- muchas gracias… no tienes idea de lo bien que me ha hecho hablar contigo…
me giré y comencé a caminar, el viejito tenía toda la razón, no podía sufrir así por uno que era probable que no se lo mereciera… pero yo deseaba con todo el corazón que si lo hiciera! Que si se lo mereciera… porque el viejito había dejado varios bachen en blanco en esa historia… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? Me giré a gran velocidad y volví a sentarme en el banco junto al viejito…
- tengo unas dudas que no quedaron nada claras… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? – a medida que lo largaba todo la velocidad de mis palabras aumentaba. Respiré cuando hube terminado.
El viejito me miró de refilón.
- Bueno… para casos puntuales no tengo respuestas niña… por mi experiencia propia, n estoy capacitado para aconsejarte… yo n tuve ningún problema para estar con mi Irene…
Lo quedé mirando con los ojos bien abiertos.
- Ese es el gran consejo? Mi gran solución?
- No… porque no hay solución, eso tendrás que averiguarlo tu sobre la marcha.
Estaba verdaderamente indignada con el personaje ochentero en cuestión. Me levanté molesta y le susurré: gracias… luego seguí hasta mi casa y pasé el resto de la mañana pensando la forma en la que seguiría con esa historia… era de lo más complicada. Hacía las 3 de la tarde sonó mi celular… Max, me resistí al primer llamado sin atender, pero cuando llamó por segunda vez no me quedó otra que atender.
- Amor… hola! – parecía un tanto atómico – puedo verte hoy? Espera espera… ya estás en tu casa?! Creí… creí… CREÍ QUE LA IBAS A CUBRIR A JULIETA CON JEAN!
- Ah… así que tu estás al tanto?
- Pero claro! Yo los persuadí de ratearse!
- Ahh… ahora lo entiendo – asentí, luego continué – Max, pues resulta que yo también me ratee sabes?
- QUE HICISTE QUÉ?! – gritó del otro lado de la línea.
- Lo que oiste… no estaba con el humor… pero descuida, Julieta está cubierta.
- NO NO NO! – protestó – NO ESTÁ BIEN QUE FALTES A CLASES PORQUE SI! LA EDUCACIÓN ES LO PRIMERO!
- Pero Max… acabas de decir que fomentaste que Julieta se rateara!
- LO QUE DIJE O NO DIJE NO VIENE AL CASO! EN LA VIDA TENGO MUCHAS FUNCIONES: CUBRIR A JULIETA, MOLESTAR A WILL, PASARLA BIEN Y, LO MÁS IMPORTANTE, NO PERMITIR QUE TE DESCARRILES!! PORQUE TE AMO ME ENTENDISTE?! – hizo una pausa donde sentí su respiración, como intentando calmarse. – ahora… tranquilízate un poco y pensemos… tenemos que hablar de tu actitud… voy para alla.
- Máximo! Sos vos el que grita no yo! De mi actitud?! Si es por eso no vengas ok? Y si de verdad me amaras por lo menos entenderías una pisca de lo que estoy pasando… ME ENTENDISTE?!
Le corté, así me ponía de malas.
Me llevé las manos al rostro, no soportaba esa actitud de él en ese momento, estaba insegura , tanto que ni siquiera había podido disfrutar de su primer “Te Amo”.
En cuanto lo vi cruzar el umbral de mi habitación sentí todas las ganas de lanzarme a la seguridad de sus brazos aunque hacía pocos minutos me hubiera enojado tanto con él. Me sentía totalmente insegura y sus caricias eran el mejor consuelo para eso. Me miró con una sonrisa pero al instante cambió el semblante y se abalanzó a donde yo estaba. Sus brazos me apretaron contra su cuerpo, como se las ingeniaba para saber que estaba mal con solo mirarme?
- Qué te pasó mi amor? – sus labios besaron mi rostro una y otra vez como intentando desprender de mi piel la aflicción – sé que me pasé un poco recién… pero es porque te quiero y ya sabes que soy un poco histérico verdad? Y perdóname por no entenderte del todo… sé que tendría que intentarlo, pero no lo he hecho aun…
- No te preocupes…- negué cerrando los ojos y undiendo mi rostro en su hombro
- No me mientas… - dijo besando mi cuello – o sino tendré que aplicar la terapia de las cosquillas y no va a gustarte…
Me mantuve callada y apretada contra su cuerpo, no quería hablar ni decir nada, solo quería estar ahí. Me tomó entre sus brazos y me alzo en vilo. Sus pasos vacilantes se dirigieron a la cama y me recostaron en ella. Lo tironee hacia a mi, no soportaba tenerlo lejos, sentía que se me escapaba de las manos y que no conseguiría atraparlo más. Se tumbó a mi lado y su brazo derecho rodeo mi cintura atrayéndome más hacia él. No opuse resistencia aunque me incomodó un poco cuando su mano izquierda levanto mi mentón para que lo mirara a los ojos. Me miró por largo rato, analizó mi expresión con lentitud, parecía entender como me estaba sintiendo…
Se adelantó un poco y besó mis labios dulcemente, se separaron nuestras bocas y aun con las cabezas unidas susurró en el silencio:
- Yo jamás… nunca, nunca jugaría contigo así! Sé que esto es un poco raro pero de verdad me haces sentir bien… no sé, es que te quiero mucho y cuando me abrazas… no sé, solo me da la impresión de que nada me puede pasar, nada me puede poner triste ni nada por el estilo… - sus labios rosaron los míos, pero yo estaba bloqueada por la emoción. Tal vez él no había sido poético ni nada por el estilo, pero era justo lo que quería escuchar. – y… si soy un poco bipolar es porque te amo… y yo… yo siento que debo protegerte de todo, siempre y no es taaan así como debe ser… y quiero que sepas que si me enojo es porque soy terco, muy terco y orgulloso, pero a los minutos se me pasa… lo juro! Así que no te enojes conmigo si? No te pongas triste por eso por favor…
Lo abracé con fuerza a la vez que una sonrisa surcaba mi rostro. El olor de su cuello me choco de lleno en la nariz y por un momento quede embobada por su aroma, pero al instante se me paso levemente y pude ser un poco más conciente.
- Gracias… - susurré en su oido – por ser así conmigo…
- Te lo mereces nena, te lo mereces…
En ese momento recordé las palabras del viejo “…el día que encuentres a ese que de verdad te quiera, te respete y entienda todo lo que eres, ese día sabrás lo que de verdad es el amor…” acaso yo tenía tanta suerte? Lo amaba, de eso estaba más que segura, lo que sentía no se asemejaba a nada que hubiera sentido antes, era como estar completa y desbordante, como si fuera algo intocable mientras estuviera a su lado…
- En que piensas? – preguntó haciendo extraños moñitos con un mechón de mi pelo y desenredándolos con cuidado luego.
Te amo… , pensé, pero a decir verdad tenía mucho miedo de confesárselo.
- En nada… y vos? – soplé un mechón de cabello mio que me impedía la vista.
Max rió un poco frente a esto y lo retiró por mi, luego tomo mi rostro entre sus manos y lo miré, bien sabía que ese gesto no me gustaba nada. Sonrió como disculpándose y sus manos se enredaron en mi pelo. Me tironeó un poco para acercarme a él con la intención de besarme, pero era tanta mi desesperación por su piel que me lancé, besándolo de prepo y enredando mis brazos en su cuello, me gustaba tocar las nacientes del pelo en la nuca mientras nos besábamos.
Luego de un rato su voz repicó otra vez en mis oídos.
- Cami… amor, es que… sabes, yo tengo mis necesidades y… - parecía muy avergonzado
No entendía q que se refería, aunque mi mente perturbada me guiaba por sendas a las que no quería llegar… Max no podía estar pidiendo ESO de mi o si? No… no después de todo lo que me dijo.
- Es que… es que… quiero tu... ehmm… tu me entiendes verdad?? – preguntó poniéndose cada vez más nervioso .
- mi QUÉ máximo? – pregunté en tono serio escrutando su rostro.
- Ehmm… eh… esto es muy… ehhh… es vergonzoso amor… ehmm.. ugh.. como te explico… quiero ESO…
- ESO QUÉ MAXIMO?! – estaba en verdad ofendida, tan poco tiempo y ya quería ESO?!
- Es que… es que… ughh! Tengo sed!!
- SED?!
- Si.. sed… - escondió su rostro debajo de mi almohada – soy lamentable, lo sé.. ni me lo digas.
Una oleada de alivió me recorrió.
- Ah… bueno, quieres… beber? – me acerqué a su rostro a mi cuello – no me cuesta nada…
- NO! – gritó horrorizado, tanto , que para alejarse se tiró de la cama para abajo y calló al suelo con un sonido zordo. Se arrastró por el piso mientras yo lo miraba sin enteder nada… si quería mi sangre, porque no la tomaba? Yo se la estaba regalando…
- Max que pasa? No me molesta… de verdad.
- NO, NO LO DIGAS… NO QUIERO ESO NO QUIERO ESO!
- Pero acabas de decir que…
- NO, QUE LA QUIERO, LA QUIERO… PERO NO VOY A LASTIMARTE ASI! NUNCA, NI UN RASPÓN DE NADA… NO
- Pero Max… la piel sana tonto… - le dije con una sonrisa – ahora ven... no me importa.
- NO… NO… NO… las mordidas no sanan camila! Tengo que… tengo que… en un rato vuelvo… si, si, si… eso… - salió a tropezones de la habitación y haciendo gran ruido.
me giré y comencé a caminar, el viejito tenía toda la razón, no podía sufrir así por uno que era probable que no se lo mereciera… pero yo deseaba con todo el corazón que si lo hiciera! Que si se lo mereciera… porque el viejito había dejado varios bachen en blanco en esa historia… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? Me giré a gran velocidad y volví a sentarme en el banco junto al viejito…
- tengo unas dudas que no quedaron nada claras… y si el chico en cuestión si fuera el indicado? Estaría bien sufrir entonces? Y si era el indicado y la edad los estuviera separando… tenía que sufrir o luchar por estar unidos? – a medida que lo largaba todo la velocidad de mis palabras aumentaba. Respiré cuando hube terminado.
El viejito me miró de refilón.
- Bueno… para casos puntuales no tengo respuestas niña… por mi experiencia propia, n estoy capacitado para aconsejarte… yo n tuve ningún problema para estar con mi Irene…
Lo quedé mirando con los ojos bien abiertos.
- Ese es el gran consejo? Mi gran solución?
- No… porque no hay solución, eso tendrás que averiguarlo tu sobre la marcha.
Estaba verdaderamente indignada con el personaje ochentero en cuestión. Me levanté molesta y le susurré: gracias… luego seguí hasta mi casa y pasé el resto de la mañana pensando la forma en la que seguiría con esa historia… era de lo más complicada. Hacía las 3 de la tarde sonó mi celular… Max, me resistí al primer llamado sin atender, pero cuando llamó por segunda vez no me quedó otra que atender.
- Amor… hola! – parecía un tanto atómico – puedo verte hoy? Espera espera… ya estás en tu casa?! Creí… creí… CREÍ QUE LA IBAS A CUBRIR A JULIETA CON JEAN!
- Ah… así que tu estás al tanto?
- Pero claro! Yo los persuadí de ratearse!
- Ahh… ahora lo entiendo – asentí, luego continué – Max, pues resulta que yo también me ratee sabes?
- QUE HICISTE QUÉ?! – gritó del otro lado de la línea.
- Lo que oiste… no estaba con el humor… pero descuida, Julieta está cubierta.
- NO NO NO! – protestó – NO ESTÁ BIEN QUE FALTES A CLASES PORQUE SI! LA EDUCACIÓN ES LO PRIMERO!
- Pero Max… acabas de decir que fomentaste que Julieta se rateara!
- LO QUE DIJE O NO DIJE NO VIENE AL CASO! EN LA VIDA TENGO MUCHAS FUNCIONES: CUBRIR A JULIETA, MOLESTAR A WILL, PASARLA BIEN Y, LO MÁS IMPORTANTE, NO PERMITIR QUE TE DESCARRILES!! PORQUE TE AMO ME ENTENDISTE?! – hizo una pausa donde sentí su respiración, como intentando calmarse. – ahora… tranquilízate un poco y pensemos… tenemos que hablar de tu actitud… voy para alla.
- Máximo! Sos vos el que grita no yo! De mi actitud?! Si es por eso no vengas ok? Y si de verdad me amaras por lo menos entenderías una pisca de lo que estoy pasando… ME ENTENDISTE?!
Le corté, así me ponía de malas.
Me llevé las manos al rostro, no soportaba esa actitud de él en ese momento, estaba insegura , tanto que ni siquiera había podido disfrutar de su primer “Te Amo”.
En cuanto lo vi cruzar el umbral de mi habitación sentí todas las ganas de lanzarme a la seguridad de sus brazos aunque hacía pocos minutos me hubiera enojado tanto con él. Me sentía totalmente insegura y sus caricias eran el mejor consuelo para eso. Me miró con una sonrisa pero al instante cambió el semblante y se abalanzó a donde yo estaba. Sus brazos me apretaron contra su cuerpo, como se las ingeniaba para saber que estaba mal con solo mirarme?
- Qué te pasó mi amor? – sus labios besaron mi rostro una y otra vez como intentando desprender de mi piel la aflicción – sé que me pasé un poco recién… pero es porque te quiero y ya sabes que soy un poco histérico verdad? Y perdóname por no entenderte del todo… sé que tendría que intentarlo, pero no lo he hecho aun…
- No te preocupes…- negué cerrando los ojos y undiendo mi rostro en su hombro
- No me mientas… - dijo besando mi cuello – o sino tendré que aplicar la terapia de las cosquillas y no va a gustarte…
Me mantuve callada y apretada contra su cuerpo, no quería hablar ni decir nada, solo quería estar ahí. Me tomó entre sus brazos y me alzo en vilo. Sus pasos vacilantes se dirigieron a la cama y me recostaron en ella. Lo tironee hacia a mi, no soportaba tenerlo lejos, sentía que se me escapaba de las manos y que no conseguiría atraparlo más. Se tumbó a mi lado y su brazo derecho rodeo mi cintura atrayéndome más hacia él. No opuse resistencia aunque me incomodó un poco cuando su mano izquierda levanto mi mentón para que lo mirara a los ojos. Me miró por largo rato, analizó mi expresión con lentitud, parecía entender como me estaba sintiendo…
Se adelantó un poco y besó mis labios dulcemente, se separaron nuestras bocas y aun con las cabezas unidas susurró en el silencio:
- Yo jamás… nunca, nunca jugaría contigo así! Sé que esto es un poco raro pero de verdad me haces sentir bien… no sé, es que te quiero mucho y cuando me abrazas… no sé, solo me da la impresión de que nada me puede pasar, nada me puede poner triste ni nada por el estilo… - sus labios rosaron los míos, pero yo estaba bloqueada por la emoción. Tal vez él no había sido poético ni nada por el estilo, pero era justo lo que quería escuchar. – y… si soy un poco bipolar es porque te amo… y yo… yo siento que debo protegerte de todo, siempre y no es taaan así como debe ser… y quiero que sepas que si me enojo es porque soy terco, muy terco y orgulloso, pero a los minutos se me pasa… lo juro! Así que no te enojes conmigo si? No te pongas triste por eso por favor…
Lo abracé con fuerza a la vez que una sonrisa surcaba mi rostro. El olor de su cuello me choco de lleno en la nariz y por un momento quede embobada por su aroma, pero al instante se me paso levemente y pude ser un poco más conciente.
- Gracias… - susurré en su oido – por ser así conmigo…
- Te lo mereces nena, te lo mereces…
En ese momento recordé las palabras del viejo “…el día que encuentres a ese que de verdad te quiera, te respete y entienda todo lo que eres, ese día sabrás lo que de verdad es el amor…” acaso yo tenía tanta suerte? Lo amaba, de eso estaba más que segura, lo que sentía no se asemejaba a nada que hubiera sentido antes, era como estar completa y desbordante, como si fuera algo intocable mientras estuviera a su lado…
- En que piensas? – preguntó haciendo extraños moñitos con un mechón de mi pelo y desenredándolos con cuidado luego.
Te amo… , pensé, pero a decir verdad tenía mucho miedo de confesárselo.
- En nada… y vos? – soplé un mechón de cabello mio que me impedía la vista.
Max rió un poco frente a esto y lo retiró por mi, luego tomo mi rostro entre sus manos y lo miré, bien sabía que ese gesto no me gustaba nada. Sonrió como disculpándose y sus manos se enredaron en mi pelo. Me tironeó un poco para acercarme a él con la intención de besarme, pero era tanta mi desesperación por su piel que me lancé, besándolo de prepo y enredando mis brazos en su cuello, me gustaba tocar las nacientes del pelo en la nuca mientras nos besábamos.
Luego de un rato su voz repicó otra vez en mis oídos.
- Cami… amor, es que… sabes, yo tengo mis necesidades y… - parecía muy avergonzado
No entendía q que se refería, aunque mi mente perturbada me guiaba por sendas a las que no quería llegar… Max no podía estar pidiendo ESO de mi o si? No… no después de todo lo que me dijo.
- Es que… es que… quiero tu... ehmm… tu me entiendes verdad?? – preguntó poniéndose cada vez más nervioso .
- mi QUÉ máximo? – pregunté en tono serio escrutando su rostro.
- Ehmm… eh… esto es muy… ehhh… es vergonzoso amor… ehmm.. ugh.. como te explico… quiero ESO…
- ESO QUÉ MAXIMO?! – estaba en verdad ofendida, tan poco tiempo y ya quería ESO?!
- Es que… es que… ughh! Tengo sed!!
- SED?!
- Si.. sed… - escondió su rostro debajo de mi almohada – soy lamentable, lo sé.. ni me lo digas.
Una oleada de alivió me recorrió.
- Ah… bueno, quieres… beber? – me acerqué a su rostro a mi cuello – no me cuesta nada…
- NO! – gritó horrorizado, tanto , que para alejarse se tiró de la cama para abajo y calló al suelo con un sonido zordo. Se arrastró por el piso mientras yo lo miraba sin enteder nada… si quería mi sangre, porque no la tomaba? Yo se la estaba regalando…
- Max que pasa? No me molesta… de verdad.
- NO, NO LO DIGAS… NO QUIERO ESO NO QUIERO ESO!
- Pero acabas de decir que…
- NO, QUE LA QUIERO, LA QUIERO… PERO NO VOY A LASTIMARTE ASI! NUNCA, NI UN RASPÓN DE NADA… NO
- Pero Max… la piel sana tonto… - le dije con una sonrisa – ahora ven... no me importa.
- NO… NO… NO… las mordidas no sanan camila! Tengo que… tengo que… en un rato vuelvo… si, si, si… eso… - salió a tropezones de la habitación y haciendo gran ruido.
O era muy pamentero, o de verdad se estaba muriendo de hambre… cualquiera de las 2 opciones me puso los pelos de punta. La primera, porque ningún hombre de verdad hacia tanto pamento por nada y la segunda porque… bueno… había que decirlo… una persona no volvería a su casa ese día, jamás volveria.
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okis, aqui les dejo el capi... puede que no les guste la idea, pero les vilumet beben gente, porque no pueden comer otra cosa... acostubrense pliss y hagan tripas corazon... gracias chikis!
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