Gee♥ // Bren♥ // Max♥ // Add♥

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mis 4 amores = hermosos preciosos perfectos heavys talentosos y sexys ♥

sábado, 29 de enero de 2011

Cap: Serpientes Sanguineas

El sonido de huesos rompiéndose y el palpitante corazón que se detuvo me abrumó… acababa de desnucar a una persona, acababa de matar a alguien… era una maldita ascecina. Intenté no pensarlo, no era el primero al que mataba. Actué rápido, no quería que su sangre se enfriara y luego coagulara, no… nada de eso. Acomodé su cuerpo sobre mis hombros y trepé por una escalera hacia la azotea.

Acomodé el cuerpo sentado contra unas maderas que había allí y me senté a su lado mientras acercaba mi boca a su cuello. Sentí el delicioso sonido de la piel perforándose y luego la sangre brotando hacia fuera… no era lo más rico que había probado, pero con la sed que tenía me parecía totalmente delicioso. Su sangre tenía el inconfundible sabor amargo y metalico de las toxinas de la droga, pero aún podía disfrutar del sabor a rosa mosqueta de la sangre original.

Cerré los ojos para agudizar el oido y el gusto, así podría estar atenta y podría disfrutar al mismo tiempo. No tardé más de 10 o 15 minutos en vaciarlo por completo, saqué mis colmillos de la piel del muerto y miré hacia los lados: todo se veía más claramente a causa de que estaba recién alimentada. Máximo no estaba, supuse que estaría casando a su propia presa, por lo que rápidamente, luego de registrar el perímetro por las dudas, cargué el muerto sobre mis hombros y comencé a correr a toda velocidad a través de los tejados y azoteas. El lugar donde los Vilumet incineraban los cuerpos de sus victimas para que nadie los encontrara no quedaba demasiado lejos, por lo que luego de media hora corriendo llegué sin problemas. Entré, puesto que Max me había dado una llave y luego cerré, me adentré en aquel lugar tétrico en la oscuridad, aunque de hecho veía muy bien.

Sabía exactamente donde dejar el cuerpo hasta que llegara máx, conocía bastante bien ese lugar, pues iba una vez por semana allí más o menos. Deposité el cuerpo en la cámara donde se incineraban los mismos y salí de allí con agilidad, no me gustaba estar demasiado tiempo metida ahí. Subí a la azotea del lugar, porque prefería quedarme allí esperando a máximo o alguna orden que me diera. Promediarían las 5:30, por lo que el sol ahí tenía rato antes de despertarse de una vez y también faltaba rato para que el reinado de los vampiros terminara, aún faltaban unas horas para que volviera a ser completamente humana.

Al poco tiempo sonó mi celular y reconocí al instante el tono de max.

- Max.. – contesté con naturalidad.
- Donde estás? – preguntó con la voz agitada, como si corriera con algo a cuestas.
- En la azotea… donde queman los cuerpos. Y tu? Donde estas?
- Estoy yendo hacia allá, llegaré en 7 minutos mas o menos… todavía tenemos tiempo verdad?
- Si claro… 1 hora y media mas o menos. Que sucede? – pregunté frunciendo el ceño, eso ya me parecía un poco raro.
- No te preocupes amor, solo es que no creo que te vea el día de tu cumpleaños, asi que tenía que darte el regalo ahora…
- Aun faltan 2 días max… - comenté sonriendo – además, porque crees que no podrás verme?
- No preguntes cosas que no puedo responder… solo se lo que no va a pasar.

Eso me sonó extremadamente raro, pero aún asi lo obvie. Lo saludé y corté, lo esperaría allí y luego me hiría a dormir, tenía mucho sueño la verdad y de seguro mi madre me despertaría temprano.






El día de mi cumpleaños me desperté bastante feliz, llovía torrencialmente. Amaba la lluvia, demasiado y más en el día de mi cumpleaños. Mi madre me alcanzó el desayuno a la cama y luego me vestí. Me puse mis botas de agua de florcitas negras por fuera del chupín oscuro y una polera a rayas horizontales negra y blanca. Arriba de eso una campera abrigada roja. Organicé mi cabello sintiendo unas crecientes ganas de cortarlo, pero supuse que no me quedaría tan bien entonces abandoné esa idea al instante.

Sería otro día en el que me sorprendería bastante, pero que más daba si pasaban cosas buenas o malas, seguía marchita por dentro aunque aprendía a disimularlo muy bien. Tenía un presentimiento, como negarlo… algo malo estaba por pasar, lo sentí en el aire apenas salí de mi casa y un trueno quebró el sonido. El aire olía demasiadas cosas… tierra mojada… caños de escape… efluvios humanos… madera… lluvia… lycan… sangre…
“ya termina de convencerte, vives en la zona de caza de un lycan¨ me dije a mi misma negando con la cabeza sosteniendo firmemente el paraguas. Comencé a caminar en dirección al liceo con pasos seguro y pisando casi todos los charcos de agua que me encontraba en el camino por el simple placer de escuchar el chapoteo debajo de mis pies. Dejé que por 4 cuadras el sonido de la torrencial lluvia me envolviera y me encantara, dejé que me abrazara ese sonido que me daba paz, y tanta tranquilidad. Recordé por un momento ese hermoso mes en el que fui tan feliz, ese junio con Max, recordé con nostalgia cuando salíamos a caminar debajo de la lluvia en las noches oscuras, recordé esos hermosos besos bajo la caricia de millones de gotas que se estrellaban contra nuestra helada piel…

Negué con la cabeza esbozando una verdadera sonrisa nostálgica. Acaricié el regalo de Máximo que descansaba en mi dedo como si hubiera sido forjado para pasar todo el tiempo rodeando me dedo. Mientras traspasaba las rejas del liceo miré mi mano, miré el anillo que él me había regalado, era de un cristal rojo sangre que tenía un tenia resplandor. Recordé el momento en que me lo dio con una sonrisa:

Estabamos los 2 sentados en la azotea mirando el despejado cielo invernal. Uno al lado del otro no nos tocábamos, pero yo me sentía muy pegada a él de todas formas.

- Me debatí bastante entre regalarte esto u otra cosa… pero creo q esto te va a gustar más… creo. –dijo con tono dubitativo sin mirarme y sacó algo de los bolsillos de su pantalón.

Miré lo que llevaba en la mano… era… una pequeña jaulita? Lo quedé mirando algo extrañada sin que el lo notara y en cuanto giro su mirada hacia a mi disimule una complacida sonrisa.

- No pongas esa cara, sé que te resulta extraño.
- Bueno… es que tengo curiosidad… que hay ahí? – pregunté extrañada mirando como 2 cosas se debatían en la jaulita con un poco de furia.
- Son serpientes sanguíneas – explicó mostrándome la jaulita y pude ver como 2 pequeñas y finas serpientes transparentes se debatían con ferocidad contra las rejas plateadas. – son… anillos.
- Anillos? – pregunté mirándolo con una pequeña sonrisa interesada, max siempre tenía esos extraños regalos que resultaban ser de lo más interesantes. – como funcionan?
- Bueno… básicamente, se enrollan a tu dedo, se adhieren a tu carne… pero no duele – me dijo con rostro tranquilizador. – lo juro.
- Cool – susurré mirando encantada las pequeñas serpientes – y porque son 2?
- Es que… una es tuya y la otra es mía… - me miró un poquito avergonzado – es que… quiero q siempre tengas algo mío contigo y quiero tener algo tuyo conmigo siempre… y… - se quedó callado y amagó con guardar la jaulita, pero no se lo permití.
- Y como me lo pongo? – pregunté con una sonrisa y cubrí mi mano con la suya, de esa forma la jaulita estaba presa entre nuestras 2 manos.

Sonrió algo timido y me pregunté porque se ponía hací.

- Bueno… estos son una hembra y un macho… a ti te corresponde el macho, porque ese vendría a ser yo…
- Muchas gracias – le dije besando su mejilla como 10 veces seguidas antes de que volviera a hablar. – veamos…. – comenté y solté su mano para abrir la pequeña puertita de a jaula.
- Espera! – me frenó alejando la jaula – antes tienes que saber que una vez que te lo pongas no podrás quitártelo nunca más… jamas.

Me miró algo indeciso , como si no estuviera seguro de mi respuesta. Yo le sonreí tranquilizándolo y mis manos tomaron su rostro tiernamente.

- Claro que me lo voy a poner… pase lo que pase siempre querré tener algo de ti conmigo, nunca lo dudes mi amor… nunca lo dudes.

Sonrió feliz y se dispuso a abrir la jaulita. Sacó la serpiente más grande sosteniéndola por la cola. El animal se debatió ferozmente. Se acercó la serpiente a su muñeca y yo lo miré confundida.

- Me imagino que si son “serpientes sanguíneas” es porque chupan sangre no? – pregunté mirándolo.
- Si… antes de ponértelo hay que alimentarlo. – el animal en cuanto estuvo lo suficientemente cerca de la piel de Máximo abrió la boca e internó sus finos colmillos en la piel palida.

Miré sorprendida como el fino animal se iba llenando de sangre y dejaba de ser transparente como el cristal a ser rojo, del color de la sangre de max. En cuanto la pequeña serpiente estuvo repleta de sangre, como una jeringa llena, se desprendió de la piel de él y quedó quieta en su palma. Máx me miro inseguro un momento pero yo no le di tiempo a que se retractara y acerque mi mano a la suya.

Fue instantáneo, el animal se irguió y se arrastró por mi palma hasta mi dedo anular, donde se enroscó con fuerza, adhiriéndose a mi carne y al final, abriendo las fauses y mordiendo mi dedo. Se quedo quieta. No me dolió nada.

- Wow…- susurré impresionada – me encanta…

Lo miré con una sonrisa y me tiré sobre él, tumbándolo en el piso y besándolo en los labios muerta de amor. Nuestras lenguas se enredaron como 2 serpientes mientras sus brazos se apretaban cada vez más fuerte alrededor de mi torso. No podía respirar pero no me importaba para nada... no mientras podía besarlo. Mordí con suavidad su lengua y en respuesta gruño y mordió mi labio haciendo que lo deseara más que nunca. Una de mis manos se aferró a su pelo despeinándolo y atrayendo su cabeza más hacia mi.

Nos giramos y el quedo sobre mí, balanceando su peso a la perfeccion para que no me aplastara. Se ingenió para poner una de sus piernas entre las mías y yo se lo facilité por instinto. Mis labios bajaron por su cuello… mordiéndolo con fuerza como yo sabía que a él le gustaba y luego sus labios recorrieron mi mejilla y bajaron por mi cuello, lamiendo con suavidad desde mi mentón hasta la clavicula. Me mordió muchas veces… al principio con suavidad y después cada vez más fuerte hasta el punto que se me escapó un pequeño gemido de dolor mientras arqueaba la espalda por inercia. Cuando me arqueé su cuerpo se acopló al mío en un instante y paso uno de sus brazos por debajo de mi espalda, apretándome contra él.

Nuestros labios se unieron deseosos otra vez mientras nuestras lenguas se consumían en pura pasión…

- No… e-e-espera! – exclamó máx con la respiración totalmente descontrolada y apartándose apoyándose sobre sus brazos estirados por sobre mi.
- Qué…? – dije con tono desesperado respirando con fuerza.
- No… esto no puede estar pasando… mierda! – negó con la cabeza y se tumbó a mi lado sin tocarme. – no…
- Qué está mal? – pregunté girando y recostando mi cabeza en su pecho
- Es que no lo entiendes…?! Nosotros casi… - se quedó callado y me apartó. Se sentó y se despeinó el pelo con nerviosismo – maldita sea! Me siento un violador… doy asco. – farfulló para si mismo.

Me quedé helada al comprobar que tenía razón… “Nosotros casi…” si, casi casi y si no hubiera sido por él lo más seguro era que sucedería…




Aparté ese recuerdo de mi mente porque estaba entrando a la clase y muchos de mis compañeros se me lanzaron encima para saludarme, por lo que terminé riendo en el piso con Julieta sobre mi. Miró por un momento mis dedo y la serpiente que estaba bien enroscada a mi dedo y con sus colmillos clavados en mi carne… Julieta sonrió al verla y luego me ayudo a levantarme.

- Mmm… serpiente sanguínea… apuesto a q es de max.

Asentí con la cabeza mirándola sin ninguna mueca particular.

- Cuando te la dio?
- El sábado… bueno, el domingo de madrugada, es lo mismo.
- De madrugada? Uhh eso sono degenerado – se mofó ella con una sonrisa picara.
- Cazabamos… - puse los ojos en blanco obviando q en verdad casi pasaba algo…
- Si claro, y yo me chupo el dedo… - ecxlamó sentándose en su lugar.

“maldita sea ya me leyó la mentee… pfff”

viernes, 21 de enero de 2011

Cap: Están frente a una ascecina, es que no lo han notado aún??

Me miró y luego sonrio disimuladamente. Procedió a mirar la hora en la pantalla de su celular y luego lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón. Tomó mi mano con la suya y me miró algo temeroso.

- Es hora de que vayamos – me miró con todas sus dudas y apreté su mano para que por lo menos sintiera que podía apoyarse en mi, eso me convenía. – voy a necesesitar de ahora en adelante que estés cerca de mi camila, me gustaría poder apoyarme en ti… podré? – pregunto haciendo de mi respuesta algo determinante
- S-si… supongo que si – dije mirándolo algo desconfiada.
- Gracias – dijo con una leve sonrisa y se levantó, sacudiéndose la tierra de la ropa. – vamos…

Cap 16: With the Blood on your hands Romeo

Me ahorraré la pelea que se dio en cuanto llegamos a su casa y todos comprobaron que estaba sana y viva, lista para dar pelea y complicarle la vida a todos. Esteban gritó. Gabriel y Gastón intentaron ahorcarme y yo forcejeé hasta que el padre de Esteban me los sacó de encima alegando que a pesar de todo, seguía siendo mitad humana. Esteban siempre se mantuvo a mi lado y protegiéndome del resto, poniendo la cara para la cachetada y girando la mejilla para recibir la segunda. Al rpincipio renegaron de él y de mi, pero cuando Bam-bam les dijo que yo sabía algunas cosas cambiaron de idea y me trataron como a una más… incluso me mostraron su sala de operaciones antes de que llegara la novia de Gastón.

En cuantro entré a allí me quedé helada… todas las paredes estaban cubiertas por pizarras o fotos de los Vilumet. Los espiaban, los espiaban cada segundo de cada día, siempre pendientes de lo que hacían a cada hora.

- Sabemos bastante de la mayoría de los Vilumet – informó el padre de Esteban apoyando las palmas de sus manos en una gran mesa que se encontraba en el centro de la habitación. – son una “familia” de 5, compuesta por Brenda y Cesar Vilumet, sus hijos Julieta y William y este otro, Maximo Vilumet…
- Vamos muy bien con todos menos con Máximo – informó Gastón señalando una pizarra donde habían apuntes y datos sobre Max, además de una foto de él en la calle con lentes de sol y luciendo sus perfectos brazos por debajo de una simple remera roja. – es del que menos sabemos y del que mas nos preocupamos.
- Tenemos muy claro que no hay vínculos consanguíneos con los otros cuatro, por lo que no entendemos que lo detiene con ellos. – complementó Gabriel y se sentó en una silla que estaba en la cabecera de la mesa.
- Sabemos también que es noble, lo detectamos por el color de su piel… además descubrimos que es metamorfo…
- Manipulación de la materia – lo corregí interrumpiéndolo – así lo llaman. – no pude evitar lanzarle una mirada de malicia.
- Como sea, - me evitó él – no sabemos casi nada, ni de donde proviene, ni que edad tiene, ni que relación tiene con los Vilumet, ni porque lleva ese apeliido, no sabemos que lugar ocupa en el consejo de nobles si es acaso que ocupa algún lugar…
- Tu que sabes? – preguntó de repente el padre de esteban mirándome con el ceño fruncido.

Lo miré con maldad en el rostro y me puse a pensar en un segundo todo lo que podría decir y lo que no, lo mejor sería brindar información falsa que no pudieran comprobar.

- Bueno, de Máximo puntualmente no tengo demasiada información… es más bien reservado, no lo sé con seguridad, pero no creo que pase más de 500 años, proviene de Francia, de una provincia pequeña sobre la costa. Aparte de eso no se mucho más… bueno, solo que sus dones tienen limitaciones… - me callé y me giré para que pareciera que eso se me había escapado.
- Qué limitaciones? – preguntó esteban que hasta entonces estaba callado.
- No… no creo que deba decirlo – farfullé mirándolos y esteban me miro dándome animos – bueno, él… básicamente puede manipular la materia de cuerpos intertes y su propia materia, pero la de otros seres no, ni la de animales, ni la de humanos, vapiros, lycans o nada parecido.
- Eso es bueno… relativamente – comentó Gabriel intentando ser positivo.
- Aún así no conocemos su o sus debilidades – le objetó el padre de esteban, Alejandro. – camila tu conoces alguna?

Por un momento no pude evitar pensar que estaban frente a una de las debilidades de Máximo Vilumet, que hubiera pasado si hubieran sabido que estaban parados frente a su confidente? Frente a la persona que posiblemente lo conociera más que nadie? Frente a la única que sabía sin errores como hacerlo feliz, como hacerlo sufrir? Me deleite un segundo antes de comenzar con otra mentira que los dejara complacidos y que los beneficiara a los Vilumet.

- Ehm… debilidades de Máximo? No… no creo que tenga alguna que valga la pena usar… es apegado a los otros Vilumet, eso es cierto, pero también es frío y algo cruel por lo que creo que si tiene que salvarse los abandonaría sin resentimientos… no, tampoco hay un objeto por el que él mataría… ni tampoco una persona por la que se dejaría morir… Máximo es un vampiro hecho y derecho: no amor, no remordimiento , si al instinto y si a la sed – los miré a cada uno a los ojos con maldad socarrona y sonreí sobrando – estan frente a un ascecino señores y creeanme que no le tiembla el pulso cuando esta a minutos de quitar una vida…
- Y como sabes tu? – me preguntó Gastón con esceptisismo.
- He visto más de lo que crees – le aclaré con mirada de odio puro.
- Y tu? Has matado por sed? – preguntño Gabriel mirándome – sabemos que los media sangre también sienten la necesidad y que cometen las mismas atrocidades.
- Si hubiera matado crees que estaría aquí, entre cazadores? - le pregunté con una sonrisa malévola – además, si para algo he venido es porque no estoy de acuerdo con la matanza de gente inocente, si se alimentaran de los bancos de sangre sería razonable, pero con el tiempo la determinación con que matan me comienza a provocar repulsión.
- Estás renegando de tu propia especie, eso nos estás dando a entender – asumió Alejandro y lo interrumpí al instante.
- No, no reniego de nada porque soy una HUMANA con una enfermedad incurable. Y ahora podré verme sana y fuerte… pero a que precio tengo que pagar todo eso?
- Bastante bajo… con lo que vales. – se burlo Gabriel y lo miré fulminándolo con el odio latiendo en cada una de mis palabras.
- Creeme que cuando estoy delante de una bolsa de AB+ no soy nada tierna… - dije con tono cortante sabiendo muy bien que el AB+ era su tipo sanguíneo.

Disfruté por sobremanera la forma en la que su corazón comenzó a latir mas rápido y su vena hicnho considerablmente a la altura del cuello, podía sentir el sonido de su corazón y de la sangre fluyendo, podía sentir el olor de la mismay con todo esto podía incluso hacerme una idea del saber que tendría su sangre contra mi lengua… la idea me erizó el bello de los brazos y dejé de pensar en eso porque la simple idea me daba sed… demasiada sed.

- Co… - comenzó y tragó saliva – sigo pensando que tenemos que matarla – declaró Gabo.
- Todo a su tiempo – le objeté mirándolo con rabia – pero ahora me necesitan viva, no muerta… me equivoco?
- No – negó Alejandro y suspiró enderezándose – con permiso… gaston, t vienes conmigo, Gabriel, tu novia tarda demasiado, esteban… no quiero que ella este sola en esta casa ni un segundo… todavía tengo mis dudas.






Me deslicé sobre el tejado de la casa, seguía a mi instinto por más que me molestara lo que hacía. Salté sobre la esquina de la calle y aterricé con suavidad en el suelo, notando que cada vez cazaba más silenciosamente. A un metro de mi Máximo aterrizó con las piernas flexionadas y se enderezó rápida y silenciosamente. Me miró con sus ojos de un tono bordó oscuro luminicente y sonrió, con sus perfectos colmillos asomandose en su amplia sonrisa.

Un sonido… pasos. Dirigí mi mirada al lugar donde se encontraban y pude ver a 2 jovenes que se acercaban. Promediaban las 4 y media de la mañana por lo que supuse eran chicos que habían ido de fiesta o algo asi. Lo miré a Max expectante, y negó con la cabeza. Bueno, ellos tuvieron suerte, pasarían con vida de esa noche.

Proseguimos con pasos agiles a través de las calles oscuras, preferentemente en las que no habían focos o nada parecido, así nadie podría vernos y estabamos más seguros… además, la oscuridad era nuestro fuerte, cuanto más oscuro, mas agudos los sentidos. No encontrábamos nada lo suficientemente viejo o bueno para los 2. No teníamos mucho tiempo, por lo qué con una simple mirada le recordé que debíamos apurar el paso.

Max trepó un árbol y saltó sobre la azotea de una casa y yo lo seguí. No me costó nada trepar en pocos segundos y saltar de esa forma, no en ese estado que tenía dominado por mi vampireza interior.

- Avanzamos más rápido si vamos por las azoteas – dijo Max y señalo con el mentón hacia su derecha – hay efluvio a lycan hacia allá… deberíamos volver.

Aspiré aire y cerré los ojos para idenificar olores. Efectivamente, había olor a lycan y provenía de un lugar relativamente cercano.

- Es reciente… no se cuanto, pero es reciente.
- Si, tiene pocas horas, con suerte 2 o 3.
- Crees que aún esté en esta zona? – pregunté detectando un sonido a unos 100 metros.
- Es probable… - se detuvo un segundo – hueles eso? – frunció el ceño y se giró en dirección a donde provenía el sonido.
- No… que? – pregunté y él me hizo una seña para que lo siguiera.

No lo dudé ni un milisegundo, me aproximé en silencio al lugar de donde provenía el sonido, era en la calle, de eso estaba segura. Cuando me disponía a inclinarme sobre el borde de la azotea máximo me lo impidió empujándome hacia atrás, como impidiendo que viera algo. Intenté recomponerme y volver a avanzar pero volvió a impedírmelo, esa vez mirándome de forma severa.

- Sigue avanzando, pero evita entrar en el perímetro del lycan – me miró a los ojos – yo te seguiré.

Asentí con la cabeza y me levanté. Intenté no darle importancia a que ese sonido me llamaba poderosamente la atención. Avancé a gran velocidad por las azoteas y tejados, evitando los lugares con efluvio a lycan. No habré estado más de 5 minutos sola, ya que max volvió enseguida y proseguimos avanzando juntos en silencio.

Tardamos casi media hora más en encontrar a uno que valiera la pena, lo acechamos desde una azotea baja en silencio por unos pocos minutos. Estaba drogándose en un callejón oscuro, mejor para nosotros.

- Lo de hace un rato… - comenzó y yo fijé mi mirada en él. – no quiero que te vean conmigo, es peligroso.

Lo miré totalmente esceptica y puse los ojos en blanco.

- En serio… no quiero que piensen que pueden llegar a mi a través de ti. No quiero que te hagan daño – dijo y desvió su mirada al vago que ahora murmuraba para si.
- Como sea – murmuré mirando al drogadicto – ey… creo que es hora, vas tu o yo? – pregunté cambiando de tema.
- Tu… yo puedo cazar cualquiera de estos días, a ti se te está haciendo urgente.

Ni siquiera pronuncié palabra, sabía que él tenía razón. Me enderecé y correté unos metros sobre el borde de la azotea y salté prolijamente hacia el calejón. Mi cuerpo cortó el aire limpiamente y aterricé sin errores con las piernas flexionadas para levantarme en silencio. El drogadicto me miró algo sorprendido y fuera de si al mismo tiempo.

Caminé hacia él relamiéndome los colmillos, no era del tipo de sangre que más me gustaba, pero era pasable… lo único que deseaba era que su sangre no tuviera demasiado gusto a las toxinas de la droga, pero aún así, con la sed que tenía todo me daba igual.

- Un angel… - susurró el joven y estiró su mano hacia mi.
- No… el diablo – le corregí y tomando su mano lo tiré hacia delante y rápidamente mis manos se posaron a los lados de su cabeza. – saluda a mi padre de mi parte…



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Atte Mis Vampirezas:
buenooo espero que les haya gustado el capi :) COMENTEN PLIIIS!! sus comentarios y opiniones son una motivacion :) igual gracias a las que pusieron reacciones en el cap anterior.

con mucho amor para ustedes bloodies, Killjoy Vampire.

jueves, 13 de enero de 2011

Cap: Ahora resulta que el presidente del consejo de nobles es Jency Ludovacca?? estas muy equivocado ¬¬

- Camila… - me llamó esteban sacándome de mi trance baboso – tengo que darte el antídoto ya.
- Que? – pregunté dudosa pensando en que me haría tragar, pero mi cara de horror se me escapó al ver la jeringa llena de un liquido negro que sacaba de sus bolsillos… que mierda me iba a inyectar?!
- Estira el brazo infectado y cierra el puño – me ordenó remangando mi brazo herido.
- No, esteban, estas loco… que me vas a inyectar?!
- Es saliva de lycan – explicó quitándole el capuchón a la jeringa- la idea es saturar tu cuerpo con veneno, tanto que el cuerpo lo rechace, eliminando el que ya había.
- O sea que vás a envenenarme? – pregunté alarmándome
- No, voy a curarte. – corrigió y estiró mi brazo a la fuerza. – no te niegues! Ayudame…
- Pero esteban… - susurré.
- Confía en mi – aseguró mirándome los ojos con convicción

Lo miré y por un segundo creí profundamente en él, no podía no creerle. No lo conseguía. Estiré el brazo y cerré el puño mientras desviaba la vista a otro lado porque no podía ver como me inyectaba eso negro y repulsivo. Sentí el pinchaso y juro que dolió demasiado… sentí como el liquido negro recorría mis venas y comenzaba a sentir el cuerpo caliente, demasiado caliente.

- Quema… - farfullé mirando a esteban – me traicionaste, esto va a matarme, no a salvarme… - lo miré con todo el odio que hasta ese momento le venía guardando.

Cada vez comenzaba a sentir el cuerpo más y mas caliente al punto que comenzaba a dolerme todo, me dolía el contacto con la ropa y el aire que entraba por mis fosas nasales parecía cada vez más helado. Me hice un ovillo en el suelo porque el estomago me dolía muchísimo, casi como si se estuviera exprimiendo o retorciéndose.

Esteban me miraba con expresión preocupada pero tranquila al mismo tiempo, no podía creer que me hubiera hecho eso, pero sabía que debería habérmelo esperado… pero, donde estaba Máx? por qué no venía a salvarme o por lo menos a dejarme morir entre sus brazos? Me retorcí en el piso por el dolor que sentía y que apenas me dejaba respirar, grité de forma agonizante mientras me apretaba el estomago con las manos y giraba en el piso arqueando la espalda.

Busqué con la mirada a Máximo y no lo encontré por ningún lado y esto hizo que comenzara a llorar hasta empañarme la vista, no soportaba la idea de morir sin verlo, no lo soportaba. Gemí por el dolor y por que no podía verlo antes de irme. Me imaginé a un gemelo que no conocía muriendo unos días después de que muriera, un gemelo que pensaba jamás conocería, pero me equivocaba, como me equivocaba.

Sentí como se me oprimían los pulmones y lo difícil que se me estaba haciendo respirar, se oprimieron progresivamente hasta que no pude respirar más y comencé a ahogarme… me retorcía contra el piso y me tomaba del cuello con las 2 manos sin poder hacer pasar el aire. Se me iba la conciencia y lo notaba porque los ojos se me cerraban sin poder volver a abrirlos… era mi hora final, eran los segundos anteriores a mi muerte…

No vi la luz esa que dicen que se ve al morir, no escuché voces de ángeles o nada parecido, no vi la puerta del cielo, pero tampoco vi la puerta del infierno… tampoco reviví mi vida, pues no había demasiado por revivir, nada valía la pena por rememorar en ese momento, solo 3 personas saltaron a mi mente: Julieta, Benjamín y por supuesto, Máximo. Los 3 vampiros, los 3 seres amados, los 3 buenos compañeros, hermanos, amantes y amigos. Recordé a Julieta en todos esos pijamas parties que tuvimos, a Benjamín en todas esas tardes en mi casa donde siempre tenía una sonrisa para mi y a Máx… a Máximo lo recordé por completo, en sus buenos y malos momentos, en nuestra unión y en nuestra separación lo recordé todo y luego… nada.

NADA.

“esperen… esto es morir?!”pensé desde un pequeño rincón totalmente negro, me daba la impresión de que había perdido mi cuerpo y estaba en un lugar completamente negro, flotando en un lugar sin pies ni cabeza, sin derecha ni izquierda, sin arriba ni abajo, sin norte ni sur. “what the fuck?! Pensé que iba a ser un poco más interesante y que si no me iba al cielo, por lo menos me iba al infierno a quemarme por siempre… pero no esperaba esta cosa negra”

Pero, estaba pensando? Como pensaba si estaba muerta? Como era conciente del “lugar” donde estaba si acababa de morir? Como era posible? Todo era en verdad extraño a esa altura del partido… y si no estaba muerta? Y si solo había perdido la conciencia de forma en verdad profunda? Y qué perdía con intentar moverme ahí dentro? Y que perdía si intentaba volver a la realidad: revivir? Y que perdía con intentar buscarle una salida a la negrura?

Mi lado depresivo se apareció de improviso y comenzó a susurrar cosas en mis oídos:

“…lo lograste… estás muriendo tonta, o mejor dicho, probablemente ya hayas muerto. Piénsalo, se terminaron las noches desvelada mientras te ahogabas con tus propias lagrimas, se terminó eso de levantarse media hora antes para hacer magia con maquillaje para cubrirte las ojeras oscuras, se terminó el dolor de mirarte al espejo y darte cuenta que al pasar los días te volviste un espectro agonizante, se terminó eso de cambiar cada canción de amor que se te cruzaba por la vida, se terminó tu tortura, se cumplió tu deseo: moriste, no más dolor, no mas aflicción, no mas nada.”

-NO! – grité negándome a esa voz, no tenía razón, valía la pensa sufrir por los que quería, valía la pena… - todavía NO! – grité otra vez mientras entraba como en un vórtice de luz y de improviso estaba otra vez tirada en la calle con Esteban en frente de la casa verde.

Respiré con fuerza un par de veces, sentía la mejilla contra la baldoza gris de la vereda y el frio de la misma. Escuchaba mi respiración agitada y el sonido de los autos distantes.

Unas crecientes ganas de vomitar me azotaron de forma irrefrenable y por reflejo me apoyé sobre los codos y vomité contra las raíces del árbol un liquido negro que al contacto con la tierra comenzó a desintegrarla y a filtrarse en las raíces, pudriendo la madera y haciendo morir lentamente a la planta. Respiré hondo, estaba viva, volvía a estarlo. Me alejé del árbol a rastras y me tumbé en el piso boca arriba… miré el cielo, sentí el viento contra mi cara y el sonido de los autos…

Sonreí… sonreí y luego comencé a reir como loca, a carcajadas… ESTABA VIVA! Estaba VIVA y tenía tiempo para solucionarlo todo! Reí mientras se me salían las lagrimas de felicidad…

- Camila… estas… bien? – preguntó acercándose a mi.
- Sii! – ecxlamé con una inmensa sonrisa – pero quiero agua… - me sentía extremadamente bien a decir verdad, demasiado bien.
- Ehmm… agua? Bueno, te quedas aquí que cruzo al almacen de enfrente y te compro algo. Esperame aquí y no te muevas…
- Traeme chicles de menta profiiis! – le pedí con una sonrisa y el se levantó y se fue.

Me senté en el suelo y miré todo a mi alrededor con una sonrisa… ESTABA VIVA! Todavía no podía creerlo…

- Mi amor! – exclamó Máximo salido de la nada tirándose sobre mi, abrazandome y dando vueltas en el piso conmigo a cuestas – juré que te había perdido… casi muero estúpida! No vuelvas a hacerme esto nunca más! Nunca te pongas en estas condiciones otra vez! Te amo, te amo, te amo, te amo linda! – besó mi mejilla incanzables veces en pocos segundos y luego me miró a los ojos.
- Te amo! Te amo te amo te amo te amo mucho más de lo que parece, en serio Máximo Vilumet. – dije sonriéndole alegremente – hoy en cuanto este libre quiero verte…
- Después hablamos, si, después de esto si no te veo muero… - dijo besando mi mejilla otra vez.
- Ya vete max… - dije – esteban ya va a volver… - besé su mejilla y lo empujé lejos de mi.

Se levantó del suelo a gran velocidad con una sonrisa y se fue. A los pocos minutos volvió esteban con una botella de agua y un paquete de chicles. Me tomé casi toda la botella de una sola vez para sacarme ese gusto raro que me había quedado dentro de la boca y luego me llevé 3 chicles de menta de una sola vez a la boca.

Recién ahí me fijé en esteban, parecía más preocupado que antes.

- Qué te pasa? – pregunté mascando chicles.
- Nada… es que, aun no creo que hago esto por ti… - susurró con la mirada distante – ahora tenemos que ir a mi casa y dar la cara, no será fácil, todos piensan que estás muerta o que estas agonizando; se sorprenderán cuando te vean bien.
- Tan falsos… todos quieren matarme, malditos hipócritas. – dije mirando el piso con molestia, dentro de todo, podría decirse que esteban era el más humano de todos porque los demás eran todos unos animales.
- Es nuestro trabajo camii, es lo único que sabemos hacer, nos nos jusgues por eso – dijo pasando su brazo por ensima de mis hombros.
- Pero tu no eres así, o por lo menos no tan asi. – hice una mueca medio rara y lo miré a los ojos.
- Si soy así camila – dijo con tono seco – pero a ti no puedo matarte, a ti no. Por lo menos los calmara que estés de nuestro lado.
- Tu crees? – pregunté dándolo por hecho, pero desde cuando yo estaba en su bando?? Ese chico estaba alucinando si pensaba que lo prefería a él en vez de a los Vilumet… los Vilumet eran mi familia y él para mi no era nada.
- Si, definitivamente nos da ventaja tener una infiltrada en esa casa. – su tono de voz fue determinante.
- O sea que pretendes que me meta en sus vidas para que los maten? – pregunté haciéndome la incrédula.
- Si, eso quiero. Camila, esto es por tu bien, no tienes idea de las cosas horribles que ellos pueden llegar a hacer contigo…
- Que cosas? – pregunté mirándolo desconfiada.

Por un segundo me miró como asustado y luego prosiguió.

- Pueden obligarte a matar para comer, pueden obligarte a beber, pueden hacer que tengas encuentros carnales con ellos, pueden hacer tantas cosas contigo que no te lo imaginas.
- Los pintas como si fueran perversos, demonios pecadores provenientes del infierno que encarnan en cuerpos humanos en contra de la voluntad del alma que habita en ellos, no seas tan exagerado por favor. – dije con sarcasmo y él me quedó mirando alarmado.
- Eso es lo que son Camila, son viles, demonios malvados que vienen desde abajo, corrompedores de almas, controladores y más. En especial los nosferatus… son los peores y se hacen llamar puros, los odio…
- Y que te han hecho los nobles para que los odies tanto? – pregunté como al pasar apoyando las manos en el suelo.
- Se robaron a mi madre – dijo con la furia suviendo por sus venas – hace 11 años, mis padres y mi hermano mayor fueron asignados a una misión especial: tenían que derrocar al presidente del consejo de nobles. Les llevó más de un año descubrir la identidad del maldito y otros 6 meses encontrar su paradero. Cuando lo atacaron, el chupasangre escapó ileso y se llevó a mi madre con él… lo último que supimos fue que fueron vistos en el aeropuerto de Inglaterra y luego nada… simplemente desaparecieron del mapa.

Noté algo que no encajaba en la historia, si el presidente del consejo de nobles era Máximo, donde se encontraba la madre de esteban en estos momentos? Además, conocía demasiado bien a mi ex y podía asegurar que el jamás se llevaría a alguien en contra de su voluntad por más que fuera su enemiga, lo que me llevó a concluir que en ese caso, la mujer tendría que haberse engemelado del supuesto “presidente del consejo de nobles” y también sabía que max no tenía gemela… lo que me llevó a razonar que Esteban tenía una idea errada de la identidad del presidente del consejo de nobles.

- Y como se llamaba él? – pregunté de repente mirándolo con expresión dubitativa. – me refiero al noble…
- Jency Ludovacca – dijo con odio en su tono de voz
- Y tu madre? Como se llama?
- Rosa Sangrial – dijo mirándome con los ojos vidriosos de ira – porque preguntas? La has visto?
- Solo curiosidad… y no, no la he visto ni he oido hablar de ella, nunca. – le aseguré tocando su rostro con el dorso de la mano, pero si lo supiera, te lo diría. Eso no lo dudes.

Me miró y luego sonrio disimuladamente. Procedió a mirar la hora en la pantalla de su celular y luego lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón. Tomó mi mano con la suya y me miró algo temeroso.

- Es hora de que vayamos – me miró con todas sus dudas y apreté su mano para que por lo menos sintiera que podía apoyarse en mi, eso me convenía. – voy a necesesitar de ahora en adelante que estés cerca de mi camila, me gustaría poder apoyarme en ti… podré? – pregunto haciendo de mi respuesta algo determinante...

miércoles, 12 de enero de 2011

Atte: Mis Mortiferas Vampirezas... ♥

bueno, en esta semana he tomado muchas desciciones:

la primera, estoy esperando fervientemente que llegue el viernes para publicar un capiii :D el cual espero que les guste mis amores :D

la segunda, que me he ausentado por las vacaciones y varios imprevistos, algunos muuyy zarpados y otros devastadoramente pateticos :/ pero aun así aqui estoy! totalmente renovada para que me pidan lo que quieran!

la tercera... que paso con la seccion de shoots? me parece que no les gusto tanto la idea como parecia u.u bueno, aun así todavia estoy dispuesta a escribir lo que me pidan :P

la cuarta, seguramente en estos días cierre definitivamente el blog Paschaline u.u es que ya no publico más nada y como que sigue abierto para nada, no quiero seguir dandoles esperanzas de que en algun momento seguiré con eso, porque les estaría mintiendo mis niñas u.u en casi cuatro meses solo he escrito una página, lo que es lamentable comparado con la cantidad de paginas que tiene Noche Eterna... sinceramente, lo siento :(

la quinta, no se si ya lo saben o si les interesa, pero hace poco cerró un blog que amo, amaba y seguiré amando hasta el final de mis días: LEMMON IMPRINTED. si por alguna casualidad alguna lobita de esa hermosa manada se llegara a pasar por mi blog, les digo que con sus historias y fics tuve momentos re lindos, me emocione, rei, lloré, y lo compartí con muchas de mis amigas a las que tambien les encantaron sus lemmonadas :D desde el fondo de mi corazon digo que cuando me enteré de que el blog se cerraba lloré. las voy a extrañar mucho lobitas! seguiré leyendo sus paginas y todo lo que encuentre de ustedes, pero ya no sera lo mismo :/

la sexta, mi recomendación de la semana (? jaja chicas, por mas que sus gustos musicales sean extremadamente diferentes, no dejen de ver el video de ALEJANDRO de lady gaga, es el mejor videoclip de la historia... (no me cae para nada lady gaga, pero ese es el mejor video de la historia) u.u


se las ama, aprecia y adora mis vampirezas lindas!! ahora salgan de esta página y vayan a cazar vapiriitas! la vida tiene muchos tipos de sangre y si no los probamos todos no sabremos lo que es la vida :D (obviamente que esto es una metafora mis adoradas vapirezas u.u)



miércoles, 5 de enero de 2011

72 Horas Antes de Morir... ahh Perdon, Eran 10 Horas

Esperó que se borren como las otras,pensé sin tener demasiadas esperanzas antes de girar sobre mis talónes y dirigirme al liceo. Sería un día exactamente igual a la noche anterior: LARGO.

En cuanto traspasé las rejas del liceo caminé en silencio por los pasillos hasta el baño. Estaba bastante presentable a decir verdad, nadie diría que hasta hacia unos minutos estaba a punto de morir. Me remangué el brazo donde había sido mordida solo para comprobar lo que ya me esperaba: cicatrices… a decir verdad jamás esperé que las marcas de los dientes del animal fueran negras, pero desee con todas mis fuerzas que se fueran en pocos días.

Me dirigí a la clase, estaba llegando unos 20 minutos tarde, casi se había vuelto normal que llegara tan tarde, de seguro repetía el año por faltas. El solo pensar en eso me amargaba, bueno, aunque eso no fuera tan complicado porque ya de por si estaba amargada. Luego de aguantarme el regaño de la profesora de matematicas, me dirigí en silencio a mi lugar y ni siquiera me moleste en sacar la cuadernola.

- Donde has estado? – pregunto Julieta mirando al pizarrón.
- Yo me pregunto donde has estado tu… te presisaba sabias? – comente con tono escéptico.
- Max me dijo… pero asumi que no era demasiado importante.

La miré con los ojos acidos y respondió achicando los hombros.

- Entonces si era importante…
- Si, lo era… casi muero sabías? – mascullé acercándome más a ella para que nadie escuchara
- Que sucedió? – preguntó mrandome directo a los ojos.
- No se… algo me atacó… - farfullé de forma inaudible y disimuladamente levante la manga de la camisa robada – mira… disimuladamente tonta!

Se rodó los ojos a mi antebrazo y ahogó un gemido de horror, para luego intentar componerse de nuevo, obviando que su palida piel había empalidecido mucho más… por un segundo me pregunté que le pasaba, pero era obvio que algo malo, muy malo.

- Estás infectada… - murmuró aún pálida – si no fueras media sangre ya estarías retorciéndote en el piso, pero si fueras un vampiro puro ya estarías muerta… no sé como harán para curarte, pero de eso solo puede encargarse papá… y max.

Fuck… siempre está max en el medio…

- Explicame que sucede – exigí rechinando los dientes y cubriendo mi brazo otra vez.
- Es que todavía no lo deduces? Vas a morir idiota… - murmuró con las lagrimas a punto de brotar de sus ojos.

Eso fue como una estaca en mi corazón… iba a morir? Como que iba a morir? No…. No podía ser cierto, ahora no. Mas adelante talvez, pero aún tenía varias cosas para hacer… demasiadas. A pesar de todo, reconosco que la idea de morir me dió algo de satisfacción… no habría más dolor, no más soledad, no más cansancio ni amargura… Negué con la cabeza mientras respiraba hondo.

- No… no creo que vaya a morir tan pronto. Julieta… qué me pasó? Por qué me infecté? Que me mordió?
- Un… una cosa así solo puede hacerla un lycan…
- Un que? – pregunté sin comprender, la palabra “lycan” me sonaba muy conocida, pero no la razonaba.
- Un hombre lobo… - explico en voz baja – un licántropo, un lycan.
- O sea que me voy a morir porque un perro deforme me mordió? – pregunté razonando todo y me pregunté porque siempre las peores cosas me pasaban a mi.
- Si, podría decirse así…
- Genial… - mascullé con tono sarcástico y me relajé sobre la silla.
- Tenemos que informarle a will… aunque probablemente ya lo sepa – me miró – el olor a lycan se siente desde lejos… - arrugó la nariz y giró el rostro para mirar a la profesora.

Nos quedamos en silencio los últimos 10 minutos de la clase y en cuanto sonó el timbre Julieta se levantó y salió de la clase en dirección a la clase de su hermano. Yo me quedé quieta en mi lugar, no me quería mover, tapoco quería seguir respirando… pero tenía que hacerlo. Me levanté lentamente de mi lugar y bajé las escaleras hacia los baños. Me miré al espejo y respiré hondo… me daba la impersión de que comenzaba a sentirme más pesada, pero seguramente fuera mi imaginación, la mordida no podía ocacionar algo asi…. O si?

Solo para asegurarme de no se que, levanté la manga de la camisa y al ver las marcas me dio la impresión de que finas líneas negras se extendían pocos milímetros sobre mi piel, desde las insiciones de los dientes hacia fuera, como milimétricos rayitos. Bajé la manga al instante tragando saliva mientras comenzaba a pensar que Julieta no exageraba.

- Camii… estas pálida – oí susurrar a Esteban detrás de mi, parecía preocupado.
- Eh? – me giré con lentitud, si, definitivamente el cuerpo me pesaba más que de costumbre. – ahh… puede ser, no me siento muy bien
- Te traigo algo? – preguntó con cara preocupada atrayéndome a él y rodeando mi cintura como para que no me cayera ahí. – o mejor… te llevo a la ascripción?
- No hace falta… no te preocupes – susurré recostándome en él
- No puedo no preocuparme camila – susurró contra mi frente – no eres cualquier persona…
- Eso me transforma en alguien importante? – pregunté casi entre susurros.
- Si… podría decirse. – comentó y sus labios besaron los míos con cuidado, como si me fuera a romper. – enserio me preocupas… estás mal, creeme, lo sé…

Fruncí el seño y lo miré haciéndome la confundida.

- Esto es solo un bajoncito de presión… no es nada grave corazón… - susurré reuyendo su mirada.
- Camila, sé muy bien que no es un bajón de presión – insinuó – tenemos que hablar, cuanto más pronto mejor… creeme, no tenemos mucho tiempo, con suerte unas 72 horas…
- Esteban! Me estas asustando… - murmuré mirándolo con los ojos dilatados.

Me aterró saber que él lo sabía, me aterró darme cuenta que todo este tiempo que yo estuve jugando con él, esteban también había estado jugando conmigo… había sido una idiota… una completa idiota. Pero más me asusto darme cuenta que él ya sabía sobre la infección… como lo sabía? Era imposible… a menos que él estuviera involucrado. Pero él no era un lycan… o si? y si él había mandado al lycan a que me atacara para… para que? Matarme?! Pero matándome que conseguiría?

Antes de que pudiera evitarle su mano se cerró como una prensa alrededor de mi antebrazo y gemí por el dolor que eso me causó. Forcejé para liberarme de su agarre pero solo conseguí que me apretara más fuerte.

- Tenemos que hablar camila… no aquí, sé que nos escuchan… - susurró cortante.
- Donde? – pregunté aguantanto el dolor de su apretón sobre las insiciones negras. – mañana… en tu casa?
- No… antes, - dijo con tono seco – mañana quedamos todos en mi casa a las 4 no? Bueno… te veo a las 2 en la esquina del liceo, no lleves a nadie, no se lo digas a nadie… y eso incluye a Gastón y a Gabriel.
- Qué quieres esteban? – pregunté mirándolo profundamente a los ojos – si no lo pueden saber Gastón y Gabriel supongo que es un tema tuyo no? A puesto a que tu enviaste al ly…

Sus labios apagaron mi voz con un beso apasionado que no pude responder, solo me limité a apartarlo con fuerza.

- Te dije que aquí no… - corrigió con tono firme – yo te quiero, no soy tan culpable como crees – dijo sonriendo a medias – ahora ve a tu clase… o llegaras tarde otra vez…
- No me convences esteban – susurré mirándolo con rostro escéptico – yo si te quiero, yo si me la jugué por ti… pero de ti no puedo decir lo mismo.

Lo dejé ahí y me alejé. Sonreí a medias cuando no me veía, porque a pesar de que las cosas estaban cambiando drásticamente, las reglas del juego se habían roto totalmente y se estaña forjando reglas nuevas… y presentía que muchas de ellas estaban a mi favor.

Con el correr de las horas cada vez me sentía mas dabil, pero no era nada grave, por lo menos eso pensaba yo. Julieta insistió en que fuera a que me atendieran Maximo y su padre, pero me negué, a pesar de todo, confiaba en que esteban solucionaría mis problemas… ademas, tenía 72 horas antes de morir, podría aguantar un día más.

- POR QUE TE NIEGAS?! – chilló máximo por teléfono.
- Las reglas del juego han cambiado Max… creeme, no va a pasarme nada – dije mirando por la ventana de mi casa. Una tormenta se alzaba en el cielo.
- Cambiado? Qué ha cambiado camila? – insistió algo nervioso.
- Fueron ellos los que enviaron al lycan, pero esteban no estaba completamente de acuerdo… eso es un punto a mi favor. Ademas, me consta que esteban es conciente de mi naturaleza… y le di a entender que me estoy jugando todas por él… mañana lo veo… y estoy segura de que algo va a cambiar.
- Iras? Sola? Después de todo esto irás sola igual? – preguntó dudoso
- Si… no tengo otra opción max, nadie puede ir conmigo…
- Pero… entonces los lycans estan asociados con los cazadores? Malditos perros hijos de su puta madre! No puede ser…
- No, max, espera… solo me atacó uno… puede ser un renegado, no tienen que estar involucrados todos los lycans…
- no entienes… si uno se mete, todos estan metidos… los lycans son un grupo muy cerrado y todos obedecen, son muy apegados a las reglas y aman el protocolo. No hay espacio para renegados entre los lycans.
- Como sea… tenemos que estar en silencio max, supuestamente ustedes no tienen idea de lo que sucederá mañana… aquí no ha pasado nada max, no pueden haber disturbios entre lycans y vampiros.
- Camiila… estamos en una guerra fría desde hace 600 años, los lycans y los vampiros siempre hemos tenido problemas, nos disputamos la comida, nos disputamos la tierra, nos disputamos el derecho a gobernar el planeta camila…
- Ya lo sé, pero aún así… un lycan atacó a una niña cualquiera, eso es justificable máximo, pudo haberle pasado a cualquier chica, no puedes generar un problema por eso.
- Camila si puedo… no eres cualquier chica… es que no lo entiendes?!
- No máximo… no lo entiendo, la única razón por la que yo podría ser importante es por ti… pero tampoco! Porque ya no estamos juntos y aunque lo estuviéramos, tampoco podrías quejarte porque nunca oficialisamos nada… max, insisto, no hagas disturbios por nada.
- No diré nada si me dejas vigilarte – ofreció y ahí si que no pude negarme, sabía perfectamente que Max era silencioso, discreto y buen protector.
- Esta bien… es un trato. Adiós max…
- Te quiero - largó de repente y por un segundo quede en blanco – no olvides que todavía te quiero.
- Sabes que te quiero aun más… te extraño todavía… a veces demasiado – murmuré mirando como afuera ya llovia.
- Odio estar lejos de ti camila… tu eras todo y ahora ya no tengo nada – susurró de forma algo lastimera contra el teléfono y a mi se me quebró el corazón por milésima vez.
- Ehm… adiós max – murmuré con la voz quebrada y corté, no soportaba estar así con él.

A los pocos minutos me acoste a dormir, mañana sería un día bastante largo y necesitaba estar tranquila. Dormí relativamente bien, obviando el hecho de que mi antebrazo latía y tenía una temperatura muy superior al resto del cuerpo. El cuerpo ya no me pesaba tanto, pero a cada rato me salía sangre de la nariz y tosía un poquito de sangre también… estaba muriendo. Me pregunté que síntomas serían los siguientes y a mi cabeza brotaron miles de ideas espantosas.

Me desperté con la cabeza que me estallaba y la piel extremadamente pálida y fría, excepto mi antebrazo, que estaba incluso más caliente que el día anterior. Me tomé la temperatura en cuanto me levante y tenía unos 33ª o 34ª mientras en el antebrazo tenía casi 42ª de temperatura. Sabía que no aguantaría mucho más, no pasaría de esa noche con vida. Me precipité a la ducha y me bañe con agua helada porque eso me aliviaba en algo el malestar. Me vestí lentamente y me precipité a la puerta de salida. Cuando llegué a la esquina del liceo ya no aguantaba más, me tambaleaba a los lados y tenía la garganta extremadamente seca.

Esteban me esperaba ahí, con una cara de preocupación inédita. En cuanto estuve lo suficientemente cerca, él me abrazó sosteniéndome en sus brazos.

- Debemos apurarnos… el proceso se aceleró demasiado, no eres lo suficientemente humana para aguantarlo – dijo con voz seca él y me ayudó a caminar hacia una pequeña calle por donde no pasaba mucha gente.
- Que haremos? Esteban estoy muriendo… - susurré con la poca fuerza que todavía me quedaba
- Le erré al calculo, siendo tan chupasangre el tiempo que te queda es más corto del que pensaba… con suerte tengas 10 horas más.
- 10 horas? – pregunté intentando exclamarlo, pero solo fue un susurro leve.
- Lo siento tanto linda… no quería llevarte a esto, pero los demás me obligaron… todos quieren matarte desde que te integraste a los Vilumet, pero antes de eso me ordenaron que te quitara información… pero yo sé que tu no eres conciente de la maldad de esa especie.

Mas conciente que tu seguro, las cosas se han invertido esteban…

- Quieren matarme? – pregunté poniendo cara sorprendida, aunque ya tenía asumido desde hacía rato que esos hipócritas me querían fuera del tablero de juego.
- Si… a decir verdad yo también te quería muerta hasta que te conocí de verdad – me miró como si lo lamentara y fijó su vista al frente mientras seguíamos caminando por la calle desierta.
- Siempre te quise… y lo sabías. – lo acusé intentando cambiar a un tema más provechoso, necesitaba información pronto. – jugaste conmigo… me corrijo: juegas conmigo. Por qué me salvas entonces? Por qué intentas desinfectarme?
- No, lo que siento ha cambiado camila, antes no me importaba conocerte, ahora si… y detesto no haberlo hecho antes. – me miró a los ojos – me estoy jugando la vida en curarte. Nadie sabe que estoy aquí ahora, todos creen que busco complices para una emboscada… pero eso lo estoy posponiendo, ahora tu eres mi prioridad.
- Emboscada? Emboscada a quien?
- A los Vilumet… no te hagas la tonta, es obvio que aún queremos exterminarlos.

Debía cambiar de tema enseguida, no me gustaba seguir hablando de una emboscada o sospecharía.

- Esteban… no me siento bien – mascullé tambaleándome a propósito hacia un lado y luego haciéndome la desvanecida.
- CAMILA! - ecxlamó él y me sostuvo en sus brazos.

Me recostó contra un árbol de cara a una casa verde e intentó reanimarme por casi un minuto mientras susurraba constantemente “no… por favor no… CAMILA… vuelve… noo… por favor dios no dejes que se vaya”. Descidí que era hora de terminar mi actuación y lentamente abrí los ojos como si no comprendiera nada. Esteban lloraba arrodillado delante de mi y en cuanto me vio “recobrar la conciencia” se abalanzó sobre mi, abrazandome con fuerza. Le correspondí el abrazo sin fuerza ni ganas solo puse mi mano en su espalda y nada más. Observé por sobre su hombro a una figura masculina que me resulto extremadamente familiar, Máximo con las piernas flexionadas para saltar e inclinado hacia delante sobre el borde de la azotea de la casa verde, me miraba con cautela, dudando entre quitar de en medio a esteban y ver que me pasaba o guardar la calma y quedarse apostado en u lugar de vigilante-guarda espaldas-sexy. Negué levemente con la cabeza para que no se acercara y en respuesta sonrió levemente con tranquilidad y malicia para luego relajar su postura y posisionarse en un lugar donde estuviera más cubierto. Me pregunté porque Máximo siemempre se veía tan hermoso, tan fresco, tan sexy, tan macho, tan… tan Máximo. Llevaba unos jeans azules y un sueter de algodón simple color natural, además de unos vans verde ingles. Lo miré con una cara de babosa importante y de lejos ví su sonrisa divertida mrandome.

- Camila… - me llamó esteban sacándome de mi trance baboso – tengo que darte el antídoto ya.
- Que? – pregunté dudosa pensando en que me haría tragar, pero mi cara de horror se me escapó al ver la jeringa llena de un liquido negro que sacaba de sus bolsillos… que mierda me iba a inyectar?!



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perdonen chiiikaaas!!! pero estava en unas pequeñas vacaciones O_O bueno, ya tenia el cap terminado pero donde estaba (en un lugar sin internet) no podía publicar ¬¬ bueno, espero que les haya gustadooo!!! comenten!! este es un capitulo descicivo chikas!! las cosas estan cambiando drasticamente y ya lo van a ver.