parte de la fuerza que había perdido volvía a mi cuerpo con lentitud,,, y luego de 5 munutos pasé a la segunda botella. No me costó mucho terminar con todo lo que quedaba. Descubrí que los 3 vampiros me miraban interesados. Intercambíé miradas con benjamín antes de relamerme los labios, teñidos de un rojo sangre que de seguro, convinada con mis ojeras y mi piel pálida, estaría pareciéndome a una muerta, un espectro oscuro, la sombra de lo que fui antes.
- Ya muévanse – dijo Máximo cargando uno de los cuerpos en su espalda – la noche es corta y tenemos demasiadas cosas que hacer
- Sip… demasiado corta – susurró sam cargando al cuerpo de apariencia más pesada sobre su hombro.
- Camii te toca llevar a esa de ahí – señaló benja cargando a su espalda al penúltimo cuerpo – es la más liviana.
- Apúrense! – exclamó Max que ya había saltado de la azotea y nos esperaba en el callejón.
Me levanté del suelo y pensé como haría para cargar con más de 56 kilos sobre mi espalda. No encontraba una forma para cargarla y saltar 3 pisos desde la azotea al suelo.
- Camii, proba sacar los colmillos… eso puede darte más fuerza. – me recomendó benjamín y luego saltó de la azotea al piso.
Me acerqué al cuerpo sin pensar demasiado en lo que iba a hacer, miré a la pobre mujer que estaba muerta… pelo color rojo anaranjado enmarcaba un rostro pálido y delicado lleno de pequeñas pecas, tenía aspecto tierno y dulce… no tendría más de 20 años… me dio pena por ella, pensé por un segundo que en otras circunstancias, podría haberme pasado lo mismo que a ella y tragué saliva de puro nervio.
“a mi los vampiros me protegen…, pensé con la mente demasiado fría. Pero la única razón de que lo hagan es porque soy una de ellos… otra ascecina en progreso”
Apreté los labios frente a ese pensamiento, era una verdad que deseaba negar y ocultar, pero como tapar esa parte de mi si cada vez que en mi nariz entraba efluvio a sangre me moría de sed? Como hacer para que nadie notara mis sanguinarias actitudes? No podía lograrlo, no podía hacerlo… y solo esto pasaba porque los colmillos y todo lo que estos significaban se habían adherido a mi persona y sabía, muy en el fondo, que jamás se separarían de mi.
Abrí la boca y reacomodé la mandibula para que los colmillos me quedaran más cómodos. Dejé que el aire entrara por mi nariz, detectando miles de olores diferentes, mientras sentía como la vitalidad comenzaba a apoderarse de mis extremidades extremadamente pálidas.
Avancé con resignación y me agaché junto a la chica pelirroja. La miré un segundo antes de cargarla a mi espalda. No me cuestioné nada ni un segundo, ni siquiera cuando flexioné las piernas para saltar de un tercer piso, ni siquiera cuando cortaba el aire en la larga caída, ni siquiera cuando sentí el duro piso contra las plantas de mis pies al aterrizar con las piernas flexionadas…
- Venimos por el auto después cierto? – preguntó benjamín acercándose a mi y tomando a la pelirroja con cuidado para que no se callera.
- Si, antes tenemos algunas cosas por resolver, primero, esconder los cuerpos – declaró Sam con los brazos cruzados – alguna sugerencia? – preguntó mirando a max con expresión dudosa.
- Por lo general incineramos los cuerpos Sam – explicó él recostándose contra la pared.
- Bueno… vayamos allá entonces.
Jamás podré olvidar el olor del incinerador, la carne quemándose, las oleadas de calor contra mi rostro…, pensé, y al instante sacudí la cabeza con fuerza para alejar esos malos pensamientos de mi cabeza.
- Hey! Por qué niegas eh? – preguntó Gastón pasando un brazo por encima de mis hombros.
- Nadaaa… ajjaja mutabaaa –deije exageradamente y él y esteban se partieron de risa, a decir verdad, no me importaba que se rieran de mi.
- Boba – susurró esteban con una deslumbradora sonrisa que personalemnte me pareció patética y me atrajó hacia él liberándome del brazo de Gasti.
Los labios de esteban besaron suavemente mi cuello descubierto. Seguía preguntándome como aguantaba el roce de su piel, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo… en tres semanas de ese suplicio ya había conseguido que me invitara a su casa el sábado. Faltaban solo 2 días y hasta entonces tenía que ser más que complaciente. Forcé a mis brazos a rodear su cintura y atraerlo más hacia mi. fruncí los labios cuando noté que sus manos se prestaban a tomar mi rostro, no había nada que odiara más. Me aguanté y compuse una tierna sonrisa mientras acercaba mis labios a los suyos. Los aplaqué contra los míos y sentí con satisfacción como los dominaba con malicia. Me giré y lo acorralé contra la pared mientras lamía su labio inferior y luego lo mordía una vez con suavidad. Me retiré con una sonrisa maliciosa, abrazandome al torso de Gastón con una fingida inocencia.
Esteban miró a Gastón recobrando el aliento y en silencio se dio media vuelta y se fue… cuando dobló la esquina y no lo vimos más, se rompió el silencio en el que estabamos inmersos Gasti y yo.
- Esta vez si que la cagaste! – dijo él con una sonrisa – odia que le hagan eso…
- A mi me parece que le gusta… sino no hubiera puesta esa cara. – dije esbozando una pequeña sonrisa malévola.
- En serio… lo odia, aunque le gusta bastante… - reconoció frunciendo el ceñó – es bastante contradictorio la verdad.
- Creo que le gusta que lo controlen… pero no le gusta perder el control – comenté utilizando en mi beneficio todo lo que había estudiado de sus vidas – es de locos…
- Si… es algo asi. – reconoció mirando la escalera por un segundo.
- Y como van las cosas con Ana? – pregunté fingiendo verdadero interés.
- Bien… mal. – reconoció algo apesadumbrado – no se… creo que vamos en una caída sin retorno… es que la cague en serio esta vez…
- Qué le hiciste ahora eh? – pregunté apartándome un poco
- La engañe con un chica en una disco hace 2 semanas… se lo dije pensando que iba a perdonarme si se lo decía… estaba borracho, que podía hacer yo? Pero dijo que no me aguantaría ni una sola más… - la pena se clavó en su rostro y si había algo que sabía que Gastón escuchaba, eran los consejos racionales y un tanto frívolos.
- Gas… disculpa que te lo diga, - comencé haciendo una mueca dudosa – pero me parece que tienes que dejarla ir… abre los ojos, mira nuevos horizontes, tal vez y con suerte encuentres algo mejor, no sé…
- Tal vez tengas razón… pero con Ana era especial… podía confiar verdaderamente en ella – se lamentó mirando el piso y frunciendo los labios – yo conocía su vida y ella la mia… no creo que vuelva a tener algo asi otra vez…
- Para ser sincera, lo veo muy difícil, pero todo puede pasar o no? – sonreí intentando ser positiva.
Sentí unos pasos en la escalera a mi costado derecho y sentí como el brazo de Gastón me soltaba al instante. Me giré suponiendo sin equivocarme que era Ana la que bajaba. La miré con expresión monótona, pero notando el odio con el que me miraba a mi y luego el dolor con el que miraba a Gastón. En cuanto se perdió de nuestra vista, miré a Gastón con expresión seria.
- Aún me odia cierto? – pregunté recostándome en la pared.
- Demasiado.
- Y también le dolió verte conmigo
- Si… - aceptó de mala gana y agachó la cabeza – pero no es tu culpa.
Lo miré un tanto sarcástica y él se rió un poco, lo acompañe y luego seguimos hablando de tonterías y cosas hasta que a los pocos minutos volvió a aparecer esteban por el pasillo acompañado de una chica de su clase. Quería confundirlo, quería confundirlo mucho por lo que de puro gusto lo miré con ternura y dulzura, como si me estuviera muriendo por él… se detuvo un segundo cuando me vió mirándolo y luego siguió como si estuviera un tanto confundido. Entró a su clase y a los pocos segundos salió con su mochila al hombro…
ya terminó su horario de clases y se va…, pensé viendo como se acercaba.
- Te vas? – pregunté en un tono de reproche sutil, como si no hubiera planeado que me saliera así.
- Ehmm… s-si… - dijo algo extrañado.
- Bye bro… - exclamó Gastón y extendió el puño para chocarlo con Esteban, pero este ultimo no le dio importancia porque plantaba un sonoro beso en mi mejilla.
- Tengo que hablar contigo después – me dijo muy cerca de mi rostro.
- Está bien… dime cuando – susurré y besé sus labios con ternura y rápidamente para luego separarme de él y mirarlo con una pequeña sonrisa.
Me sonrió y luego se fue. Me pregunté en el momento de que podría querer hablarme, pero al principio no encontré una clara razón.
Al poco rato me fui a mi casa y en cuanto llegué me dí un baño largo antes de que llegara Benjamín. Mientras el agua caliente caía por mi cuerpo me permití pensar en Max,,, en todo lo que lo extrañaba y en todo lo que lo amaba a pesar de todo.me pregunté si me saludaría el día de mi cumpleaños, solo faltaba una semana para que tuviera 14… tan poco.
Cerré las canillas y me envolví en un toallón verde, mi favorito. Me sequé y corretee a mi habitación donde me puse un chupin rotoso muy comodo, mis botines rayados una remera de manga lara a rayas rojas y blancas horizontales. Me peiné con parsimonia y luego me senté frente a la computadora para abrir el ares, puse The Flood de Escape The Fate y saqué las cuadernolas de la mochila para comenzar a hacer mis deberes… estaba algo atrazada y antes de que llegara Benja quería empezarlos y si me alcanzaba el tiempo, terminarlos.
- Hey! Por qué niegas eh? – preguntó Gastón pasando un brazo por encima de mis hombros.
- Nadaaa… ajjaja mutabaaa –deije exageradamente y él y esteban se partieron de risa, a decir verdad, no me importaba que se rieran de mi.
- Boba – susurró esteban con una deslumbradora sonrisa que personalemnte me pareció patética y me atrajó hacia él liberándome del brazo de Gasti.
Los labios de esteban besaron suavemente mi cuello descubierto. Seguía preguntándome como aguantaba el roce de su piel, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo… en tres semanas de ese suplicio ya había conseguido que me invitara a su casa el sábado. Faltaban solo 2 días y hasta entonces tenía que ser más que complaciente. Forcé a mis brazos a rodear su cintura y atraerlo más hacia mi. fruncí los labios cuando noté que sus manos se prestaban a tomar mi rostro, no había nada que odiara más. Me aguanté y compuse una tierna sonrisa mientras acercaba mis labios a los suyos. Los aplaqué contra los míos y sentí con satisfacción como los dominaba con malicia. Me giré y lo acorralé contra la pared mientras lamía su labio inferior y luego lo mordía una vez con suavidad. Me retiré con una sonrisa maliciosa, abrazandome al torso de Gastón con una fingida inocencia.
Esteban miró a Gastón recobrando el aliento y en silencio se dio media vuelta y se fue… cuando dobló la esquina y no lo vimos más, se rompió el silencio en el que estabamos inmersos Gasti y yo.
- Esta vez si que la cagaste! – dijo él con una sonrisa – odia que le hagan eso…
- A mi me parece que le gusta… sino no hubiera puesta esa cara. – dije esbozando una pequeña sonrisa malévola.
- En serio… lo odia, aunque le gusta bastante… - reconoció frunciendo el ceñó – es bastante contradictorio la verdad.
- Creo que le gusta que lo controlen… pero no le gusta perder el control – comenté utilizando en mi beneficio todo lo que había estudiado de sus vidas – es de locos…
- Si… es algo asi. – reconoció mirando la escalera por un segundo.
- Y como van las cosas con Ana? – pregunté fingiendo verdadero interés.
- Bien… mal. – reconoció algo apesadumbrado – no se… creo que vamos en una caída sin retorno… es que la cague en serio esta vez…
- Qué le hiciste ahora eh? – pregunté apartándome un poco
- La engañe con un chica en una disco hace 2 semanas… se lo dije pensando que iba a perdonarme si se lo decía… estaba borracho, que podía hacer yo? Pero dijo que no me aguantaría ni una sola más… - la pena se clavó en su rostro y si había algo que sabía que Gastón escuchaba, eran los consejos racionales y un tanto frívolos.
- Gas… disculpa que te lo diga, - comencé haciendo una mueca dudosa – pero me parece que tienes que dejarla ir… abre los ojos, mira nuevos horizontes, tal vez y con suerte encuentres algo mejor, no sé…
- Tal vez tengas razón… pero con Ana era especial… podía confiar verdaderamente en ella – se lamentó mirando el piso y frunciendo los labios – yo conocía su vida y ella la mia… no creo que vuelva a tener algo asi otra vez…
- Para ser sincera, lo veo muy difícil, pero todo puede pasar o no? – sonreí intentando ser positiva.
Sentí unos pasos en la escalera a mi costado derecho y sentí como el brazo de Gastón me soltaba al instante. Me giré suponiendo sin equivocarme que era Ana la que bajaba. La miré con expresión monótona, pero notando el odio con el que me miraba a mi y luego el dolor con el que miraba a Gastón. En cuanto se perdió de nuestra vista, miré a Gastón con expresión seria.
- Aún me odia cierto? – pregunté recostándome en la pared.
- Demasiado.
- Y también le dolió verte conmigo
- Si… - aceptó de mala gana y agachó la cabeza – pero no es tu culpa.
Lo miré un tanto sarcástica y él se rió un poco, lo acompañe y luego seguimos hablando de tonterías y cosas hasta que a los pocos minutos volvió a aparecer esteban por el pasillo acompañado de una chica de su clase. Quería confundirlo, quería confundirlo mucho por lo que de puro gusto lo miré con ternura y dulzura, como si me estuviera muriendo por él… se detuvo un segundo cuando me vió mirándolo y luego siguió como si estuviera un tanto confundido. Entró a su clase y a los pocos segundos salió con su mochila al hombro…
ya terminó su horario de clases y se va…, pensé viendo como se acercaba.
- Te vas? – pregunté en un tono de reproche sutil, como si no hubiera planeado que me saliera así.
- Ehmm… s-si… - dijo algo extrañado.
- Bye bro… - exclamó Gastón y extendió el puño para chocarlo con Esteban, pero este ultimo no le dio importancia porque plantaba un sonoro beso en mi mejilla.
- Tengo que hablar contigo después – me dijo muy cerca de mi rostro.
- Está bien… dime cuando – susurré y besé sus labios con ternura y rápidamente para luego separarme de él y mirarlo con una pequeña sonrisa.
Me sonrió y luego se fue. Me pregunté en el momento de que podría querer hablarme, pero al principio no encontré una clara razón.
Al poco rato me fui a mi casa y en cuanto llegué me dí un baño largo antes de que llegara Benjamín. Mientras el agua caliente caía por mi cuerpo me permití pensar en Max,,, en todo lo que lo extrañaba y en todo lo que lo amaba a pesar de todo.me pregunté si me saludaría el día de mi cumpleaños, solo faltaba una semana para que tuviera 14… tan poco.
Cerré las canillas y me envolví en un toallón verde, mi favorito. Me sequé y corretee a mi habitación donde me puse un chupin rotoso muy comodo, mis botines rayados una remera de manga lara a rayas rojas y blancas horizontales. Me peiné con parsimonia y luego me senté frente a la computadora para abrir el ares, puse The Flood de Escape The Fate y saqué las cuadernolas de la mochila para comenzar a hacer mis deberes… estaba algo atrazada y antes de que llegara Benja quería empezarlos y si me alcanzaba el tiempo, terminarlos.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
antes de irmeee les digo que si quieren escuchar The flood (cancion que nombre en este cap) estan en el mixpod rojito con calaveritas de la izquierda. es la segunda cancion en la lista de reproduccion. besoooosss!! se las quiereee!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
COMENTEN PLIISS!!
esta genial¡¡¡^^
ResponderEliminaresperando el proximo ;)
Wow!! enserio me enamore de tu novela . encontre tu blog hoy y me le TODOS los capitulos!!!! me enganche demasiadooo!!! enserio tienes que segurila rapidoo!! Besos!
ResponderEliminar