DESPUÉS DE LA HERMOSA TORTURA... (PARTE 2)

- Qué apuesta? – pregunté un poco más interesada en la conversación.

- Una apuesta que hicimos el fin de semana y perdí – reconoció mi amiga con una mueca de vergüenza…

- Y de que era la apuesta? – pregunté acomodándome en mi silla.

- A veces hacemos campeonatos de velocidad donde participa toda la familia. Los 100 metros llanos. Generalmente gano yo, – dijo Julieta con una sonrisa – que soy la más rápida de la familia, incluso más que Máximo…

- ¿quién es Maximiliano? – pregunté con intriga.

- Maximiliano no! Máximo, el tío Máximo! – gritaron los 2 a la vez.

- Ahh… un familiar – farfullé medio pensativa.

- Va, no es un familiar de sangre – comenzó a decir juli.

- Es de espíritu, tu sabes, mi padre y él se criaron juntos y luego, según la historia, Max se fue a Escocia por un tiempo y luego volvió cuando éramos pequeños, desde ahí vive con nosotros… - relató will con voz grave, pero tierna a la vez.

- No se que haríamos sin él… - reflexionó mi amiga con la mirada perdida

Máximo… , pensé. Ese nombre era de macho retrograda… aunque luego repetí Máximo en mi mente y me di cuenta que , más que nombre antiguo y retrograda, era misterioso y sombrío, por lo menos desde mi punto de vista.

- Ok y ¿que apostaron? – pregunté con la mente ida pensando en el perro no-natural.

- Por favor, no me lo recuerdes – suplicó Julieta tapándose la cara con una mano e inclinando la cabeza ascia abajo.

- El control de la casa por una semana! – exclamó William sin pensárselo 2 veces – soy el Rey de la casa por una semana, - hizo una mueca extraña pero seductora – pero no tengo reina…

Por una fracción de segundo que me pareció horas, los ojos de will se clavaron en los míos poniéndome un poco incomoda y nerviosa.

- Oye, solo fue por 2 milisegundos! – exclamó Julieta.

- Pero tu corriste los 100 metros en 2, 23 segundos y yo en 2, 21 segundos… así que… - le dijo su hermano con una sonrisa malévola.

La cara de Julieta se desfiguró en una mueca de horror. Miró a su hermano con los ojos y la boca bien abiertos. Will, por su parte, solo profirió un quejido prácticamente inaudible mientras miraba a su hermana.

Las cosas estaban muy tensas, debía tranquilizarlas. Esto era raro, porque por lo general las cosas fluían con naturalidad entre nosotros. Seguramente will se hubiera confundido, en vez de 2 segundos, debían ser 12 y listo…